Y me dijeron que estabas triste.
Que te habías enamorado.
Que ella tenía el mismo pelo, la misma boca, la misma altura, pero no la misma forma de mirar.
Que pensabas en mi risa al acariciarla, y que cuando le dabas la mano, aún escuchabas mis pasos tras de ti.
Que era bonita, pequeña, interesante, pero que te sigue interesando más mi forma de abrazarte.
Que siempre intentas crear en sus ojos el brillo de los míos, y que la llamas de la misma manera, sólo por llamarme en secreto a mi.
Pero no te escucho, o, mejor dicho; no quiero escucharte.
Y es que es una puta pena, que yo no extrañe, tu forma de amar.
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A(Marte).
RomanceNo, esto no es un libro sobre astronomía; a menos que sus lunares sean considerados planetas. Tampoco es un libro sobre amor, aunque me gustaría decir que lo que mi cabeza me dicta es una verdad absoluta. Jamás diré que lo que yo sienta sea una...