Las tardes que no teníamos clase, aprovechábamos para ir a relajarnos haciendo unos largos a la piscina del campus, o por lo menos eso decíamos Ecco y yo, pero solo era una pequeña parte de verdad, íbamos porque todos los miércoles a las 19:30 terminaban de entrenar los chicos del equipo de natación y eso era un festival que nosotras no nos podíamos perder por nada del mundo.
-¿Puede un chico estar más bueno de una semana para otra?- le pregunto a mi amiga mirando a los chicos que salían en ese momento de la piscina.
-Justo estaba preguntándome lo mismo –ríe ella y achina los ojos escudriñando a los chicos.- Lo que me parece raro es que no tengamos preferencia alguna por alguno de ellos.- dijo pensativa.
Una tos grave nos interrumpe y volvemos la vista al frente para encontrarnos con un par de torsos bien definidos.
-Señoritas si lo desean pueden tocar también.- bromea uno de los dos nadadores que se nos han acercado.
-No lo pidas dos veces guapetón, o podría gustarte...- respondo guiñando un ojo de manera descarada haciendo que mi amiga se sienta orgullosa de mi y que los chicos se queden sorprendidos. El otro que aún no ha hablado estaba apunto de responderme en cuanto el entrenador lo interrumpe.
- Blumer y Shepard el entrenamiento aún no ha terminado- dice el entrenador, que sobre estar en sus 40 años no esta nada, pero que nada mal.- Que disfruten de la tarde señoritas.- se despide de nosotras llevándose a los dos chicos.
-¡Madre mía! –exclama Ecco- ¿Sería ilegal tener algún tipo de relación con ese hombre? –dice ella mientras las dos admiramos su trasero y el de sus nadadores.
-Espero que no- le respondo estando de acuerdo con ella.
En cuanto perdemos de vista al entrenador y a los nadadores, nos levantamos de las gradas dejando allí nuestras cosas y entramos en la piscina para hacer algunos largos.
Con el esfuerzo de venir a nadar todas las semanas sin excepción cada vez mis músculos duelen menos y se acostumbran más rápido al ejercicio. Aun así, cuando terminamos de nadar, mis brazos se relajan.
Con una ducha rápida y el pelo aún húmedo salimos del recinto caminando con cansancio para llegar a la residencia.
-¿Este fin de semana volverás a tu casa?- pregunta Ecco mientras los dos nadadores de antes nos saludan con un gesto.
-Creo que si –respondo algo dubitativa- ¿Y tú?
-No creo, pero ya sabes que no me echarán de menos en casa... -dice ella sin rastro alguno de tristeza, pero en el fondo ambas sabemos que le sienta mal que su padre se despreocupe de ese modo de ella.
Conocí a Ecco gracias a que la residencia nos puso en la misma habitación y al enterarnos de que estaríamos juntas en la mayoría de las clases, no tuvimos más remedio que empezar a conocernos y hacernos amigas, cosa que ahora agradezco mucho, sin ella no podría vivir.
La madre de Ecco murió a causa de cáncer y desde entonces su padre no ha vuelto a ser el mismo, el amor que tenían los padres de Ecco era un amor de película, un amor de verdad. La relación que tiene el señor Morrison con su hija se ha vuelto distante e incómoda desde entonces pero Ecco es fuerte y siempre sonríe y evita pensar en aquello que le quite su bonita sonrisa.
Al llegar a la residencia dejamos nuestras cosas en la habitación y bajamos a la cafetería para cenar. Aprovecho el momento para mirar mi teléfono y abro la conversación de Nathan.
-Espero que si le escribes sea para dejar lo que sea que tengáis...- dice Ecco mirando sobre mi hombro.
-No voy a hablarle, he abierto la conversación sin querer –digo bloqueando mi teléfono y por alguna razón ella decide creerme.
-Te lo digo como tu mejor amiga Meg, ese chico no te hace ningún bien.- y así ella da por terminada la conversación lista para cambiar de tema.- Ya sé que este fin de semana te vas a casa pero el próximo podríamos ir a alguna fiesta universitaria...- propone poniendo su mejor cara de pena.
-Me parece muy correcto, pero nada de dejarme sola, eh.- La acuso con un dedo.- Eso si los chupitos de dos en dos.- Le guiño un ojo y ella aplaude con emoción.
¡Y aquí el segundo capítulo! Esto va cogiendo forma ¿no?
Acepto críticas e ideas :)
Aquí os dejo una foto del entrenador jeje
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Un Hércules para ella
Teen FictionMegara Deacon tiene muy claro cual es su presente y futuro, estudiar para ser médico, pero lo que no sabe es todo lo que le depara el destino. Lo que si que tiene claro es que Nathan Lawler no debe de estar en su futuro y ha de cortarlo de raíz. Sin...