Cap. 1 Encuentro

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La vi por primera vez en la escuela llevaba una bufanda color rosa, un abrigo negro, unos vaqueros ajustados y botas altas, lo primero que pensé de ella fue "se ve triste", desde entonces no logró sacar de mi mente esos ojos violeta, esa boca pequeña y carnosa, pero en especial ese cabello negro que le llega a los hombros, es bajita y con buen cuerpo.

Me llamo Ichigo Kurosaki tengo 19 años, actualmente estudio medicina y vivo sólo, mis padres me ayudan a financiar mis estudios ya que el trabajo sólo me da para pagar la renta y lo de mi comida, me mudé de Georgetown, a Tennessee por problemas en la escuela y no quería involucrar a mis padres en esto, el principal es que mi cabello es naranja, a las personas no les agradan los que resaltan y por eso no me dejaban en paz, la segunda cosa que me metió en problemas es que soy bueno con las mujeres y he salido con muchas pero nunca me he enamorado hasta ahora...

Yo no creo en el amor a primera vista, yo sé que el primer beso no necesariamente se da con los labios puedes hacerlo con palabras o con la mirada.

-que estupidez es el amor a primera vista- dije suspirando mientras le daba otro trago a mi café -quiero conocerla... quiero estar a su lado- dije mirando mi móvil, me levanté de la mesa, pague el café extra y me despedí de Seena mi amiga del restaurant "KARMA DONDE TE DAN LO QUE MERECES" y me decidí a salir mientras aún seguía la tormenta de nieve.

En el trayecto del restaurante a mi apartamento me encontré con una chica desmayada afuera de una fraternidad, la tome en brazos sin destapar su rostro pues lo poco que tenia de calor corporal lo perdería si hacia eso.

Tarde un poco más en llegar a mi apartamento, en mis brazos aun inconsciente la chica que había salvado o únicamente recogido, comenzó a entrar en calor una vez dentro del edificio.

-Espero que estés bien- le susurre una vez entre en el interior de mi habitación, la acomode en mi cama haciendo visible su rostro, quede en shock mientras analizaba la situación pero volví casi enseguida al escuchar leves gemidos salir de su boca, la cubrí con mantas más cálidas para que recuperará su calor, ¡Joder! No puedo creer que la dueña de mis pensamientos más ilógicos este dormida en mi cama, encendí la calefacción y puse chocolate caliente en dos tazas deje una cerca de ella y vi como su rostro recuperaba el tono rojizo que recordaba, ella empezó a hablar dormida

-mmm... basta... Kaien... déjame...- lucía inquieta tome su mano y me apretó un poco, se levantó agitada y respirando con dificultad -¡basta déjame!- grito y me golpeó la mejilla con mucha fuerza.

-ouch... eso dolió- dije frotando mi mejilla -¿¡por qué diablos me golpeaste!?- dije algo molesto olvidando que había estado inconsciente.

-lo... lo lamento- se veía asustada -¿quién eres?- observó su alrededor confundida -¿¡donde estoy!?- no paraba de hacer preguntas con un tono de nerviosismo.

-no te asustes estas en buenas manos- sonreí y le entregue su taza de chocolate -tienes que recuperar tu calor corporal... ¿qué hacías tirada en plena ventisca?... digo si puedo saber- desvíe la mirada.

-bueno yo... yo no... No lo recuerdo...- bajo la vista hasta sus manos y se tranquilizó respirando hondo.

-perdona... ¿cómo te llamas?- me levanté de la cama y me dirigí a la cocina -tal vez eso si lo sepas- reí un poco entre dientes -yo me llamo Ichigo Kurosaki a tu servicio- dije volviendo con galletas.

-Rukia Kuchiki- se recargo en la pared más tranquila -y... dime ¿Cómo... bueno en qué condiciones me encontraste?- dio un sorbo a su taza

-bueno... primero que nada quisiera saber si ¿no te duele algo?- la observe detenidamente, ella puso los ojos en blanco y se notó que estaba asustada.

-¿me has hecho algo?- se alteró y alejo sus pies de mí.

-¡NO!... no, no he hecho nada... solo que tropecé con tu cuerpo pues así fue como te encontré...- me ruboricé al recordar mi estúpida caída en una avenida de fraternidades solo esperaba que nadie me hubiera visto -por eso pregunte que si te había hecho daño- le sonreí para calmarla.

-oh... no te preocupes yo estoy bien... bueno gracias por haberme encontrado aunque creo que yo soy la que debe disculparse por la caída que sufriste- sonrío nerviosa y dejo la taza en la mesita de noche -puedo abusar de tu hospitalidad esta noche, no debo salir en estas condiciones- me miro aún nerviosa y apenada.

-si, no te preocupes no hay problema dormiré en el sofá... buenas noches-

ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora