Sarah Murs está profundamente enamorada de su profesor de literatura, el señor Henderson, Logan Henderson. El cual es 8 años mayor que ella, gracias a un proyecto que le mandan a Sarah, ella logra conocer un poco más al profesor Henderson y comienza...
Entre al salón, hoy tocaba literatura, el profesor no había llegado y todos estaban hablando animadamente, menos yo, me senté en mi asiento. Saqué de mi mochila mi libreta la cual no dejo que nadie toque por nada en el mundo y la coloqué sobre el pupitre y en la mano tenía mi lápiz. Dibujaba un paisaje otoñal, lo que siempre había amado, dibujar, siempre lo hacía y lo hacía muy bien, si puedo presumir.
Tomé mi celular y me puse los audífonos, "I Don't Trust Myself" de Cher Lloyd, sonaba a todo volumen, la música me ayudaba a concentrarme. En eso siento que alguien me toca el hombro derecho, me saqué un audífono y miré por sobre mi hombro hacia atrás. Mi amiga Sia me señalaba algo con su dedo índice, gire mi cabeza en la dirección en la que me señalaba y por la puerta entró él.
Traía una chaqueta color marrón claro, abajo de esta una camisa abierta con los dos primeros botones, unos pantalones negros, formales por supuesto, zapatos negros, su pelo negro corto como siempre alborotado y hacia el costado. Llevaba en sus manos su maletín negro de cuero, hacia ruido al caminar, miro a todos rápidamente, después se acercó al escritorio dejo su maletín en este y se dio vuelta para mirarnos.
–Chicos sentados, por favor –pidió cortantemente.
Su voz era algo gruesa, pero encantadora, sus ojos color miel eran hipnotizantes y profundos, sus labios eran gruesos y rosados, hechos para morder, tenía barba de hace unos días, lo cual lo hacía ver más tentador. Rápidamente apague mi MP3 y me concentre en él. Todos acataron su orden y se sentaron en sus respectivos lugares.
–Buenos días –dijo cuanto ya todos se sentaron. –Buenos días, profesor Henderson –dijeron todos a la vez, lo cual yo susurré.
El era mi profesor, estaba completamente, estúpidamente y locamente enamorada de él, desde que lo vi entrar por la puerta de entrada hacia el salón, hizo que mi corazón se parara, mi respiración se agitara y mis manos sudaran. Ahora me estaba pasando lo mismo, pero trataba de ocultarlo.
Tome mi mochila, la cual estaba en el suelo, como siempre, y saqué la carpeta de Literatura, lo coloque sobre mi cuaderno, saqué mi estuche y miré al frente, el profesor Henderson estaba firmando el informe del colegio, que era un papel donde debían firmar todos los profesores para que lo directivos se enteraran de que alumnos habían ido y quien no.
–Bueno muchachos espero que hayan hacho la tarea que les mande ayer –dijo mientras juntaba sus manos al frente de él, mirando a todos en el salón.
Por dios la tarea, me había olvidado completamente de ella, ayer me pase todo el día pintando y escuchando música que me había olvidado completamente de ella, era la primera vez que me había olvidado de la tarea.
Todos los alumnos agachaban la cabeza, otros miraban a todas partes menos a sus ojos y yo solo me hacia la que buscaba algo en mi carpeta.
–Señorita Murs ¿Hizo la tarea? –preguntó, ¿Por qué me llamaba a mí siempre? Habiendo como 29 chicos más a mí alrededor, me llamaba justo a mí, no se daba cuenta de lo nerviosa que me ponía.
Levante la vista para encontrarme con sus ojos color miel.
–No no... –de lo nerviosa que estaba comencé a tartamudear.
Todos se rieron y yo me resbale un poco más hacia abajo en mi silla, muerta de la vergüenza.
–Muy bien, como creo yo, nadie la hizo, la harán ahora mismo y me lo dejaran al final de la clase sobre mi escritorio, ¿Escucharon? –dijo firme y serio, todos dijimos un "Si" de muy mala gana–. Además les sumare 5 preguntas más –todos comenzaron a protestar y a hablar entre ellos –. Silencio, ahora por eso les bajare 3 puntos –gritó y todos se callaron.
Él no era así, nunca lo había visto tan molesto y serio, le faltaba su sonrisa, su alegría, algo le habrá pasado para que estuviera así. Con el ceño fruncido nos miró y después se dio vuelta para copiar las preguntas en el pizarrón.
☯☯☯
Después de que copie las preguntas en mi carpeta, las respondí, sabía las respuestas de memoria, me había leído las novelas de "Frankenstein" unas mil veces, era una de mis novelas favoritas. El aula era un silencio, como el desierto, solo se escuchaba como los lápices escribían y otras cosas más. Como todavía faltaba minutos de clases, como 30 o 45 minutos, agarre de debajo de mi carpeta mi cuadernillo de dibujo, bueno uno de ellos, el más importante.
Agarre el lápiz y empecé a moverlo, no sabía que dibujar, no tenía ganas de dibujar un paisaje, aunque me encantaba, no quería dibujar eso, mire a mi alrededor, no había nada que me interesara, desvié mi vista al frente, pero nada, hasta que lo vi, ahí sentado, escribiendo algo en su libreta, su pelo despeinado le caía por el frente pero no mucho, jamás lo había dibujado, bueno hice una vez un boceto de sus expendidos ojos pero nunca un dibujo de él completo.
Tenía una buena vista de él, estaba sentada en el segundo banco de la fila del medio, el que estaba al frente mío, lo dejaba fácil, ya que este estaba con los brazos en el pupitre y con la cabeza agachada, durmiendo una buena sienta. Mordí la punta de mi lápiz, viéndolo detenidamente, era fácil de dibujar, la forma de su cara, su pelo despeinado, sus hombros anchos. Agarré mi MP3 de mi morral y lo encendí, me coloqué los auriculares, "Paradise" de Coldplay se escuchaba esta vez, tome una pequeña visión de él y después comenzó el dibujo.
Empecé por sus hombros, después sus brazos, cada parte de su chaqueta, el corte en V que tenía la camisa, la piel que asomaba por la abertura de esta. Comenzó a hacerle las sombras del dibujo, trataba de trazar realmente despacio y con cuidado, levante la vista para verlo de nuevo, pero en eso me di cuente que él tenía la vista en mí, me ruborice y baje la vista al dibujo nuevamente. El dibujo ya casi estaba, era en blanco y negro, creo yo el mejor dibujo que hice hasta ahora, solo le faltabas un par de toque pero nada serio.
El timbre sonó, el silencio se rompió y todos los alumnos comenzaron a guardar sus cosas, yo saqué las hojas de mi carpeta, le coloqué mi nombre, guardé mi estuche y mi carpeta en mi mochila dejando solo afuera mi cuaderno y las hojas. De a poco los alumnos iban dejando el salón, sin antes pasar por el escritorio del profesor Henderson para dejar el trabajo frente a él.
–Por favor Señorita Murs, quédese un momento –ordenó el profesor.
Levanté mi vista, ya que justo estaba buscando algo en mi mochila, trague saliva, ¿Se habrá dado cuanta que lo estuve mirando toda la hora? Seguro que sí y eso será un problema y si hablaba con mi madre, no tenía comunicación con ella, no mucha, ella era una mujer un poco plástica, le gustaba comprarse ropa, usar maquillaje, al máximo, ser joven por siempre, en cambio yo no era así por nada en el mundo, era una cosa diferente a ella, los tacones los odiaba pero para ella eran fundamentales en una mujer, el maquillaje, a mí nunca me importo eso aunque usaba pero no tan excesivo como ella.
Ella siempre quiso a una princesa como hija y yo resulté siendo un pequeño ogro, por así decirlo, no era fea pero no era prácticamente una princesa. Acomodé mi gorrito color morado de mi cabeza y un poco el pelo que lo tenía suelto y caía por los hombros. Todos los alumnos salieron del curso, yo me pare de mi asiento y me acerque tímida y nerviosa al escritorio del profesor Henderson.
–¿Que sucede profesor? –pregunté casi en susurro, ya estaba algo temerosa con lo que me iba a decir y sumándole que me ponía nerviosa estar cerca suyo, aunque nos separaba un enorme escritorio de metal. –Me defraudo el saber que no hiciste la tarea –refunfuñó. –Lo siento Profesor Henderson, es que ayer se me paso el tiempo dibujando y pintando –lo mire directo a los ojos, mala idea, me perdí en sus ojos color miel y no pude continuar mi explicación por que lo único que podía hacer, era pensar en él–. Yo, yo... –dije tartamudeando. –Tranquila, no te preocupes, mira como está es tu primera vez, no te sacaré puntos, pero solo por esta vez –me advirtió. No escuché mucho de lo que dijo, solo miraba su cara, su pequeño mentón, su nariz puntiaguda, sus ojos hipnotizantes y sus labios, el superior era finito encajaba perfecto con su rostro y el inferior era algo grueso, me imaginaba a mí, besando, mordiendo, chupando aquellos labios tan lindo y perfectos–. Señorita Murs –dijo el profesor moviendo las manos y sacándome de mis pensamientos, sacudí la cabeza algo desconcertada. –Si claro y gracias –dije sin poder acordarme de lo que me dijo.
En ese momento quise dejar mi trabajo sobre el escritorio, pero el profesor Henderson lo tomó haciendo que nuestras manos se rozaran, produciéndome una extraña corriente que paso por mi columna vertebral.
–Lo siento –mencioné algo tímida, colocando mi mano sobre mi corazón.
El cual latía rápidamente.
–No, tranquila –dijo con una media sonrisa en la cara–. Ya puedes retirarte –dijo y yo asentí.
Me dirigí a la puerta y salí del aula, aún con la mano sobre mi pecho.
–¿Que te dijo? –preguntó Sia cerca de mi oreja asustándome.
Pegué un pequeño brinco y la mire.
–Te dije que no hagas eso –le grite y después le pegué un pequeño golpe en el hombro.
Comencé a caminar por el pasillo, hacia mi casillero, Sia se puso a la misma distancia que yo y caminamos juntas.
–¿Y... que te dijo? –preguntó de nuevo Sia. –Nada, solo me dijo que no me iba a bajar los puntos –seguí caminando sin detenerme –Qué suerte tienes –dijo Sia con una sonrisa. –No es suerte, es que yo sí hago la tarea –dije y la mire con una sonrisa.
Ella rió sarcástica y golpeo mi hombro. Llegamos a mi casillero, puse la combinación y abrí mi locker.
Sia se apoyó sobre los casilleros al lado mío.
–¿No te dijo nada más? –preguntó algo intrigada. –¿Qué más podía decirme? –pregunté sacando de mi mochila mi libro de historia y dejándolo en el casillero.
Guardé mi libreta, el cual lo tenía en mi mano, en mi mochila, por nada en el mundo lo dejaría en mi locker.
–No sé, que te ama, que quiere pasar el resto de su vida contigo, que quiere tener mil ocho mil hijos contigo –dijo divertida, la mire y entrecerré los ojos. –¿Que estás diciendo, Sia? –pregunté sacando una manzana roja de mi casillero y cerrándolo. –La verdad ¿Hace cuánto que estás enamorada de él? Que lo amas con pasión y locura –comenzó a caminar hacia el patio ya que todavía nos faltaba algo de tiempo antes de la siguiente clase, arte, mi segunda favorita, con la profesora, Stewart. No respondí solo mordí mi manzana, ya lavada–. ¿Por qué no lo gritas al mundo, porque no dices?, "YO SARAH MURS AMO AL PROFESOR HENDERSON" –dijo algo subida de tono, yo rápidamente le tape la boca para que no se le escape nada más a la bocona. –Sia basta –dije algo molesta, ella sonrió algo inocente, agarró mi manzana y le dio un gran mordisco–. Nunca más lo vuelvas a hacer y si alguien te escucho –dije mirando hacia todos lados, algo paranoica. –Sarah, nadie escuchó nada tranquila –dijo y con su brazo sobre mis hombros me acercó más a ella.
Solo esperaba en serio, que nadie hubiera escuchado nuestra conversación.
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Chicas, una de ustedes me envió un mensaje diciendo que no sabía dónde estaba el vinculo externo, que estaba interesada en leer la segunda temporada. Bueno, aquí les dejo una imagen más detallada del donde encuentran el "vínculo externo".
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Igual lo puse, aquí en el capítulo, recuerden solo en computadora les aparece, en el teléfono no, para que no me reclamen que no les aparece, por favor. De una vez les informo que cuando suba la segunda temporada acá en Wattpad, subiré un apartado aquí mismo avisando, también les dejaré el enlace de la historia en el "vínculo externo", para que sepan de una vez.
Publicado: Jueves, 23 de Marzo del 2017. Editado: Lunes, 23 de Marzo del 2020.