Capítulo 5

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Seguimos nuestro camino hacia la "Gran sorpresa" de Marcus. Sinceramente tenía mucha curiosidad en saber que era todo esto que se traía mi amigo entre manos.

El carro se detuvo y yo estaba tan ensimismada con mis pensamientos que no me di cuenta de ello hasta que Marcus me estaba hablando.

— Sofí... —Escuche mi nombre y voltee a verlo—. Sé que mi auto está hermoso pero necesito que te bajes.

— Oh, lo siento... no me di cuenta que ya habíamos llegado. —me disculpe un tanto apenada.

— Me di cuenta, pero ya anda, baja, que nos espera un excelente día por recorrer. —decía emocionado bajándose del carro, lo cual no podía sentir de igual manera porque no sabía a donde rayos me llevaba.

— Ya voy... —me bajé del auto sin olvidar mi bolso y observe a mi alrededor, yo conocía ese lugar...

— ¡Sorpresa! —exclamo mi amigo con los brazos al cielo.

— Marcus... ¿Qué hacemos aquí? —le pregunte desconcertada.

— Pues... me dijiste hace como una semana que hoy se iba a presentar una exposición de tus pintores favoritos. —contesto con simpleza.

— Si, pero también te dije que no alcance boletos.

— ¿Y qué es esto? —dijo presumido sacando dos entradas de su bolsillo trasero del pantalón.

— No puede ser... — yo estaba impresionada, los boletos habían sido muy pocos por lo cual se habían acabado rapidísimo. — ¿Cómo rayos los conseguiste?

— Tengo mis contactos. —contesto engreído. — ¿Entonces qué, vamos o no?

— ¡Claro! —Conteste ahora con entusiasmo.

Entramos a la explosión de arte, el artista que a mí me gustaba se llamaba "Pawel Kuczynski" es un y que se especializa en la sátira y la crítica. Ama sus obras, eran tan crudas y realistas en el sentido de que representaba las situaciones sociales de la actualidad de una manera genial.

Recorrimos todo el lugar tomándonos nuestro tiempo viendo los dibujos, y especialmente nos paramos enfrente de uno en donde un reloj estaba detrás de una tumba y la manecilla que iba de un lado al otro iba cavando la fosa, dando entender que el tiempo es el seguro a la muerte. Voltee a ver a Marcus el cual miraba muy concentrado el cuadro, lo que me causo gracia, a él no le disgustaba pero tampoco era que le agradara mucho el arte. Pero aun así él estaba aquí, acompañándome.

"Lo amaba... demasiado..."

Este hombre de alguna manera se empeñaba en hacerme feliz de una u otra manera, disfrutábamos mucho nuestro tiempo juntos. Todo el tiempo estábamos juntos, desde que lo conozco, siempre congeniamos muy bien. Hemos tenido peleas como todas las personas pero nada que nos separara de manera definitiva o que nuestra amistad estuviera en una situación delicada.

"No sé qué haría sin él..."

Recuerdo aquella vez que alego con sus padres por mi culpa prácticamente.

Yo iba en una escuela de gobierno y él en una privada –muy costosa debo agregar-, pero quería estar conmigo y le rogo a sus padres que lo dejaran cambiarse a mi escuela y -este siempre hombre consigue lo que quiere- logro convencerlos. Yo estaba muy contenta, era mi mejor amigo ¿Cómo no estarlo? Aunque le dije que no tenía porqué hacerlo y le ordene que no lo hiciera pero no le importaba lo que yo le dijese.

"¿Cómo no atesorar a alguien así en tu vida?"

Yo era una persona muy normal en la escuela, tenía buenas calificaciones a mi parecer, tenía amigos, iba a fiestas, tuve novios muy diferentes, pero Marcus... era un hombre que destacaba mucho, inteligente, guapo, popular, de familia bien posicionada. Yo era la típica niña cualquiera de la escuela y él el típico niño bonito popular ¿Cliché, no? Pero era mi mejor amigo y la gente no entendía eso, y mucho menos sus "noviecitas" comprendían aquella situación, bueno no podía culparlas todas eran unas cabezas huecas.

La Rosa Escarlata [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora