Capítulo ocho.

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Capítulo ocho.



Yugyeom se levanta del suelo y llega a mi altura con sus ojos llorosos y las piernas temblándole, yo sólo le sigo con la vista tapando mi boca para calmar los sollozos que quiero soltar con tal de dejar todo ir.

Me niego a creerlo, pero la última vez que estuve con Jinyoung, su voz se apagaba conforme la noche avanzaba y no sabía si realmente iba a estar bien... ahora veo que jamás lo estará.

—Me mentiste—Yugyeom llega enfrente mío, con sus lágrimas corriendo libres por sus mejillas, trato de distanciarme un poco pero me toma por los hombros y su mirada me dice cuán roto está por dentro.

Lo entiendo, la única persona que lo mantenía protegido era Jinyoung y él ya no está.

—Dijiste que estaba bien...

Sólo intento verle entre las lágrimas, yo también tengo ganas de gritar por la frustración, tanto como él, también tengo miedo de lo que pueda venir. Y quiero creerle a mi mente que sólo es una mentira más para hacernos perder toda la esperanza, pero Youngjae está llorando junto con nosotros, y Jaebum tratando de consolarlo mientras BamBam esconde su rostro entre el pecho de Jackson.

También quiero intentarlo con Yugyeom, ser como su hermano y que crea que nada de esto ha pasado, pero no es así, yo no tengo esperanzas de salir de aquí y mucho menos por lo que sacamos conclusiones ayer con Jaebum.

—Yugyeom—mi voz se quiebra en el último momento antes de que reciba un golpe, y es él quien con su puño derecho me hace retroceder unos cuantos pasos.

Levanto la mano a mi mejilla, no ha sido el impacto demasiado fuerte, pero por la sorpresa regreso unos cuantos pasos hacia atrás. Mis ojos no pueden estar más abiertos y el llanto cesa de un momento a otro.

—Lo siento—escondo mi mirada de la suya, me siento simplemente avergonzado por tratar de ser fuerte por todos, en primer lugar porque no sé manejar emociones y ahora estoy hecho un lío con lo que acaba de suceder. —Lo siento.

Y lo repito una vez más sólo para poder creerlo.

Sin embargo, Yugyeom cae de rodillas al suelo tapándose el rostro y su cuerpo sufriendo espasmos por el llanto. Me agacho para alcanzarle, y aunque forcejee, le sostengo con más fuerza porque lo necesita.

—Mark—la voz de Jackson me llama, pero no puedo levantar mi rostro, seguro que no podría resistir un poco y tirar toda la cordura al carajo sólo para esperar la muerte.

El almacén queda en un silencio completo, Yugyeom deja de llorar entre mis brazos; el reloj sigue contando los minutos y la razón se nos va de las manos conforme el tiempo pasa.

—Perdón—pronuncia Youngjae entre los brazos de Jaebum, pero no tiene porqué pedir una disculpa. Él no fue el que le puso una mano encima a Jinyoung.

Separo poco a poco a Yugyeom, levanta la mirada hacia enfrente y yo sigo qué es lo que capta su atención; delante está BamBam tratando de hacer reparo en su rostro aunque no tengo ni idea de la causa de sus lágrimas.

Pero siempre nos hacen saber lo miserable que somos, por eso es que la puerta rechina al abrirse y por instinto todos nos apoyamos en la pared más cercana, como si eso fuese a protegernos.

El hombre no viene exactamente lo que se dice feliz, busca entre nosotros y posa su vista en mí. O eso creo yo hasta que se acerca a Yugyeom y le toma de la muñeca levantándolo bruscamente.

Kidnaped. (They got seven).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora