Capítulo 6

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Un beso más.

¿Las cosas mejoraron entre ambos? Pues no.

KyungSoo había adoptado esa postura que tanto detestaba. La de "actúo como si nada hubiera ocurrido".

Ya no se corría de mí o atisbaba a los lados cuando me tenía cerca, porque según yo, lo ponía nervioso. Ahora, tenía dibujada esa sonrisa ladina a todas horas, volviendo a ser el chico cretino, seguro de sí mismo.

Realmente tenía dos opciones rondando en mi ajetreada cabeza: Uno, o él era un genial actor; o dos, simplemente la escena que tuvimos en mi cama no significó nada para él.

Y no, me negaba a creer que no hubo nada, porque yo lo vi, contemplé sus ojos cuando estaba encima de él. En esa mirada había algo más, pero Kyung había puesto esa barrera nuevamente entre nosotros. Imposibilitándome ahondar más en él.

Tenía que plantearme bien la situación porque él no podía estar jugando de ésta forma conmigo. Como si yo fuera una ficha de ajedrez que podía manejar a su antojo. Él era el rey y yo el peón. Nunca pensé que enamorarme de Do KyungSoo sería tan complicado.

El curso de Letras no la compartía con el dueño de mis dolores de cabeza, felizmente, así que no me lo crucé por las siguientes tres horas. Los minutos se me hicieron eternos, pero lograron calmarme un poco ya que no lo tenía cerca. Al salir del aula, con mi razón en otro planeta, el presidente del periódico universitario, me tomó sorpresivamente del brazo, dejando inmóvil.

Era MinSeok.

A veces intercambiábamos saludos cordiales por los pasillos o cuando nos cruzábamos en natación. No somos amigos, pero si conocidos. Sin embargo, me seguía impactando que me haya detenido tan abruptamente.

MinSeok, que era unos centímetros más bajo que yo, sonrió y apretó su agarre en mi brazo con ambas manos. Al parecer algo llamó su atención porque su vista fue hacía donde estaba su agarre y palpó más mi extremidad.

— ¿Desde cuando tienes los brazos tan fuertes, JongIn?

Reí nervioso y me liberé de su agarre de forma suave, tratando de no ser tan obvio que su excesiva confianza me intimidaba.

—Este sábado daré una fiesta. Es mi cumpleaños y estás invitado.

Asentí agradecido. MinSeok era algo conocido por los festejos que daba, según los cuchicheos eran algo digno de recordar ya que siempre ocurría algo, pleitos, desmayos o quejas de vecinos, que hasta la policía tenía que ir para concluir la bulliciosa fiesta. No iría, pero de todos modos no podía ser maleducado. Al menos tenía que fingir.

—Estaré ahí — mentí y traté de mirar hacía otra dirección.

— ¡Embustero! — acusó con su índice, colocándolo casi entre mis ojos —  ¿Cómo vas a ir, si no sabes dónde vivo?

Mierda. Me atrapó en mi mentira. Suspiré resignado.

—Seok... sabes que odio las reuniones y no tengo grandes dotes para socializar. Así que prefiero...

—No señor, irás quieras o no Kim JongIn — me interrumpió —. Nunca vas a ninguna celebración que hago y soy testigo de lo duro que estudias, mereces ir.

En parte, tenía razón, pero no. No me gustaba, me molestaba que la gente no entendiera aquello.

—Prefiero estar en mi habitación que rodeado por gente que no conozco. Las fiestas y yo, no somos amigos, créeme.

MinSeok rodó exageradamente los ojos, poniéndolos en blanco. Tomó su celular entre los dedos y comenzó a teclear con velocidad. Después mi teléfono vibró en la mochila.

Te lo suplico: Solo una noche [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora