El condes miraba a su alrededor, viéndose rodeado, y finalmente envainó su espada.
-Está bien, majestad. Disculpe mi descaro.
-Si solo fuese descaro no querría cortaros la lengua- le amenazó el Marques-. Es más, la reina podría ordenar que os la cortaran por lo que habéis dicho.
-Podría- admití-, pero no lo haré. Son palabras vacías de un hombre cegado por la rabia.
-Vuestro hermano le hubiera cortado la lengua y la mano de la espada.
-Nunca os tuve por un hombre sanguinario, Marques- le dije-. Mi hermano lo era y estoy segura de que eso le llevó a la tumba.
-No podéis permitir que os hable así.
-Y no lo permito, y estoy segura de que en cuento salga de esta sala irá corriendo a casa de su cuñado a cometer traición, pero le dejaréis ir.
-Pero majestad...
-No, Marques. La decisión está tomada- le interrumpí-. Tanto él como aquellos que sepan esta historia sabrán que su reina le perdonó la vida.
-Es misericordiosa, majestad- me dijo el Condes.
-Medite, Condes. Medite mientras dure su viaje, es lo único que le pido- le dije mirándole fijamente a los ojos.
-¿Sobre qué?
-¿Sus nuevas lealtades serían tan clementes con vos, o lo enviarían al verdugo por la mera sospecha?
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
-Sois inteligente, Skye- me dijo el Marques una vez el Condes se había ido.
-Sonáis sorprendido.
-Sonaré más que sorprendido si funciona.
-Me conformo con que le haga dudar hasta que tengamos a nuestra disposición al ejercito asgardiano.
-Eso espero.
-Se misericordioso- le pedí-, el pueblo es más fiel a alguien a quien ama que a alguien a quien teme.
-Sabias palabras, pero temo más a la nobleza.
-No deberíais. Pensad en una pirámide.
-No entiendo donde queréis llegar- me dijo confuso.
-Vos hacedlo ¿vale? Imaginadme a mí coronando esa pirámide. Vos y el resto de los nobles por debajo de mí y por encima del pueblo, ocupando una pequeña parte de la zona más alta de la pirámide. El resto de la pirámide es el pueblo ¿Qué ocurriría si la pirámide empieza a resquebrajarse en la parte más alta?
-Nada, la pirámide seguiría en pie.
-¿Pero qué ocurriría si la base se desquebrajara?
-Que la pirámide se derrumbaría.
-Por eso quiero cuidar la base, es un motivo egoísta, no altruista.
-Seréis una gran reina.
-Gracias a vos.
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-Intentaré ser digno de la confianza que habéis depositado en mí- me dijo el Marques a las puertas del traslador.
-Confío en vos más que en ningún otro noble, cuidad de Fitz-Simmons.
-Lo haré, no os preocupéis. Iros, iros y conseguid vuestra felicidad.
Ward, Coulson, May y yo entramos en el trasportador.
-Thor me cree muerto- me dijo Coulson.
-¿Temes su reacción?- le pregunté.
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La heredera
FanfictionSkye no es quien nosotros pensamos, ni siquiera es de nuestro planeta. Ella es la princesa de otro planeta cercano a Asgard que fue enviada a la Tierra para su protección. Las cosas no están bien en su planeta natal, un malvado duque quiere hacerse...