-Luci, Owain, ¿qué ocurre?
-¡No te vayas Naomi ne-chan!
-¡Me prometiste quedarte con nosotros!
Sonreí dulcemente y los abracé.
-¿Cómo voy a dejaros solos con los trastos que sois?
-Entonces...
-Sí Owain, me quedaré.
Los pequeños saltaron y rieron alegres para después tirar de mis manos para llevarme con los demás. Pero no era tan fácil. La pierna me dolía a horrores. Owain pasó mi brazo por sus hombros y cargó con parte de mi peso.
-Admítelo. Tú no puedes hacer frente a todo sin ayuda.
-Lo reconozco.
Con la ayuda de Owain avanzaba poco a poco mientras los pequeños Owain y Lucina corrían emocionados delante nuestro.
-¡Vamos Nao-san!
-No puedo correr más Owain. Ten paciencia.
El sonido de un hacha cayendo al suelo me detuvo. Sabía que tenía que hacer frente a esta situación tarde o temprano, pero preferiría que fuese junto al resto. Me di la vuelta y lo encaré. En algún momento tenía que hablar con Gerome.
Su cabellera pelirroja, tirando a un tono anaranjado, estaba más corto. Seguía llevándolo repeinado hacia atrás. Seguía llevando la misma máscara que lo caracterizaba desde que escapamos de nuestro mundo.
Se la quitó y nuestros ojos se cruzaron un instante para después apartar la mirada. No era capaz de mantenerle la mirada después de todo lo que ha pasado. Owain se alejó de mi lado y en un visto y no visto Gerome me había abrazado. Sin saber cómo, la máscara llegó a mis manos.
-No fue un sueño.
-¿Gerome?
Gerome se enjuagó las lágrimas, me miró y me agarró por los hombros.
-Tonta. ¿Para eso era la máscara que me pediste? ¿Para escapar?
-¿Y tú qué? ¿Por qué me has dado tu máscara?
-Yo nunca creí que habías muerto. Me juré que no me quitaría esta máscara hasta encontrarte y cuando te volviese a ver te la daría.
-¿Ni para dormir?-paso los brazos por su cuello.
-Ni para dormir. Tendrías que haber visto los numerosos intentos por parte de Íñigo y Nah intentando quitarme la máscara.
-Jajaja. Mira Gerome, yo no voy a ser quien te diga si quitarte la máscara o no. Eso lo tienes que decidir tú. Esa máscara la has llevado por años para ocultar tu tristeza y dolor.
-¿Por qué tenía la sensación de que me dirías eso?
-Nadie me conoce tan bien como tú, ni siquiera Morgan.
-¿Nos matará por volver juntos?
-Más bien te matará a tí. Sabe que no me puede ganar.
-¡¿Dónde están?!-grita Owain llevándose las manos a la cabeza.
Me había olvidado de que seguía aquí.
-¿Dónde está quién?
-¡Los niños! ¡Esos rufianes se los habrán llevado! ¡No os preocupéis! ¡El gran Owain va...!-le golpeo la cabeza. A ver si así se le ajusta ese tornillo suelto.
-Déjate de idioteces. Habrán ido a la sala del trono.
-¡Ya voy yo!-sale corriendo.
-Owain no ha cambiado nada.
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Sangre maldita
FanfictionSumida en el dolor de mi corazón me alejé de las personas, guardando mi dolor en soledad.