Llevo siendo niñera desde hace más de 40 años, es un trabajo reconfortante, porque me gustan los niños, la familia con que ahora trabajo son los Gómez, conformados por Saúl, el padre, Mariana, la madre y el pequeño Oscar de 6 años quien es mi responsabilidad cuando sus padres salen por cuestión de trabajo, y esta es mi historia con ellos.
Una noche en la que llovía, el pequeño Oscar salió a escondidas a la cocina porque tenía hambre, cuando escuchó un ruido que no era parecido a un trueno, sino que se asemejaba al gruñido de un animal que asechaba a su presa, el pequeño niño buscó por todas partes sin encontrar la procedencia de aquel extraño ruido, así que siguió en lo suyo.
Se encontraba tan enfocado buscando el helado en la nevera que casi tiró la cubeta de sus manos, cuando un segundo gruñido provino de algún lugar a sus espaldas, al girarse en la oscuridad pudo divisar ese par de ojos rojos que se alzaban a una altura de 2 metros del suelo, el pequeño tiró todo al suelo y salió corriendo, yo lo encontré escondido bajo su cama unos minutos después y al llegar sus padres contó lo sucedido y por supuesto que no le creyeron.
Cuando me dejaron solo con él lo intenté consolar y mientras más lloraba y temblaba de miedo más fuerte era el deseo, ¿Mencione por qué me gustan los niños?, creo que no, mientras me dirigía a la puerta después de que Oscar había sido alcanzado por el sueño pensaba en su sabor, el sabor de los niños mientras más aterrados se encuentran, oh si, tendría que aparecer 2 o 3 veces más ante el pequeño, antes de que comience a tener ese sabor que tanto me gusta, me detuve antes de girar el picaporte y mi reflejo me devolvía la mirada a través del espejo colocado a un lado de la puerta, mis ojos volvían a brillar de un rojo intenso, comenzaba a tener hambre.
Buenas Nøches, Mørtales.
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Historias de terror
TerrorSon historias de terror yo no se si son reales pero las busco en una pagina y agrego cosas