:: 20 :: Breve y sutil

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Sé que dentro de tu mente rondan los pensamientos más sórdidos, insanos y esa manera tan tuya de hacerme ver la vida a tu perspectiva, bajo una pupila muy distinta y que inclusive a primera impresión pareciera ser la única versión cargada de dolencia, sufrimiento, silencio y un tormento incontrolable dentro de tu persona; muy al fondo de lo que aparentabas ser, siempre por las mañanas era la sonrisa dispuesta a presumir una dentadura semiperfeta, con hoyuelos en las mejillas y con esa mirada que dejaba ver lo redondo de tus ojos tan abiertos, atentos, de poco o nada parpadeo, tomando un café y fumando un cigarrillo; contemplando tras una ventana vieja el claro del cielo el cual no producía en ti alguna sensación, hace tiempo que esos efectos tu cuerpo ha olvidado.

Eres inteligente, eres hermosa, independiente, incontroladamente natural; te diviertes y disfrutas de la vida, de cada instante, del sabor que tienen los labios y sabes ya diversas formas de besar; te gusta mirar el cielo por las noches abrazada a alguien, te gusta sentir el viento que entra por  debajo de tu falda, amas sentir los poros de tu piel erizos por el roce intencional o por unos labios que saben besar tras tu oreja; eres sensual y disfrutas estar desnuda caminando de madrugada por tu alcoba.

Eres una mujer libre, con convicción firme y decidida, eres la invitada especial de la reunión, te has ganado a todos con tus sonrisas y amabilidad, eres una fuerte competencia y no solo por la destreza con la que envuelves a miles de clientes, te sabes segura mientras la tarde va tornando a noche y los colores del cielo se reflejan en tus cabellos castaños.

Hoy usarás ese precioso vestido que algún viejo amante con sueños esperanzados dió todo por el amor de un souvenir, suavemente dejas deslizar la tela encima de tu tersa piel, abrochas los cordones de tus zapatillas, esas que hacen ver tus piernas se vean más largas, más firmes, más sensuales. Te miras por última vez de cuerpo entero frente al espejo, das tres pasos, miras de cerca tu rostro, siempre te ha gustado el maquillaje casi natural, pero está vez solo son tus labios los que destacan con sutilidad.

En el camino prenderás un cigarrillo mientras manejas ese automóvil deportivo, regalo de tu exjefe; quizá tengas ganas de escuchar un poco de música, pero descartas la idea, te concentras en el camino, de vez en cuando le das unas caladas al cigarro, otras arrojas por la ventana la ceniza. La avenida se ve tranquilamente despejada, le das la última fumada un centímetro antes del filtro y sale volando con desaceleración dejando diminutos rastros rojos tras tu abandono a toda velocidad. Otro despojo al que solo le sacas lo necesario, lo piensas y sonríes.

En el asiento del copiloto se enciende la pantalla de tu móvil, comienza una vibración de lapsos junto a una canción extremadamente melancólica que torna cada vez a ser mas eufórica, quizá fue ese el tono que el último ex que puso para las entradas de llamasdas, piensas.  Estiras tu brazo derecho para cogerlo pero la distancia entre el dispositivo y el de tu dedo medio y angular le quedán siete centímetros de diferencia, decides desabrochar tu cinturón, a fin que solo será un breve momento; aprietas hasta el fondo el botón rojo y suelta la pieza de metal, mientras se deslizá en medio de entre tus senos, tu mirada no deja de estar enfocada a la avenida, aun queda mucha distancia para llegar al semáforo que aun continua en verde.

Ya no es necesario tomar el móvil, ya ha dejado de sonar, sin embargo lo tomas lo traes a ti y verificas quién a marcado, tu mirada va entre el camino y la pantalla, ves que se trata de tu mejor amiga, seguro te quería preguntar sobre las pastillas que tanto le gustan para esas reuniones y oportunidades de relajar el cuerpo. Dejas el dispositivo entre tus piernas, tomas el volante con la mano derecha y con la izquierda intentas jalar el cinturón, hacia arriba y hacia abajo para que afloje, lo estiras, el semáforo sigue en verde, pasas la cinta de una mano a otra y por un breve momento el volante que sin ser sujetado, vuelves a tirar del cinturón y del rabillo del ojo izquierdo vez un movimiento, algo uniforme.

AL cruce de la avenida esperanza y la calzada franqueza, un niño de ocho años, corre sonriente con una pelota en las manos, conoce la ciudad y sabe que en poco el semáforo cambiará de color, sin embargo no cuenta con tener el cordón de su zapatilla abrochado provocando que este tropiece y caiga tanto de rodillas como de codos al duro asfalto de la acera, su pelota se libera de sus manos, el niño que es sordomudo no hace sonido alguno, solo se limita a volverse  a levantar y correr tras su pelota.

Esa silueta que creíste ver pasa frente a tus ojos rebotando, la siguió tu mirada clavada en cada golpeteo contra el suelo, en ese mismo instante viste otro objeto seguirlo en el mismo trayecto sin mutarse de ser arrollado por un deportivo color azul eléctrico; ambas manos sujetaron el volante lo más rápido posible, no recuerdas si pisaste el freno o el acelerador, solo te diste cuenta que el tiempo se varo, esta maniobra provoco volcar el deportivo haciéndolo girar y girando salió el móvil de entre tus piernas firmes y duras como delicadas piernas bajo la tersa tela de tu vestido, el collar por un momento lo viste frente a tus ojos bailando con la gravedad; continuaba el mundo dando vueltas contigo dentro, girando, de repente la flacidez de tu ser, deja llevar el brazo derecho contra el marco rompiendo en trocitos pequeñitos ese tan sensual codo que más de uno beso antes de llegar a tu cuello, ese largo cuello que cruje tras un golpe en plena frente, algo rebota contra el cristal, sonando y vibrando a la vez, mientras el volante te abraza con toda su fuerza como aquellos brazos extasiados solo que este va destrozando tus lindas costillas que solías asolear frente al mar.

Así lo último que ven tus ojos es un giro breve y sutil llevándote en el.

Aüd!räk mOody :: mÖrdäz !ntröspëCc!ón :: Sátira Reflexión :: Dom. 09 jun 2019 :: 12:12am 

Sátira Reflexión (reedición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora