Capítulo 7.

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Habían pasado días desde la dura y seca realidad acerca de Gaster, Sans se mantenía molesto y aislado de los demás, no podía creer que a pesar de haber visto todas esas cámaras observándola, ___ aun no caía en cuenta de las peligrosas manos en las que se ponía a cargo. 

Papyrus, por su parte; se la pasaba todo el día conviviendo con ___, jugaban y reían, su amistad estaba en un buen punto, o eso hacían ver ellos; Papyrus estaba triste por Sans y el hecho de que Gaster lo castigara por romper sus cámaras, mientras que la pequeña niña tendía a comportarse extraño, muchas veces se despistaba de las cosas, miraba hacia la nada, no solía comer mucho. Era muy extraño. 

Ese mismo día; Gaster se había mantenido literalmente pegado al teléfono por el cual sólo se podía localizar a Ink, los tres pequeños estaban con dudas acerca del porque le llamaba siendo que antes no lo hacia. Tras unos minutos mas tarde, Gaster entra a la casa limpiando antes la nieve de sus zapatos.

El adulto miro a los dos pequeños que ya hacían sentado en el suelo mientras que dibujan, sonriendo de medio lado se acerca hasta ambos para colocar una mano sobre el cabello de Papyrus.

— Hijo, ve y dile a Sans que arregle sus cosas. Irán con Ink esta tarde. Tal vez no lleguen hasta mañana o por la noche, el quiere que se distraigan un rato mientras que ___ se queda a estudiar, es primordial que ella esta al mismo nivel que ustedes dos, ¿entiendes? Ahora ve por el que no debe tardar en llegar. —

Papyrus no parecía ser el único en dudar acerca de sus palabras puesto que ___ compartió la misma mirada de duda que el, pero sin querer discutir asiente para ponerse de pie y subir con velocidad hasta la habitación de Sans dejando a estos dos solos.

— Dr. Gaster, ¿enserio tengo que quedarme a estudiar? Yo quiero salir con Ink... — decís con cierta tristeza mientras que el sujeto la miraba y sonría.

— Es muy importante que estudies tanto como ellos, así en un futuro me podrás ayudar en el laboratorio, ¿no te agrada la idea acaso? — Sentándose sobre el sofá que estaba detrás de ella, coloca una mano sobre su hombro el cuán quita rápidamente al escuchar a los niños bajar por las escaleras.

— ¡Estamos listos! ¿Aun no llega Ink? —

— No debe tardar en lleg- — sin dejarlo continuar, un portal de pintura negra se hace presente en un de las paredes de la casa.

— ¡Hola! ¿nos vamos? Tengo tantas cosas por mostrarles a los dos. Oh, ___ lamento que no puedas ir pero Gaster dice que debes estar al corriente con tus estudios, el ahora es tu tutor así que no me puedo hacer nada, lo siento. —

— Esta bien, no importa, ya abra otras veces. — mostrándole una amable sonrisa al esqueleto, esta a punto de hacer berrinches por no poder ir.

— Eso es cierto, no es hora de ponerse tristes. Vamos chicos, entren. Que pasen buenas noches Gaster, hasta luego ___, prometo darte lo que quieras cuando regresemos. — tras decir esto regresa al portal seguido de los dos pequeños quienes se despidieron de su padre.

Ambos quedaron en un total silencio, la pequeña niña lograba sentir como el doctor desprendía ese aura oscura, sabia que nada bueno iba a pasar dejándolos totalmente solos. Al intentar disimular su incomodidad regresa a su dibujo el cual trataba de su casa en aquel nevado bosque.

Pasaron los minutos y Gaster finalmente se puso de pie para subir hacia su habitación pero antes de siquiera tocar las escaleras dijo con una alegre sonrisa y una voz amable.

— Ve a mi habitación, estaré preparando tus estudios. — continuando con su camino deja a la pequeña sola con un amargo sabor de boca, no quería desconfiar de aquel hombre que la había cuidado tan bien durante estos meses, pero sentía miedo.

Un extraño amor. [ Sans x Reader ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora