Capítulo seis.

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CAPÍTULO NARRADO POR JINYOUNG

Capítulo seis.


El golpeteo en mi pecho sigue siendo irregular, mientras tanto, el hombre dentro mío sigue gimiendo consiguiendo llegar al orgasmo; sólo puedo aferrarme a la sábana manchada de sangre por las heridas abiertas en mis brazos. Su mano en mi boca me impide gritar, y sé que no hay tiempo para llorar, pero me duele horrible mi parte baja.

Al hombre le vale poco que sigo siendo un humano, que al igual que él, me duele excesivamente más; le importa tan poco que da una calada a su cigarrillo estando aún dentro de mí, penetra más lento ahora como si disfrutara de los espasmos después del orgasmo.

Cuando creo que ya todo terminó, un calor punzante recorre un punto en mi espalda.

—¡Ya, por favor! —grito con el dolor en mi garganta y las lágrimas bajando, asustado por la situación y sobre todo por la quemadura nueva en mi espalda.

—¿Te duele, putita? —el señor se mofa y da una estocada fuerte quebrándome la voz. Cierro los ojos fuertemente por la acción y me aferro más a la sábana.

—El tiempo se acabó—una voz se cuela por la puerta, escucho un chasquido de lengua molesto. Al escuchar esas palabras me siento totalmente en libertad.

Jadeante trato de acomodarme mejor en la cama, me duelen los brazos y las piernas son de gelatina en ese instante. Cuando logro sentarme, con el dolor punzante en mi entrada, tapo mi entrepierna avergonzado, pero no es sólo es el daño físico el que me recorre.

Empiezo a llorar de nuevo, entre las frías paredes blancas, observo mis brazos asustado aún más. Es horrorizante ver los rasguños y las heridas por el fuego hechas en esa zona, un sollozo más grande se abre paso por mi garganta reseca.

Sin dejar de llorar y sentir ese dolor punzante, busco en el suelo mi ropa.

Cuando la alcanzo debajo de la seudo cama que está en ese cuarto; con la sonrisa de Yugyeom plasmada en mi cabeza, me voy convenciendo de que esto va a ser mejor, que saldremos de aquí en cualquier momento, que es mejor, por ahora, que Mark le cuide.

Mark...

Sus ojos cafés y esa sonrisa tan dulce que posee. Es lo único a lo que me he aferrado tontamente, Mark no nos puede sacar de aquí, Mark tiene cosas más importantes de las que preocuparse, Mark también está sufriendo, no puedo ponerle más carga sobre los hombros.

No es imposible sonreír leve cuando pronuncio su nombre en medio del silencio.

Sería más tonto el pensar que también estoy en su mente.

Aún albergo una pequeña esperanza de que, si yo no puedo salir de aquí, Yugyeom pueda hacerlo. Tan sólo tiene catorce años, bueno, a punto de cumplir quince; sigo sin comprender que, después de todo ese tiempo, mi madre siga tratándolo con indiferencia.

Nada es distinto ahora, Yugyeom siempre me ha tenido a mí, soy yo el único responsable de lo que pase con él. Trato de limpiar mi rostro, pero recuerdo que mis manos están sucias por la sangre seca; esta situación no se merece mi llanto, sin embargo, el sólo pensar en mi bebé gigante me rompe el corazón.

Como le dije a Mark la noche anterior, ninguno de nosotros nos merecemos esto. Y más porque ya se ha ido todo al carajo, la luz del sol no nos puede iluminar, no podemos disfrutar de una linda tarde y la noche es nuestro único refugio para escondernos del dolor.

Mis piernas ya no pueden sostener mi peso así que me dejo caer en el suelo, con el nudo atorado en la garganta y esas ganas de desfallecer ahí mismo se hacen presentes.

Kidnaped. (They got seven).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora