Capítulo 5

1.1K 109 9
                                    

Él no podía dormir, recordaba lo sucedido en la casa de Lisa. Se aprovechó de su cuñada, pero tampoco digamos que él es el "bastardo" aquí, porque sabemos que ella le siguió el juego y le encantó.
Lucy no deseaba que ningún mal en ella naciera, pero sucedió: La seducción, la lujuria y el deseo son cosas que suceden sin querer, y mas que a su edad se manifiestan de una manera clarísima.

Volviendo a Jeffrey, quien se encontraba sentado con su laptop al lado, revistas y ambas manos sobre su broche del pantalón, se encontraba observando la copia que Lisa habia guardado del recital de su hermana. Repetía las escenas en la cual solo se centraba en Lucy, el escenario negro, la luz blanca en ella, las delgadas telas que la cubrían. Habia algo en la forma en que ella se movía, lo atraía como ningún otro amor, algo en la forma en que ella lo sedujo en la mañana hacia que él jamas quiera dejarla.

—¿Amor? —dijo una voz que venia desde las escaleras. Era Lisa.

—Dime Lisa ¿qué sucede? —respondió mientras colocaba las manos sobre la laptop para levantarlo.

—¿Qué haces despierto a estas horas? Qué estas... Viendo. —la voz de Lisa se entrecortó al ver a su hermana en la pantalla del televisor. Volvió a ver a su prometido, tenia la misma mirada la cual tenia en la mañana, y recordó cuando vio a ambos hablar, la incomodidad volvió a ella sin razón alguna—. ¿Qué haces con ese video?

—Tengo que realizar un informe, me tocó la sección de artes y Lucy es una bailarina espectacular, así que decidí tomar el dvd para analizarlo. Mañana hablaré con ella sobre el ballet y esas cosas... Ya sabes. —dijo en tono desinteresado—. ¿Ocurre algo?

—No, nada amor. —respondió mientras se acercaba a ver la laptop haciendo que él se vaya un poco cansado. Observó el título del articulo: "Lucy in the Sky with Diamonds".
Acomodada ya en el sofá, volvió a observar a Lucy quien se encontraba en la pantalla, ojos color miel, labios rosados gruesos, tez clara e impecable, delicada. Sentía algo, quería retroceder los años y sentirse joven otra vez. Empezó a sentir un poco de celos, pero creía que era una estupidez—. ¿Jeffrey?

El hombre que acababa de terminar de tomar un vaso de agua volteó a ver a su prometida.

—¿Si?

—¿Por qué Lucy in the Sky with Diamonds? —preguntaba mientras lo veía confundida.

El producto del cansancio, mezclado con el sueño, hizo que el hombre quien estaba subiendo los escalones para ir a dormir dijera:

—¿Acaso no has visto a tu hermana? Parece como si hubiera venido de un cielo de diamantes.

El despertador de la menor sonó, haciendo que a regañadientes se levantara. Tomó una ducha y recordó lo sucedido en la reunión del día anterior, secó sus cabellos y su cuerpo para así colocarse unos shorts nuevos que quedaban con una de sus blusas y recordaba las emociones nuevas que Jeffrey le habia mostrado. Se sentía como si una joven hubiera tenido una aventura sexual con su ídolo, se sentia como si fuera Mick Jagger al ver a David Bowie, o el supuesto McLennon. Como si lo prohibido se volviera realidad.

Un mensaje de Lisa le llamó la atención, pues decía que Jeffrey le habia comentado que iría a verla para preguntarle algunas cosas sobre su artículo. Cosa que Lucy no tenia idea, pero que tuvo que mentirle al responderle.

—¡Lucy el timbre! —gritó su padre haciendo que ella tomara su bolso y bajara lo mas rápido posible porque sabia quien podría estar tras esa puerta.

Y ahí estaba el hombre. La observó de abajo hacia arriba y en un segundo posó sus labios sobre los de ella.

—¿Qué haces aquí? —murmuró la menor al separarse.

—Se me ocurrió entrevistarte. —le respondió.

—¿Es una mentira que le dijiste a mi hermana? —preguntó mientras cogía su casaca ubicada en el perchero.

—Puede ser, mitad si y mitad no. —respondió él.

—¡¿Quién es, Lucy?! —preguntó su padre desde la cocina.

—¡No era nadie! ¡Saldré, no me esperen! —concluyó mientras lo hacia retroceder para que ambos finalmente salgan.

Entraron al auto y la incomodidad protagonizó la escena. Lucy se abrochó el cinturón y esperó a que él se ponga en marcha.
Durante todo el paseo nadie dijo nada, y por la ruta sabia a donde se dirigían. Iban a aquel jardín cual ya habia ido antes, a aquel vivero casero que le gustó y en el cual él le dejó bien claro sus emociones de una manera "indirecta".

—Realiza la entrevista ahora. —dijo de manera fría la menor.

—¿Amaneciste con el pie izquierdo? —preguntó Jeffrey mientras se estacionaba.

—Sabes que pasara si me quedo mas tiempo.

—Eso aplica para mi también.

—Lo de ayer fue algo que surgió de imprevisto, yo no pensé que seria capáz...

—Lo hiciste. —la interrumpió—. Y te encantó.

Sus ojos oscuros estaban fijos en ella. Lucy no quería voltear, caería y volvería a cometer el error que disfrutaba. Así que solo salió del auto, y siguió caminando sin mirar atrás.

Jeffrey con ambas manos en los bolsillos sonrió, agachó la mirada y siguió caminando, por ratos la veía, veía su espalda, sus piernas moverse un poco mas rápido de lo usual. Le encantaba esa joven. Seguía observándola de manera provocativa hasta que ella volteó, la mirada provocativa por parte de él se habia ido. Se habia dado cuenta que solo era ella, que no necesitaba ningún otro amor, que habia algo en ella que impedía dejarla.
Él aceleraba mas el paso mientras que ella quería retroceder un poco mas, pero el deseo habia llegado.

La tomó de la cintura, respirando cerca de su cuello, la sentía, sentía que ella se estremecía. Lucy giró tratando de apartarse, pero ya era demasiado tarde, estaba entre sus brazos. Nada iba a impedir que eso sucediera, aunque nunca haya hecho lo de la noche anterior o aunque nunca le haya hablado. Uno nunca puede evitar sentir la tensión que hay entre dos seres humanos.

Ella intentaba apartarse, no pudo, recordaba a Lisa, pero a la vez sentía los besos que él le estaba dando. Sentía que debería de ir al infierno.

—Ayer me dijiste que te encantaba, se que esta mal. —murmuró a besos mientras la jalaba lentamente para la pequeña casa que se ubicaba tras la fuente de agua—. Sabemos que esto acabará mal.

—Sabes que yo soy un problema. —le respondió mientras lo miraba.

—Y por eso me encanta. —volvió a verla—. ¿Me quieres? —preguntó.

—Si... pero no esta bi...

—Shhh... —pegó uno de sus dedos sobre los labios de ella mientras con la otra mano abría la puerta—. Demuéstralo.

Fin del capítulo 5.

Lucy in the Sky with Diamonds «Jeffrey Dean Morgan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora