Capítulo 22.

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Después de la charla, por así decirlo, entre Logan y yo, no lo volví a ver en todo lo que falto de hora de salida, por suerte, ya que no quería cruzármelo, la palma me dolía un poco pero no iba a aflojar, estaba enojada con él y encima sumarle a eso un amenaza ¿de verdad? Aún no sabía que iba a hacer si ir o no, mi cabeza estaba confundida. Apenas toco el timbre de salida, me tome un taxi y llegue a casa. Cuando entre subí a mi habitación y me cambie de ropa, algo abrigado ya que estaba algo fresco, una remera de tirantes con un suéter azul marino arriba y unos vaqueros negros con mis convers azules. Me deje el pelo suelto y me puse labial color rosa clarito. Baje a la cocina, mi estómago rugía y como no si lo único que consumí esta mañana fue café, pero ahora tenía hambre en exceso, mucha. Entre a la cocina y me dirigí directo al refrigerador, lo abrí y comencé a sacar un montón de cosas, mayonesa, mostaza, jugo, toda clase de fiambres, después cerré el refrigerador y abrí el estante, de allí saque el pan lactal, un plato y un vaso, puse todo en la mesaba u me senté en un banco frente a toda la comida. Saque dos rebanadas de panes y lo puse en el plato. Me sentía algo mareada y mi estómago aun rugía.

–Cállate –gruñí a mi estómago y este como asiéndome burla lo hizo más fuerte.

Comencé a prepararme un emparedado, tenia de todo y le ponía de todo. Después cuando al fin termine, lo aplaste un poco con mi mano y lo comí. Mientras comía miraba cada dos segundos al reloj que estaba en la puerta de entrada de la cocina, este marcaba las 02:45 pm, en aproximadamente 15 minutos debía verme con Logan, cara a cara ¿Qué debía hacer? No quería ir, pero a la vez sí, no quería verlo a los ojos, no podía verlo a los ojos mejor dicho, dios esto me estaba matando.

–Señorita ¿está bien?–pregunto Mika al lado mío asustándome.

Del susto solté el emparedado y este callo en el suelo.

–Diablos–murmure levantándome de la silla.

–Lo siento tanto señorita–dijo ella apenada.

–Tranquila Mika no fue nada, ahora lo limpio–dije mientras me agachaba a recogerlo.

–No, déjelo hay yo ya lo limpio–dijo ella.

–¿Segura?–pregunte poniéndome de pie.

–Sí, es mi trabajo–dijo y sonrió a medias.

–Está bien

Salí de la cocina, aún tenía hambre, sentía un fuerte olor a limón, como a limpiador de limón pero no le di importancia y subí a mi habitción.

***

Eran las 15:15 pm y yo como tal tarada estaba parada en frente a la puerta del departamento de Logan, aún no había tocado la puerta no quería hacerlo, no quería enfrentarme a él, no. La puerta del departamento de Logan se abrió y cuando él me vio se quedó quieto, tenía una chaqueta de cuero y las llaves de su auto en la mano izquierda ¿Iba a ir a mi casa?

–Viniste–dijo en un susurro.

–Solamente para que no vayas a mi casa y para no tener que darle una explicación a mi madre de por qué mi profesor de Literatura estaba en mi casa queriendo hablar conmigo–dije fría y él sonrió a medias.

–Pasa–pidió corriéndose de la puerta, tragué saliva y pase.

No me saque la campera, ni la mochila, no me iba a quedar mucho tiempo, bueno eso lo que pensaba yo. Camine directo al sillón (el individual) y me senté ahí con mi mochila en mi regazo. Mira por la ventana, el cielo estaba algo nublado el sol era tapado por las nubes, esas feas y grises que casi todos odian. Logan se sentó en el sillón del frente (el más grande) y poso sus codos en sus rodillas. Se me quedo mirando como contemplándome. Como ninguno de los dos hablaba pensé que teníamos que terminar con todo esto.

Mi Alumna Favorita © «Logan Henderson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora