Capitulo 6

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*Christina*

Los abandonados nos conducen por sus territorios, de repente giran por un pestilente callejón que parece más un vertedero de basura provisional que otra cosa. Plagas de toda clase debe haber entre la inmundicia de toneladas de escombros, el hedor es penetrante, pero me fuerzo a contener el escaso contenido de mi estómago en su interior. Des de luego, la basura actúa mejor que cualquier vaya electrificada evitando que nadie ajeno al lugar investigue más allá del vomitivo olor.

El abandonado del parche golpea con fuerza la entrada metálica de un portón que da acceso a una especie de antigua fábrica, todas las ventanas están cubiertas de mugre impidiendo que la luz penetre en el interior del edificio. Seguimos a Edward y acostumbro mis ojos de nuevo a la oscuridad de la estancia, es como una especie de gran almacén. Me sorprendo al ver los Sin Facción en el interior trabajando cada uno en su tarea, es una especie de cuartel general abandonado, tengo la sensación de estar ante una comunidad bien avenida, como si fuesen una facción más. Cada abandonado está desempeñando sus labores, y todos se coordinan de manera eficiente, somos nosotros los Osados recién llegados los que no encajamos en ese lugar, con nuestros uniformes de materiales modernos y osados y completamente armados con toda clase de tecnología militar.

- Ya hemos llegado. – Dice Edward guiñando me el ojo bueno de forma escalofriante.

Todos callan a nuestro paso, fijando la mirada en nosotros como verdaderos foráneos que somos para ellos. Tenía razón Cuatro, ellos están más que organizados, tienen comida, ropas y herramientas. Se han hecho fuertes y esperan su oportunidad para demostrar lo, ahora que entre las propias facciones hemos hecho pedazos la ciudad de Chicago, ellos tomaran partido.

Trago saliva, ante la expectativa de conocer a la líder de los Abandonados, estoy un poco nerviosa, la progenitora de Cuatro no debe ser una perita en dulce.

Entramos a una vieja sala de calderas con enormes máquinas que se encuentran agazapadas en la oscuridad, esquivo los salientes metálicos calculando la distancia para no golpearme con varias palancas enormes, la iluminación es precaria. Enfoco a Evelyn y enseguida encuentro parecidos con nuestro actual líder Osado, alta y delgada, pelo negro y ondulado, piel morena, rasgos de corte similar, pero sin embargo con quién más parecido tiene Cuatro es con su Abnegado progenitor del que heredó esa particular mirada azul que durante mi iniciación tanto me intimidaba.

- Bien venidos a nuestro cuartel general. – Dice Evelyn escrutándonos con su mirada de inquietantes y penetrantes iris oscuros.

- Gracias por recibirnos. – Inicia Lauren el parlamento, forzando su lado más diplomático con voz neutra e indiferente. Como si tan solo diera voz al mensaje que porta.

La conversación banal y llena de protocolo pasa de un momento a otro a preguntas directas y sin preámbulos.

- ¿Cuándo estaréis listos para atacar a Erudición? – Interroga Lauren.

- Pronto. – Responde la líder de los Abandonados.

- Es urgente estéis listos cuanto antes. ¿Cuántos sois? Necesitamos una cuantificación de individuos y ubicación.

- Los suficientes, puedes estar segura. – Omite dar cifras.

- Te recuerdo que tu hijo está apresado por Jeanine. – Evelyn en respuesta sonríe con cinismo.

- Tobías está allí en calidad de espía, es necesario tener alguien dentro que nos informe, aunque los Eruditos crean que está allí por motivos mucho más estúpidos. – Siento calor subir por mi cara al notar la rabia que nace de mis entrañas, las hirientes palabras de Evelyn me queman como aceite caliente. Acaba de declarar que salvar a Tris es una estupidez.

Christina, confidencias de una OsadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora