Megara POV.
Cerca de la zona de la universidad de Manchester, hay varios restaurantes buenos, pero si lo que buscas es impresionar a una chica, habla con Axel y él te recomendará el restaurante Bertucci's. El restaurante italiano es precioso: paredes con madera de roble oscuro, mesas separadas con bancos de piel, manteles de lino de color rojo oscuro, y velas. Montones y montones de velas.
No sabía que me iba a llevar a un sitio tan elegante, no quería decirme donde me llevaría, pero parece que no he elegido mal mi vestuario, llevo un simple vestido de flores ajustado y zapatos con un poco de plataforma, cuando vuelva a la habitación le agradeceré a Ecco por ser mi estilista de la noche.
Axel, en cambio, viste unos pantalones oscuros y una camisa de botones color verde haciendo juego con sus ojos y que se estira por sus amplios hombros.
El camarero nos lleva a nuestra mesa y Axel se espera de pie hasta que me he sentado en el banco. A continuación, se sienta junto a mi.
-¿Qué tal? –Me mira con una sonrisa burlona- ¿Muy impresionada?
-Ufff, no lo sabes tu bien –respondo con ironía divertida.
-¿Ya sabes que vas a pedir? -Coge la carta y me la pasa.
-Voy a dejar que sigas impresionándome... -con eso el camarero se acerca y Axel pide por los dos.
-Dos lasañas al horno, por favor.
-¿Lasaña al horno? –inquiero curiosa por su pedido.
-Si hay algo supremo en este restaurante es la lasaña –afirma rotundamente.- Confía en mi.
-La confianza es algo que debe ganarse –suspiro- pero te daré el beneficio de la duda...
-Ya verás como termina gustándote y suplicarás por una segunda cita –me guiña un ojo y el camarero vuelvo para traer dos copas de vino blanco.
-En unos minutos su cena estará en breves momentos.
-Gracias –murmura Axel.- ¿Por qué medicina?
-¿Por qué no?-le devuelvo la pregunta y río- De pequeña siempre jugaba a que yo era médico y mi hermana pequeña era la enferma. Siempre me ha gustado ese rollo –me encojo de hombros. -¿Y tú? ¿Por qué arquitectura?
-Se me da muy bien dibujar y los cálculos, y mi padre también es arquitecto. Muy habitual pero me viene de familia... -confiesa y con su confesión, el camarero nos trae los dos platos de lasaña.
-Que aproveche –dice volviendo a dejarnos solos.
-Gracias. –Decimos ambos a la vez.
-Vamos a ver qué tal está esto –digo cogiendo los cubiertos y probando la lasaña. Cuando los sabores explotan en mi paladar no puedo evitar soltar un ruidito de placer que hace que Axel me mire con atención.- ¡Esto es increíble, tiene un sabor perfecto!
-Te lo dije –dice él llenándose la boca con su lasaña y afirmando convencido con la cabeza.
Seguimos comiendo plácidamente y conversando. Me fijo en un grupo de chicas de mi edad que entran en el restaurante pero rápidamente Axel me distrae:
-Entonces, ¿afirmas que te lo estas pasando bien y que ha sido una buena idea aceptar esta cita conmigo? –intento esconder mi sonrisa pero se me hace una tarea muy difícil.
-Bueno, no ha estado mal... En verdad estas haciendo un buen trabaj...
-¡Axel! Que sorpresa... -una chica rubia con ojos verdes me interrumpe sin ninguna vergüenza.
-¡Chloe! ¿Qué tal? –la saluda él con demasiada confianza para mi gusto.
-Muy bien... -dice ella y le da un ligero manotazo en el pecho- No me llamaste para ir al cine...
-Oh es cierto, lo siento.
-Rompes mi corazón, con lo que yo te quiero y lo poco que me cuidas –le responde la rubia con cara de pena y a mi me mira con malicia. – Más te vale llamarme y venir a verme a mi habitación cuando quieras.
-Está bien Chloe, lo haré sin dudar –afirma él y ella se marcha con una sonrisa triunfante. Axel vuelve a tomar asiento mientras sigue a Chloe con la mirada hasta que desaparece de su vista.- Cada día está más guapa...
-Hmm –afirmo irónica y como si el mundo quisiera ayudarme, mi móvil empieza a sonar con una llamada de Ecco que respondo en pocos segundos.- ¿Hola?
-Oye siento interrumpir, ¿dónde están tus apuntes de anatomía?
-¿Qué?¡Dios mío! Voy enseguida –miento descaradamente sin querer pasar más rato con Axel después de ver como la rubia lo distraía.
-¿Qué dices loca? –pregunta una extrañada Ecco.
-Voy corriendo Ecco, no llores por favor... -le digo levantándome de mi asiento.
-Aaah, ya lo entiendo, quieres huir...-entiende ella al fin y me cuelga.
-Me tengo que ir –digo sin siquiera disculparme ni darle ninguna excusa a Axel. Saco dinero de mi cartera y se lo lanzo.- Tal vez la rubia quiera tomar mi lugar... -digo con un poco de mala leche y me largo sin dejar que me responda ni me acompañe.
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Un Hércules para ella
Novela JuvenilMegara Deacon tiene muy claro cual es su presente y futuro, estudiar para ser médico, pero lo que no sabe es todo lo que le depara el destino. Lo que si que tiene claro es que Nathan Lawler no debe de estar en su futuro y ha de cortarlo de raíz. Sin...