2. Por los malos amores.

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                      2. Por los malos amores. |Won't Smile - Sabrina Carpenter|


                A pesar de mis insistencias en rechazar a ese hombre como cliente, no sirvió de nada. Mi madre me ha obligado a defenderlo a toda costa, a pesar de lo ocurrido. Así que, aunque me caiga como una patada en el hígado, no tuve más remedio que aceptarlo.

   Y aquí me encuentro, cuatro días enteros dedicados a revisar su caso, sus antecedentes, y todo lo que tenga que ver con él.

  Por una parte todo esto me mantiene ocupada y me distrae para no pensar en el estiércol de mi ex novio, pero por otro lado, estoy descubriendo cosas de ese hombre que me pone la piel de gallina.

—¿Por qué no hablas con tu madre y buscan una solución ambas? —cuestiona Tatia revisando un expediente—. Siento que será un martirio para ti defenderlo.

—No tengo de otra Tatia, es defenderlo o buscar trabajar en otro lugar y sabes bien que la segunda ni siquiera es una opción —replico después de revisar una de las tantas carpetas que tengo en mi escritorio—. ¿Como un tipo como él puede estar tan limpio y a la vez tan sucio?

—Mas sucio que limpio —informa Bria entrando a mí oficina y dejando una carpeta en el escritorio—. Creo que este caso será largo.

—¿Qué es eso?

—Por lo visto la gran fortuna multimillonaria de Kay Keller no es muy limpia que se diga —ella señala la carpeta y se sienta al lado de Tatia—. Es guapo pero sucio.

—Ya sabía yo que ese hombre de bueno solo tiene la apariencia —resalta Tatia.

   Abro la carpeta, leo toda la información y no puedo evitar soltar una exclamación de sorpresa. Es una investigación policial, donde hay fotos desagradables, contratos, mensajes y demás que demuestra que está implicado en trata de drogas, armas y entre otros delitos bastantes graves.

—¿De dónde sacaste esto, Bria? —Cuestioné incrédula.

—Digamos que tengo un excelente amigo en la comisaría —dice ella chupando un chupetín mientras nosotras la vemos entornando los ojos, incrédulas—. Bueno, es un ligue, él me dio el expediente.

—¿Entonces Keller es un mafioso?

—No oficialmente, todo ese caso está cerrado porque nunca se demostró nada contundente contra él en específico.

—Como de costumbre ¿Y para que nos sirve está información?

—Fred me aseguro de que Keller es un mafioso, que está información es real solo que nunca demostraron que él era la cabecilla, además él se encargo de desaparecer todas las pruebas.

—¿Me estás diciendo que estamos trabajando para el lado equivocado?

—No tengo la menor idea...

    No la dejo terminar su oración porque salgo de mi oficina echando humo por las orejas hacia la que es la oficina de mi madre con la carpeta en las manos. Ni siquiera le tocó la puerta, entro como si fuera mi casa y le pongo la carpeta en su escritorio.

Me siento y me cruzo de brazos, esperando una respuesta que nunca llega. Ella está relajada, leyendo un artículo en su computadora.

—¿Me vas a explicar por qué estamos trabajando para alguien que puede ser un malhechor? —reclamo, mirándola fijamente. Ella suspira y, con tranquilidad, cruza sus manos encima de la mesa.

—Señorita Hasper, no tocaste la puerta...

—Necesito que me respondas, mamá.

—Primero, toca la puerta, y ahí sí podré responder tu inquietud.

Rosas y Serpientes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora