1 | Primo Miguel

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Derek Miguel Hale estacionó su coche frente la casa de su primo.

Tenía preparada su entrada triunfal hace tiempo. Y, como se lo imaginó, le quedó genial.

Salió del auto muy a lo macho pecho peludo con sus lentes de sol, y observó a su alrededor.

Cerró la puerta de su porsche y miró la jeep de su primo con desprecio.

-Pobres -murmuró mientras se dirigía hacia el umbral de la puerta.

Tocó la puerta una vez con toda su paciencia, pero como pasaron más de diez segundos y nadie abría, comenzó a golpear fuerte sin parar.

-¡¿QUÉ?! -abrió la puerta su tío, el Sheriff, completamente exaltado.

-Holi.

-Derek, hola. No tenía idea de que estabas en la ciudad.

-Si, acabo de volver de Forks. Había una estúpida desesperada por salir con un idiota con la piel más blanca que mi trasero. Juro que me intimidaba hasta a mi con su mirada matadora -dijo entrándo a la casa sin permiso -. Se llamaba Eduardo Culón... digo, Cullen.

-Derek, ¿Forks no es donde viven los de Crepúsculo?

-Si... bueno, en realidad estaba afuera de la ciudad porque la mafia me estaba buscando, pero tú tranquilo -dejó sus maletas en el suelo y observó la casa -. ¿Desde cuando no limpian este lugar? Huele a mierda.

-No has cambiado nada -Derek sonrió falsamente.

-¿Donde está el fracasado de Stiles?

-Cuida tus palabras si quieres que te alimente hoy -lo amenazó -. Está arriba.

Derek subió las escaleras en silencio dispuesto a asustar a su primo.

Cuando llegó a la habitación, abrió la puerta de una patada.

Stiles, que dormía plácidamente. Saltó de la cama y se estampó en el suelo.

-¿MIGUEL? ¿QUE DEMONIOS HACES AQUÍ?

-Derek para ti, puberto -lo levantó de un tirón -. Vengo en son de paz, quería visitar a mi primo fracasado.

-Genial, que bueno verte, Miguel -lo abrazó, pero este otro no era muy cariñoso y lo empujó.

-¡QUE SOY DEREK PARA TI!

-Lo que digas, Miguel -se burló sentándose en su cama.

Un silencio incómodo recorrió la habitación por unos segundos.

-¿Y... ya tienes esposa? -Derek rompió el silencio.

Stiles alzó la cabeza y lo miró como diciendo "¿es en serio?". Pero su primo esperaba la respuesta con los brazos cruzados. Y si, hablaba en serio.

-No, Derek, no tengo esposa -respondió obvio.

-Wow, Stiles. Sabía que eras fracasado, pero no sabía que eras tan fracasado.

-¿Y qué? Aún no terminé el instituto. En cambio, tú si. ¿Y tú esposa? ¿Donde está?

-Ah... si, bueno. La abandoné hoy por la mañana.

Stiles se quedó en silencio intentando procesar si simplemente estaba bromeando, pero la expresión de su primo decía que no era ninguna broma. Derek miraba al horizonte.

-Se llamaba María Rosa de las Flores Marchitas -cerró los ojos con nostalgia-. Era negra como mi alma y tenía los ojos marrones como la mierda. Su cabello era café, como el café que me lanzó en la cara esta mañana. Oh, y también tenía mechas de color verde, como los mocos de mi abuela -suspiró.

-¿Cuantos días te quedarás aquí?

-Un mes.

Su primo no sabía si reír o llorar. Tendría que aguantarse a Miguel que además de ser raro lo llamaba fracasado 24/7.

-¿Y tienes alguna novia, amiga, contratas a una prostituta... algo? ¡Dame esperanzas, Stiles, no quiero que te mueras solo!

-No tengo novia. Y si, tengo amigas. Por cierto, no contrato a prostitutas. ¿Porque eres tan raro?

-¡TÚ ERES EL RARO! -le lanzó un pokemon de peluche -. ¡NO SÉ COMO ESA COSA LLEGÓ A MI MANO! ¿LO ENTIENDES? ES TODO CULPA TUYA Y DE TU FRACASADEZ.

-¿Fracasadez? -Derek asintió y se encogió de hombros. Stiles negó repetitivamente.

-Me anotaré a tu escuela -dijo como si nada.

-¿Que? ¿Estás loco, Miguel? ¡Tienes como treinta años!

-¿Disculpa? Soy joven, tengo 23 y no aparento ser mayor, así que diré que tengo 18 como tú.

-No te aceptarán -dijo Stiles.

-¿Quieres apostar? -preguntó amenazante. Su primo rodó los ojos y se dignó a ignorarlo -. Por cierto, quiero conocer a tus amigas. Seguro que alguna va a amarme. Osea, ¿quien no se enamoraría de este bombón? -se señaló a si mismo, ganándose una mala mirada de parte de Stiles -. Ya, hablando en serio, voy a ayudarte a conseguirte una novia. A tu edad, yo ya estaba casado y planeando tener catorce hijos. Claro está que la relación no fue muy bien y me divorcié de la chica dos días después de la boda, pero al menos ahora tengo un niño hermoso y fuerte, fruto de nuestra bella relación. El perro, obviamente. Recuerdo que peleamos durante cinco meses sobre quien se quedaría con él.

El sheriff se asomó en la puerta de la habitación.

-Derek, estuve escuchando todo lo que decían detrás de la puerta todo este tiempo y no creo que te admitan en la escuela -dijo como si nada.

-Papá, ¿que te dije de espiar? Es mi habitación, maldita sea.

-Es que lo chusma me puede -se defendió -. Por cierto, Derek, oí algo de prostitutas. No quiero que hables de esas cosas del demonio con Stiles, él aún no está preparado para oír ese tipo de cosas -se fue.

-¿Habla en serio? -preguntó Derek -. Tu padre es una maldita vieja chusma.

-Lo sé, pero solo lo hace porque cree que eres una mala influencia -dijo Stiles encogiéndose de hombros.

-¿Mala influencia? ¿Este ángel de alma pura que desayuna pan de Dios con agua bendita? -Derek volvió a señalarse a si mismo, indignado por lo que su tío pensaba de él -. Como sea, acompañame a inscribirme en tu escuela.

-Genial.

derek el casamentero | twDonde viven las historias. Descúbrelo ahora