Quisiera que escucharas,
de nuevo y compilados,
todos los comentarios que elaboré para vos
en nuestros meses de ir y aflojar.
Para que te rieras, para tener algo interesante
que decirte. Para descargarme el estrés y el café
que me bañaron siempre de lágrimas.
Mirá lo que te escribo, cómo lo escribo.
Sabés bien por qué,
o mejor dicho, por cuándo. Ya no sé por qué estoy,
no aferrada, pero tan sujeta
al mundo gris que habitábamos.
La luz (amarillo alegría)
me ciega al despertar todos los días,
cuando tan solo quisiera un poco de tu amargura.
Borraste mi cumpleaños de tu pared y me resulta
lógico, pero profundamente despiadado.
Deseo la facilidad con la que te borraste la culpa,
los olores, los años.