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No habían terminado la charla del por qué realmente Leo se quería marchar, o al menos convencerlo de lo contrario, ya tenían planes de ir a visitar a la madre del chico con la intención de que fuera suficiente para que saliera delante de toda la situación del desamor, pero por supuesto que no era así, y menos cuando entregas tu corazón y se encargan de destrozarlo en miles de fragmentos.

Lyra se sintió feliz al ver a su hijo en la puerta de su casa, pero no pasó desapercibido su semblante triste y enojado, sus ojos habían perdido ese brillo que lo caracterizaba. Su alma estaba rota y no sabía que hacer para ayudarlo, para que volviera a ser el mismo chico que era antes. Ella sabía más que nada lo que era sufrir por amor, aunque no se comparaba con nada, ya que era un sentimiento demasiado poderoso que nadie es capaz de escapar, ni poder elegir el momento o la persona, solo se daba. Es una magia que esta fuera del control de uno mismo pero a su vez al alcance.

Se preguntaba ¿Qué era más injusto, que la vida misma te arrancara al amor de tu vida o que esa persona que considerabas todo para ti, te destrozara? No existe una respuesta correcta, porque al final ella tenía en mente que en la vida no hay nada justo.

Trataron de llevar un día tranquilo, hablando de trivialidades de cosas tan simples que pasaban alrededor de todo y todos, de disfrutar de una simple comida.

— Te hice la tarta de manzana que tanto te gusta, cariño

— No quie ... — pero antes de que Leo rechazara la rebanada que le ofrecía su madre, Daniel le propinó una patada por debajo de la mesa — Me encantaría — respondiendo mientras veía con enojo a su amigo

— Todo está delicioso, señora

— Gracias, Dafne.

— Ya quisiera que mi madre me consintiera tanto — expresó el chico con un poco de migas en la boca

— Amor, pareces un niño — Dafne le limpió la boca con su servilleta y fundiéndose en un beso.

Eso le fastidiaba a Leo, y le hubiera gustado levantarse de la mesa y largarse pero, sabía que le darían un sermón, y no estaba para escuchar tanta palabrería. Bufó con rencor, tratando de pensar en otra cosa que no fuera en ellos, le daba nauseas realmente al verlos juntos, demostrándose tanto cariño y lo que creían que era amor.

— Todo esta delicioso, ¿podemos irnos ya?

— Casi no vienes a visitarme, hijo

— Lo siento mamá, he estado ocupado

— Podrías pasar unos días aquí — sugirió esperanzada

— No lo creo, si me disculpan... iré a tomar un poco de aire — dicho esto se levantó de la mesa, saliendo hacía el jardín y dejándolos a todos mudos

— ¿Cómo sigue? — preguntó sin rodeos Lyra a Daniel y Dafne

— Quisiera darle buenas noticias pero sigue igual, de la misma manera que ha estado este tiempo

— Hacemos lo posible por hacer que este bien, que vuelva a ser el mismo de antes, pero...

— Lo sé, pero de igual modo les agradezco que lo cuiden

Ya no pudieron decir nada más ya que de nuevo, Leo entró a la habitación con la intención de preguntar si ya se podían ir de ahí, y ambos no tuvieron otra opción más que retirarse. Lyra les dio algo de comida y antes de que partieran, abrazó a todos pero se detuvo mucho más tiempo con su propio hijo, anhelando con el alma que dejara de sufrir.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2017 ⏰

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Dos Palabras: TE AMO [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora