Nada ha cambiado desde hace semanas en Gerudo.
Todo permanece exactamente igual desde que Midna cerró la puerta que nos unía con el Crepúsculo, todo sumergido en una nube de felicidad y alegría realmente vomitiva. No es así como debería ser una posguerra, y no es así como debería ser nada.
De una patada envío una calavera a rebotar por las escaleras del coso, mientras envaino y desenvaino la espada de modo compulsivo. Necesito acción, necesito pelea y necesito sangre, he pasado demasiado tiempo encerrado en una maldita cueva bajo las arenas. Necesito hacer algo antes de enloquecer de frustración en este maldito páramo, necesito...
Necesito matar a Link y a Hashi.
Pero esa maldita cría se ha llevado a Link fuera de mi alcance, ha demostrado ser un poco más astuta de lo que yo creía. También es que yo me he comportado como un idiota dejándola marchar; debí matarla, matar luego a Link y entonces asolar Hyrule, encargarme de que nunca tuvieran esa maldita paz que les han dejado Link y Midna.
Pero Link está en otro mundo, seguramente revolcándose con la Zorra del Crepúsculo y la niñata espíritu, y yo estoy aquí en medio de ninguna parte y sin medios para hacer nada. Debería organizar a los moblins que siguen aquí y lanzarlos contra Hylia, pero aún tengo demasiada rabia encima y sé que si lo intentara, los mataría a todos antes de conseguir convencerlos.
Así que me encierro aquí, donde nadie se atreve a acercarse, tratando de calmar mi odio lo suficiente para hacer algo útil con él.
Desenvaino la espada otra vez y la descargo contra cuantas calaveras encuentro a mi paso, tratando de encontrar calma en la destrucción, pero solo logro recordar la estúpida sonrisa de Link y la alegre cara de su mocosa.
Esa niñata me desafió, y yo se lo permití. No solo se lo permití, si no que además disfruté con su desafío, me resultó agradable verlo.
Aprieto el puño, furioso.
No volverá a ocurrir.
De pronto, veo un óvalo de neblina formarse unos pocos metros por delante de mí; aprieto la espada con fuerza, dispuesto a descargarla contra cualquier cosa que salga de ahí, pero el portal parece cubierto por un cristal, o por una película de agua.
-¿Hola? ¿Hola? ¿Quién está al otro lado, por favor?
Me acerco con precaución al óvalo por un lateral, manteniéndome fuera del ángulo de visión de quien quiera que esté hablando.
-¿Hola?
-Hola - replico, con mi voz más torva.
En el espejo aparece un twili de nariz chata y ojos saltones que escudriña el terreno por delante de él, buscando el origen de mi voz.
-Hola, lo siento pero no veo a nadie, no sé si es que el portal no funciona o...
-Funciona perfectamente, pero yo no quiero dejarme ver - le corto, tratando de sonar amenazador.
El twili asiente, nervioso, pero no para de hablar.
-¿Con quién hemos dado? Hemos abierto el portal casi a ciegas, no sé exactamente...
Resoplo y me pongo delante del rostro del estúpido twili, que da un respingo aterrado.
-¡Link! Vos estabais... vos no... - de repente me observa con más atención, entrecerrando los ojos -. Tú no eres Link.
-Bravo por tu inteligencia - gruño, mientras me apoyo el filo de la espada en el hombro -. ¿Quién eres, qué quieres y cómo has llegado hasta aquí?
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An Hylian Light (TLoZ: Twilight Princess. Link x Midna)
Fanfiction[Este fanfic tiene lugar TRAS el final del Twilight Princess. NO LO LÉAIS si no lo habéis jugado, es una catástrofe de spoilers]. Tras el final de la invasión twili y la batalla contra Ganondorf, Link se encuentra perdido. Ya no tiene lugar en Ordon...