Capítulo 6

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Escuche la alarma de mi celular sonar a lo lejos y luego paro.

Trate de abrir los ojos pero la luz de afuera me calaba en el rostro, me di la vuelta y quede boca abajo en mi cama, el sueño volvió a invadir mi cuerpo y cuando estaba a punto de volverme a dormir la alarma empezó a sonar de nuevo.

— Joder...—me queje y me di la vuelta.

Observe el techo blanco y en él se formaban diversas figuras y rostros extraños. Se alcanza a ver un mago y un pequeño ratón.

Me senté toda adormilada, siempre tuve dificultad para poder despertarme. Es que yo no entendía como la gente se podía levantar temprano todos los días. Para mí el sueño era sagrado y era una de las cosas que más disfrutaba al haberme graduado.

Me levante de una vez por todas de mi cama, tenía trabajo que hacer. Había un evento importante en mi vida muy cerca.

(...)

Mi estudio y mi persona era todo un desastre, pintura por aquí y por allá, había pintado un cuadro de colores muy vivos y manchas muy distorsionadas, me había puesto a aventar la brocha y a mí al gran lienzo que se encontraba colgado en toda mi pared y parte del suelo. La canción "Best Day of My Life" de American Authors generaba mucha euforia y excitación en mí.

Estaba cansada y me tome un momento para mí. Fui a la cocina en busca de algo para merendar, mi celular empieza a sonar, miro el número y sonrío.

— ¿Hola? ¿Quién es...? —Contesto simulando miedo.

Tu peor pesadilla. — Dicen al otro lado de la línea, a lo que yo me empiezo a reír.

— ¿Qué ocurre amor mío? —Le pregunto a aquella persona.

Quiero verte —responde.

— ¿Y qué esperas para mover ese lindo culito a mi casa?

¿Puedo? —preguntan con tono dudoso.

— Claro. — Una sonrisa pícara se dibuja en mi rostro.

Voy para allá entonces bebe.

— Solo te digo que estoy echa un desastre, hago unas pinturas y dibujos. —le digo.

No importa corazón, tú siempre te vez hermosa. —me contesta con seguridad

— Ya. Apúrate y trae algo de comer. Sabes lo que me gusta. —Me muerdo el labio.

Sí, lo sé. —Dice antes de colgar.

Suspire y fui a mi estudio a terminar mi trabajo.

(...)

Tocan la puerta, me acerco al estéreo donde tengo conectado mi celular con la música y lo quito de ahí para ponerlo a cargar en mi cuarto. Me acerco a la entrada y abro la puerta para recibir un gran abrazo.

— Hola. —dice Amandla sin soltarme y medio gritando.

— Hola Amand. —Le correspondo el abrazo.

— ¿No estas contenta de verme? —pregunta "dolida".

— Claro, lo sabes, pero no seas ridícula te mire hace dos o tres días.

— Eres una grosera Sofí. —dice acercándose a la barra y dejando la comida china que había comprado. — Mejor pásame los platos que tengo hambre.

Tome dos platos y utensilios para comer, me senté junto mi amiga y nos pusimos a comer.

— Y dime, ¿Qué tal aquel muchacho por el que me dejaste? —le pregunte con tono recriminatorio.

La Rosa Escarlata [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora