CAPÍTULO I

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El peor de los casos, no sólo tenían que lidiar con la Port Mafia, si no que también con una nueva amenaza, un tipo que podía acabar con todos en un abrir y cerrar de ojos o eso era lo que decían, un poder el cuál trataba sobre cómo un tipo podía hacer que las demás personas hiciesen lo que quisiera con solo tener un cabello o algo que contenga el ADN de la persona a manipular.

-Es el colmo! -dijo Kunikida furioso mientras caminaba de un lado a otro en la oficina de la agencia anotando algo en su ideal -Donde demonios se ha metido el maldito de Dazai! -él realmente estaba furioso, donde se había metido Dazai mientras en la agencia lo necesitaban para idear un plan contra Juls, el tipo que puede controlar a las personas.

-Dazai-san dijo que tenía algo que hacer y por eso se fue. -dijo Atsushi con  la voz temblando por miedo a ser golpeado por Kunikida.

-Sea lo que sea, ese imbécil no puede dejar su trabajo así no más solo porque su maldito amante lo llamó! -los gritos del rubio se escuchaban desde el primer piso, en la cafeteria, donde una chica que al parecer nadie conocía estaba sentada tomando un té, mientras sonreía cada vez que pronunciaban el nombre del castaño.

♢♢♢♢

-Realmente eres lento! -gritó Chūya mientras le lanzaba la copa de vino que tenía en la mano a Dazai -Cómo se te ocurre hacerme esperar!

-Perdón, perdón, esta vez fue difícil poder escapar de la agencia -dijo el castaño mientras esquivó la copa que era lanzada por Chūya -Pero ya me tienes aquí solo para ti -sonrió inocentemente mientras se acercaba a Chūya y lo besaba.

-Con lo difícil que es cuidar de esa criatura después de comer un chocolate -en efecto, esa criatura se ponía imperactivo con solo comer un trozo de chocolate.

Dazai soltó una risa burlona mientras cargaba a Oda, el pequeño hijo de ambos, que apenas tenía 5 años.

-Muy bien, dime como convenciste a papi Chūya para que te diera ese chocolate? -Preguntó Dazai al niño mientras acariciaba la espalda de este.

-Papi lo escondía en su abrigo y lo saque escondiéndome de él -dijo el niño mientras jugaba con el rostro de Dazai.

Chūya veía el parecido que tenían ambos, realmente estaba feliz porque eran pocas las veces en las que podía verlos juntos, Dazai a veces no llegaba a casa, se quedaba en la agencia trabajando hasta por tres días seguidos, por eso Chūya tenía que encargarse del pequeño y le era difícil ya que el niño era muy apegado a su otro padre y siempre pedía que lo llevaran con él.

♢♢♢♢

-Rampo-kun, que crees que podemos hacer con ese tipo? -pregunto el presidente Fukuzawa, con una voz muy seria.

-Deberíamos hablar con "ella" y que se una a nosotros por lo menos solo para acabar con ese tipo. -dijo Rampo mientras abría una caja de dulces.

-Pero ella no aceptará a menos que sea Dazai quien se lo pida. -habló Kunikida un poco enojado, ya que necesitaban a Dazai y él no se encontraba.

-Atsushi-kun, tu iras con Dazai a buscarla y reclutarla. -señaló Rampo al hombre tigre mientras abría los ojos -tienes que conocerla y pensar en algo para poder vencerla.

-Pe-pero no se supone que tenemos que reclutarla? Por qué debería pensar como vencerla? -cuestionó Atsushi un poco confundido.

-El problema es que ella es peligrosa, incluso con sus compañeros de equipo. -dijo Kunikida mientras subía sus lentes con uno de sus dedos. -Ella ni siquiera ve a alguien como su compañero, es una amenaza, un monstruo.

Atsushi se quedó callado y bajo la mirada. Qué tipo de persona era ella, realmente le temen o simplemente no confian en ella? Se preguntaba mientras continuaba con su papeleo.

A problem that can separate us?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora