Un ladrón.

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El cielo se tornaba gris, un grito desgarrador se escuchaba, la sangre salpicaba al cuerpo de una joven de cabello negro y ojos azules como dos hermosas gemas, un hombre con una túnica negra que cubría su rostro, estaba frente aun chico herido de traje blanco, ojos grises y cabellos negros como la mismas tinieblas, clavo aun mas la espada aquel hombre con túnica negra, la cual traspaso él estómago, él traje blanco se tiño de rojo, mientras la chica que él protegió lloraba y gritaba aterrada, ella no sabía que hacer, pronto alguien de cabello azul oscuro, y de ojos color miel como los de un felinos,  le disparo unas dagas de hielo al agresor, este río y se desvaneció con el viento, sin dejar rastro alguno de su presencia.

–¿E-Esta bien?–. Pregunto en llanto la dulce joven de cabellos negros, sus ojos cristalinos y rojos de tanto llorar, y su tersa piel blanca estaba más blanca de lo normal, el joven que disparo las dagas de hielo, miro a la chica con frialdad.

–E-estoy...–. Tosió un poco antes de proseguir, el traje de blanco se había teñido de rojo, algo realmente molesto para alguien como él. –... Bien –. Susurro escupiendo algo de sangre. 

–No- No lo es–. No pudo proseguir la joven. El joven de cabello azul oscuro se inco ante el muchacho herido  pasando su mano en le herida haciendo que esta desapareciera, dejando solo el traje blanco rasgado y manchado de sangre carmesí.

–Amo ¿Podría utilizar su magia?–. Bufo molesto el hombre de cabello azul.

–Je claro Yamir –. El rostro del mencionado mostró alivió. –Cuando muera–. Se burlo el amo de yamir, el cual solo lo miro molesto.

La joven no entendía nada, su mente se haba detenido, ¿Como alguien pudo atacarla?, ¿Porqué ese chico se atravesó?, ¿Como desapareció su agresor?, ¿De donde salieron las dagas?, ¿Como es que el joven ahora no tiene ninguna herida?. Su mente trataba de maquinar respuestas más no pudo maquinar ninguna. Yamir sonrió burlona-mente dado a que el sabía cuan confundida estaba la joven.

–Lydia estoy bien. ¿Qué hacías aquí?–. Pregunto poniéndose de pie y esperando oír una respuesta, mas la joven sólo le miró con sorpresa. –Oh que falta de educación la mía. Soy  Raúl Rivera, o mejor conocido como Thief of the night o simplemente R night–. Dijo sonriendo, lydia retrocedió dando un paso en falso y casi cayendo al piso si no fuese por Raúl quien la sostuvo de la cintura hubiera caido al duro piso, quedaron sus rostros muy cercas, sus ojos se cruzaron y podían sentir la respiración de ambos. Yamir observo con una sonrisa burlona, porque al parecer ambos sentían que el tiempo se había detenido.

Justamente la luna era testigo de tal escena, ninguno de los dos sabia que hacer, sentían como el tiempo se detenía, sus corazones latían tan rápido y ambos lo sentían, lástima que los mejores momentos no son eternos como uno quisiera.

–Cof, Cof–. Simulo una tos yamir, con una sonrisa grabada en su rostro.

Raúl se separó con lástima de lydia, la cual se sonrojo, sintió como la sangre subió por sus mejillas y por desgracia su tersa piel blanca la delataba. Yamir y Raúl rieron al ver la cara de lydia, lo cual a ella no le causo gracia, la risa de ellos era suave, tampoco era fuerte.

–¿Comó saben quien soy? ¿Quienes son ustedes? ¿Porqué ese señor trató de matarme?. No entiendo –. Soltó lydia en tono alterado y asustado, ambos jóvenes la miraron y rieron de nuevo.

¿¡Esto debía ser una broma!? Lydia no era la más hermosa de su comunidad, para que la intentaran atacar, aunque su nombre era sólo producto de burlas o bromas por parte de sus compañeros de clase, tal vez era eso una broma, se trataba de convencer que nada era real, que sólo era un sueño. Ella había ido a la plaza de armas por que iba a aparecer el ladrón mas famoso del siglo, lydia estaba mas que segura que cuando se separó de su amiga con la que iba nadie las seguía y nadie planeaba atacarla, al menos que haya sido una broma por parte de sus compañeros de clase, algo que realmente dudaba. Se había fugado de su casa para ver al ladrón de la noche, pero su esfuerzo se fue al traste porque no pudo verle... ¿O si?. El joven ante sus ojos era ese joven ladrón.

–Mira lydia yo se quien eres, sino ¿Porqué te salvaría? ¿Crees que salvaría a una desconocida? ¿¡Arriesgando mi vida!?–. Cuestiono el joven de cabello negro molesto, suspiro intentando tranquilizarse.

Claro lydia no lo recordaba, eso hacía que el se molestase demasiado.

–¡Amo!–. Exclamó molesto yamir. –Lydia trataron de matarte por que tu eres...–. Trato de decir pero fue interrumpido por su amo.

–¡¡Calla!!–. Ordenó y miro a lydia molesto y dijo. –Tu misma deberás recordar, no tengo la mínima intención de decirte algo que ya deberías de saber –. Dicho esto dio media vuelta para irse.

–Pu-Pues yo no necesito de tu ayuda, yo misma encontraré una respuesta ¡Me escuchaste! –. Aseguro lydia con mucho orgullo, algo que sorprendió al joven ladrón, el cual sonrió.

De algo podía estar seguro y es que lydia no era la misma niña que él había conocido, ella ya había madurado y por si fuera poco parecía ser una joven más orgullosa y segura de si misma. "Sin duda te has vuelto fuerte mi niña" susurro al haberse alejado de la joven la cual se dirigió al lugar donde iba, el miro al cielo, deseando volver el tiempo atrás, él tiempo en que le arrebataron  al gran amor de su vida.

–¿Amo no hará su show?–. Preguntó yamir.

Yamir es el guardian de Raúl, el cual no le sorprendía en lo más mínimo el cambio de carácter de lydia, pues el sabia que nada en esta vida es igual en las reencarnaciones.

–No... Manda una nota que se suspende mi atraco... Porque hoy desee robar una joya inalcanzable –. Dijo el joven Raúl, un mago antiguamente poderoso.

Aun cuando la noche pareció tranquila los tormentosos recuerdos de Raúl no lo dejaban descansar, decidió idear un plan para su próximo atraco, pero simplemente no podía olvidar aquel momento en que casi comete el mayor de sus pecados.

Por otra parte lydia estaba acostada en su cama cubriendo su rostro con una almohada, recordaba aquella escena deseando que él la viera besado mas no sucedió, se sintió triste al recordar que esa persona era el ladrón que a ella y a sus amigas les gustaba.

Sin darse cuenta que alguien la observaba desde las sombras, con una sonrisa maliciosa.

La Princesa y El Mago #BLAwards17 #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora