Los gritos de una mujer pariendo se podían oír desde cualquier punto del castillo, todo el mundo lo sabia, el hijo del rey Miraz estaba naciendo y todos esperaban expectantes su llegada.
-¿Será niño o niña?-se preguntaba las mujeres de la cocina.
-Si es niño le entrenaremos bien.-dijeron los soldados.
Muchos comentarios de ese estilo se podían oír también por todo el castillo, pero el maestro estaba en silencio encerrado en sus aposentos, los cuales estaban muy cerca de los aposentos del rey. Esperaba que las primeras palabras de la doncella de la reina al salir de la habitación pudiesen escucharse desde ahí, no quería causar sospechas .
Si el recién nacido fuese una niña se quedaría muy tranquilo y probablemente se iría a su cama a dormir o incluso podría ir a felicitar al rey, pero si la reina diese a luz aun niño las cosas serían muy distintas.
Después de unos treinta minutos de espera los gritos cesaron y el sonido de una puerta al abrirse le puso alerta.
-Lord Miraz, es un niño.-dijo el general Glosel.
Oh no, el profesor salió sigilosamente de su habitación y se puso a correr en dirección a los aposentos de Caspian. No podía perder ni un segundo más.
Entró en la habitación y se acercó a la cama, tapó la boca de Caspian con su mano para que no gritase y Caspian se despertó poniendo una cara de asombro.
-Cinco minutos más-protestó Caspian mientras se colocaba en una postura cómoda para seguir durmiendo.
-Alteza esta noche no vais a poder dormir.-Caspian le miró extrañado-¡Daos prisa!
Cogió a Caspian de la mano y le empujó en dirección a la puerta.
-Profesor, ¿que es lo que pasa?-preguntó el muchacho. El profesor le miró muy seriamente y le contestó:
-Tu tía ha traído al mundo a un Barón. ¡Vamos!
Después de haber podido aclararle a Caspian lo preocupante de la situación se escondieron e en el armario a la espera de que los guardias llegasen.
Pronto lo hicieron, eran más de 10 entre todos rodearon la cama de Caspian y después de un momento de vacilación, apuntaron con sus ballestas la cama y dispararon, pero no tardaron en darse cuenta de que allí no había nadie y de que el principe se había escapado.
A continuación todos salieron de la habitación y se dirigieron hacia los aposentos de Miraz para contarle la mala noticia.
Cuando lo pasos se dejaron de oír el profesor y Caspian salieron del armario y se pusieron en camino a la los establos. Cruzaron numerosos pasadizos secretos y pasillos por los que prácticamente nadie pasaba, porque de ese modo aunque tardasen más corrían un peligro menor a ser descubiertos.
Aún así no tardaron mucho en llegar, ya allí Caspian empezó a preparar su caballo y se montó en el, mientras el profesor le preparaba un pequeño y improvisado equipaje.
-Debéis de adentraros en el bosque, no os seguirán hasta allí.-le aconsejó el profesor.
-He tardado muchos años en conseguir esto.-le dijo mientras le daba algo escondido entre un trozo de una basta tela gris-No lo utilices salvo en caso de gran peligro.
-¿Volveré a verte?-Caspian estaba muy preocupado por su profesor ya que era probablemente una de las pocas personas que le importaban y al que le importaba de verdad.-Eso espero mi principe.-el profesor hizo una pausa y suspiró-me gustaría poder deciros tantas cosas, todo lo q conocéis esta a punto de cambiar. ¡Marchaos!-esto último lo dijo mientras le daba un azote al caballo y le decías adiós con la mano.
Caspian cruzó el patio del castillo lo más rápido que pudo, pero fue imposible no ser visto por los guardias y en menos de lo que canta un gallo 7 guardias iban trás él.
No tardó en llegar a la aldea y para entonces ya se veían unos hermosos fuegos artificiales surcar el cielo, dando la bienvenida al nuevo heredero.
Después de estar cabalgando durante lo que pareció una hora Caspian por fin llegó al bosque, esperaba que los guardias que aún le seguían se quedasen y no siguiesen adelante.
Y en efecto eso es lo que iba a pasar de no haber sido por las palabras del general Glosel.
-Viejas supersticiosas, ¿queréis pasar la noche en una celda?
Dicho esto los guardias se atemorizaron y decidieron entrar al bosque. Estuvieron toda la noche cabalgando, Caspian intentaba librarse de los guardias mientras surcaba ríos, praderas y bosques pero era imposible, no pararían asta alcanzarle.Era media noche cuando noté su presencia, es fácil detectar a los humanos, emanan una fragancia muy característica que recuerda a la piedra y al metal pero que siempre tiene algo, el olor de la vida que para cada humano es diferente, es el olor lo que les da la esencia.
Si mis cálculos no fallaban el hombre estaría a 3 km, llegaría allí en 20 minutos.
Miré a mi alrededor, la manada estaba durmiendo, no notarían mi desaparición hasta que se despertaran y los licántropos no se despiertan fácilmente.
Me levante y salí de entre Nial y Gabriel intentando no despertar a ninguno.
Entonces oí un movimiento, me giré y vi que Heather había movido una de sus garras, pero seguía dormida.
Sabia que me mataría cuando volviese, pero mi curiosidad siempre ganaba a mi sensatez, siempre sospeché que era por eso por lo que ella era la líder de la manada y no yo. Encima aunque a diferencia de mi ella no fuese la legítima heredera, siempre tenía a todos de su parte y utilizaba su poder para hacer todo lo posible para humillarme.
Deje que esos pensamientos dejasen mi mete tan rápido como habían venido y empecé a correr.
Mientras corría deje que todos mis sentidos me dejasen, dejé de sentir las ramas rasgándome los costados y el sonido de mis patas hacían al pisar las ramas y la vegetación que cubrían el suelo y me centre en mi olfato, el olor del humano era lo único que ocupaba mi mente y corrí hacia el.
Cada vez su olor era más fuerte y si esencia cada vez era más nítida. El olor de una mezcla entre papel y manzanas se hacía pasar por mis fosas nasales y me inundaba hasta que ya deje de olerle y lo miré a los ojos.El chico no me vio y siguió cabalgando. Huía de algo. Le seguí.
Entonces note un nuevo olor, eran más hombres.
Giré mi cabeza para ver si veía la procedencia de ese olor pero el bosque era espeso y parecía que estaban bastante lejos. ¿Que estaría haciendo un Humano huyendo de otros humanos en el bosque?
Entonces oí un ruido seco como de alguien que se da un golpe y me giré rápidamente.
El muchacho se había caído del caballo y estaba tumbado en el suelo.
Pero justo en ese mismo instante una pequeña puerta que había escondida entre las raíces de un árbol se abrió y se ella salieron dos Enanos, uno pelirrojo y el otro moreno.
Conocía al pelirojo, le había visto más de una vez en la armería en la que todos los Narnianos nos escondíamos y alguna vez había cruzado algunas palabras con el, pero mi memoria de lobo no me permitía acordarme de nada más.
Los enanos No tardaron en fijarse en el joven Temarino que se hallaba tendido en frente de ellos, igual que el no tardó en fijarse en ellos.
-¿Nos ha visto?-preguntó unos de ellos. Pero nadie pudo contestarle ya que de repente el sonido de unos cascos de caballo los alarmó a todos. Decidí ir hacia los Telmarinos, los enanos podría en enfrentarse a un humano pero no a muchos más y los Narnianos no podíamos permitirnos el lujo de ser descubiertos. De mientras el enano pelirojo también fue hacia los Telmarinos. Mientras que el otro se acercó a Caspian. Este aterrado cogió el cuerno que le había dado su profesor que fue lo único que pudo agarrar antes de caerse del caballo y lo hizo sonar.
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Falling for you (Edmund Pevensie)
FanfictionLos Pevensie vuelven a su amada Narnia después de muchos años para encontrarla sumida en un caos permanente. Necesitarán la ayuda de un enano y una misteriosa chica de ojos azules como el hielo para ayudar a liberar a los Narnianos. Pero, ¿que pasa...