Los ojos de SeokJin se cerraban cada tanto, sintiéndose enfermo y sin reacción e ignorando los llamados de YoonGi para que no se durmiera.
Entendía la gravedad del asunto, lo entendía a la perfección.
Minutos o quizás horas atrás, no estaba muy seguro, YoonGi le había comunicado que lo que corría por su frente no era sudor sino sangre y que al parecer, alrededor de su cabeza había un corte bastante contundente. Aquello a SeokJin le pareció una tontería debido a que él no podía sentir ninguna clase de dolor pero luego lo entendió, muy lento y poco procesado.
Ahora le costaba muchísimo más mantenerse concentrado, se le dormían distintas partes del cuerpo y sentía las manos frías.
Pasos alertaron a YoonGi, quien se removió en su incomodo asiento haciendo que su cuello protestase por lo que mantenía su cabeza firme. Agudizó el oído y pudo notar dos estilos de pasos, uno con un constante golpeteo y el otro de forma arrastrada – SeokJin hyung – Llamó YoonGi, intentado traer al rubio de regreso a la conciencia pero este parecía fuera de sí mismo – SeokJin hyu—
- Él no te va a responder – YoonGi sintió los vellos de nuca erizarse, aquella voz no la espero y le causo un cierto halo en su estómago.
- Tae-TaeHyung -, el castaño le enseñó aquella usual sonrisa cuadrada y se acercó hacía él.
- YoonGi hyung, te asienta la sumisión – Millones de dudas cayeron sobre el pesado cuerpo del peli-verde, millones de dudas que iban a una sola respuesta que él prefería ignorar.
Kim TaeHyung.
Escuchó el sonido de la silla siendo arrastrada y ahí tomó en cuenta que la chica estaba en la habitación, sentándose como si aquello fuera lo más normal del mundo. Su rostro inexpresivo y su cabeza ladina, esperando algo.
- TaeHyung ¿Qu-qué haces? – El peli-verde se armó de valor para pronunciar aquella pregunta de la que tanto miedo tenía la respuesta.
- ¿Qué hago? Me cansé de ustedes, me cansé de mierda – TaeHyung le dio una mirada severa, una que hizo que YoonGi soltara un jadeo –, y se acabó, YoonGi hyung, todos tuvieron su merecido.
- ¡¿De qué hablas, TaeHyung?! ¡Yo fui uno de los que te abrió la puerta cuando apenas eras un crío temeroso del mundo!
- ¡¿Abrió puertas?! – Un golpe resonó por la habitación. La palma de la mano de TaeHyung aterrizando en la mejilla de su mayor, tan fuerte que la nariz del receptor comenzó a sangrar - ¡¿Con tu indiferencia?! ¡¿Sabes cuantas noches me dormí tan tarde pensando en cómo ganarme tu afecto?! ¡¿Cuántas veces no rogué al el inexistente Dios para que dejaras de verme con desprecio?! ¡JungKook, HoSeok, SeokJin y tú!
- P-perdón.
- ¡¿Perdón?! – TaeHyung se encontraba rojo de la ira contenida pero esta vez no la contraería. Otro golpe resonó en la habitación -, lo siento, llegaste tarde.
Una risa hizo eco en la habitación.
Una risa femenina.
- Min YoonGi, pidiendo perdón – Se cruzó de brazos -, imposible de perderse.
- ¡Cállate, maldita zorra!
- ¡¿Cómo te atreves?!
Lo último que YoonGi pudo captar fue la ferocidad con que los ojos de TaeHyung se dirigían a él y el brillar del filo del cuchillo, ahora enterrado en su pecho.
Sintió como sus pulmones ardían y la tos se abrió paso, soltando sangre a penas su boca se abrió.
Pero la ferocidad de los ojos de TaeHyung no se comparó a la de los ojos de AhRin, quien vio su obra perfecta ser destruida delante su rostro.
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KILLER [Bangtan Boys]
Short StoryHaz silencio. No la quieras despertar. »novela corta«