Ya ha pasado un mes desde que yo y Momoko somos amigos no paramos de vernos cada día cada hora y segundo con ella han sido increíbles tantos que siempre iba a la tumba de Alfredo a contarle casi todos los momentos que pasamos y que me hubiera alegrado que él estuviera aquí seguramente también le hubiera encantado conocerla.
Los lugares conocimos juntos, las comidas, las risas e incluso cada enojo y pelea, fueron muy divertidas, desde muy temprano hasta que cayera la noche, conocimos uno del otro que ni yo me la podía creer.
Me comentó que el día de mañana me invitaba a su casa o donde más bien se estaba quedando por su periodo de vacaciones, ja ja es como si ya viviera en su casa pero... Su papá no se la pasaba mucho en casa que digamos tuve la oportunidad de conocerlo unas cuantas veces claro, y en ese corto periodo de conocerlo tuve un poco de nervios, pero al parecer le caí bien al señor Aoi papá de Momoko.
9:12 de la mañana, día 20 de enero.
Desperté temprano para pasar el día de nuevo con Momoko mamá me miraba muy feliz con una sonrisa abrasadora, le dije que este día le presentaría a mi amiga Momoko, ella se notaba muy feliz y preparó rápidamente lo que tenía en la cocina para darle un desayuno.
Escuche que tocaron la puerta y corrí para abrir y era solo la vecina me dijo algo para decirle a mi mamá, ella se retiró y en eso atrás estaba Momoko buscando algo viendo las calles.
-Alberto- ¿Se te perdió algo?. Dije riendo a carcajadas.
-Momoko- no seas bromista. Respondió con una mueca.
-Alberto- Ja ja ja ja ja ja... Lo siento, ven pasa.
Ya adentro miro mi casa no era muy grande ni muy lujosa como en el departamento en el que ella se quedaba, pero le dije que era su casa cortes-mente, estaba un poco nervioso era la primera vez que metía a una chica a mi casa.
Mamá salió feliz de la cocina y se nos acercó y sostuvo las manos de Momoko, con una sonrisa le dijo -Tú has de ser Momoko la chica con la que mi hijo pasa todo el tiempo afuera. Yo solo me avergoncé de que mi mamá actuara de esa forma pero, así debe ser cuando presentas a una persona supongo no, ella no sabía reaccionar creí que se sentía incómoda, así que le dije a mi madre que la dejara respirar, pero ella solo dijo:
-Momoko- Siento haberme quedado paralizada pero es que es la primera vez que alguien me habla así. Respondió nerviosa y apenada.
La mire con los ojos sorprendidos y boca abierta, era genial esta chica demasiado para poder creerlo, subimos a mi habitación ella se sentía un poco nerviosa, le pregunte porque se sentía así a lo que me respondió que nunca había sido invitada a una casa e ido a una habitación de un chico, me sorprendí al escuchar eso y antes de entrar a mi cuarto le dije que si estaba cómoda con esto.
-Alberto- ¿Enserio quieres entrar o te es incomodo esta situación?. Diciendo algo preocupante.
-Momoko- No es eso pero es la primera vez que alguien me trata de una forma muy amable. Respondió muy contenta.
Ya adentro empezamos a platicar, ella solo miro mi habitación, yo solo pensé que era verdad que nunca había entrado a una habitación de un chico.
Un largo rato nos quedamos desayunamos, y luego nos salimos, ella estaba contenta no tenía una expresión de mala onda, ella es muy amable e incluso sencilla para las cosas.
Era un día nublado hacía frío la temperatura había bajado bastante, aun estando abrigados veíamos el uno al otro como teníamos el aliento frío, le dije que a donde íbamos, ella me dijo que a su casa como habíamos quedado pero, cambió de opinión y fuimos a la plaza comercial de santa fe, y dimos unas cuantas vueltas pasamos a comer, le dije que si quería comiera una ensalada:
-Momoko- ja ja ja ja no como crees no estoy a dieta tampoco estoy gorda ¿porque dices eso?. Dijo riéndose.
-Alberto- Bueno yo nunca quise ofenderte je, entonces come lo que desees yo estoy bien. Diciendo algo preocupado.
No tenía dinero o al menos lo suficiente, así que mejor decidí invitarla a ella pero, al parecer vio mi expresión en mi cara, así que ella me dijo sonriendo no te preocupes yo invito, no debes fingir esas cosas tampoco debes ponerte decepcionado.
Yo solo cerré mis ojos y me limpie con mis manos diciendo que se lo pagaría fuera como fuera, me llevo al cine y vimos una película, lo que me sorprendió más fue que el día había acabado muy rápido ya estaba oscuro, no quería separarme de ella.
10:45 de la noche, dentro de la plaza comercial de santa fe.
creo que ya es hora de que te valla a dejar a tu casa es muy noche no crees, solo me miro fijamente sin decir nada, la notaba un poco extraña, pero no sabía qué era lo que le incomodaba.
Ya afuera tuvimos que cruzar un puente para llegar a su casa en medio de eso, pasaron dos tipos y solo escuche que decían. -Adiós hermosa vente conmigo mejor preciosa-. Dijo vulgarmente. Me detuve y les respondí -Mas respeto pendejo-. Respondí groseramente .
Momoko solo me agarro de la mano y me llevo con ella a seguir el camino mis latidos se aceleraron ella sostenía mi mano con fuerza, antes de llegar a la entrada para el edificio donde se encontraba su departamento...
-Momoko- ¡Miente, por favor miente, a lo que te valla a decir si!. Dijo muy enojada.
-Alberto- ¿De qué hablas Momoko?. Dije algo preocupado.
-Momoko- Mi... Mi papá aún seguirá trabajando aquí en México pero yo... Yo... Yo tengo que regresar a japón, para los papeles y arreglos para la universidad.- muy triste y con lágrimas en los ojos dijo.
-Alberto- yo, no se que decir la verdad, si tu te vas... Que hare yo sin ti, eres la primera chica a quien conocí y pase tanto tiempo.
-Momoko- Quisiera pasar un poco más de tiempo contigo, pero ya no podré estar más tiempo aquí, pero estoy feliz de conocerte, además tengo muchas fotos tuyas como recuerdo. Respondió con una sonrisa pero lágrimas en los ojos.
Era realmente difícil una despedida, no quería perder a otro amigo, pero si tiene que ser así pues que así sea, solo nos miramos por un buen rato frente a frente no soportaba verla llorar, tenía unas ganas de abrazarla pero no creo que sea lo correcto pensé.
Pero al final ella me abrazo sentí como ella se tuvo que agachar un poco para poder abrazarme y me disculpe por ser un poco chaparro, ella solo me dijo que era un tonto.
Nos abrazamos era lo más triste que había sentido, me hubiera gustado poder abrazarla en un momento más feliz.
-Alberto- No te pongas así no importa dónde estés aquí siempre tendrás un amigo y cuando vengas sera lo mas emocionante para mi. Dije tratando de hacerla sentir mejor.
-Momoko- se que tengo a alguien aquí y que no quisiera dejar, cuando regrese iré a verte ahora se donde vives. Respondió algo deprimida.
La deje en la entrada, llegue a casa mamá me dijo que era una chica realmente hermosa, le encanto su cabello castaño ondulado, sus ojos totalmente rasgados y negros, un cuerpo espectacular, solo la mire y le dije que hoy se regresaba a su país.
Estuve en mi habitación encerrado, me aguante las ganas de llorar, era una noticia mala que me haya dicho que se iba, me quedé un rato pensando dando vueltas por mi habitación, que es lo que podía hacer para poder estar con ella.
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UNA HISTORIA CONTIGO
RomansaEs la historia de un joven de 17 años llamado Alberto, un joven normal dedicado a sus estudios hasta que sucede una tragedia pierde a su mejor amigo una persona muy querida de el desmoronado por los sucesos ya no sabe que hacer hasta que conoce a Mo...