XXI: Hashi

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 El cervatillo sigue a su madre, su colita levantada es como un pequeño faro blanco. Yo me agacho, pegándome más a la rama de mi árbol, tratando de respirar lo más suavemente posible. Temo que una ráfaga de aire cambie la dirección del viento y lleve el olor a la madre y su cría, así que monto la flecha en el arco rápidamente.

Apunto.

Respiro hondo.

Uno, dos, tres.

Abro los dos ojos, con la cuerda contra la mejilla.

La suelto.

Solo se oye el silbido de la flecha, un golpe seco. Crujidos de la hierba al paso de un animal espantado, un golpe sordo cuando mi víctima..., no, mi presa, cuando mi presa cae desplomada en el suelo.

El cervatillo queda tendido con las patas extendidas y los ojos muy abiertos mirando al vacío. Un hilillo de sangre corre desde su belfo hasta su cuello, la flecha le ha atravesado un pulmón antes de llegar al corazón.

Salto del árbol y corro a su lado, apenada por su dolor. Tengo que comer, y no me siento culpable por cazar, pero eso no quiere decir que me guste ver sufrir a una cría simplemente porque mi puntería no es tan buena como debería. El animalito ya está muerto cuando me arrodillo a su lado, y con un suspiro lo tumbo patas arriba y comienzo a hacer un corte profundo desde el ano hasta la garganta. De un solo tirón, saco todas las vísceras y las tiro sobre el suelo del bosque.

Sé que el olor de la sangre pronto atraerá a depredadores más peligrosos que yo, así que arrastro a toda prisa a mi cervatillo, mucho más ligero ahora que está eviscerado. He aprendido bien las lecciones de Salma, aunque fuera a base de ensayo y error y de pasar mucha hambre los primeros días.

Me he construido un campamento improvisado en uno de los árboles más cercanos al pedestal de la Espada Maestra, de tal modo que puedo vigilarla la mayor parte del tiempo. Sin embargo, han pasado casi tres semanas y no hay ni rastro de Dark Link (lo que es un alivio) ni de Link (lo que destroza las ilusiones que me había hecho).

Sin embargo, por primera vez desde que estoy en este cuerpo soy total y absolutamente feliz. El bosque parece envolverme, acogerme como nada en este mundo puede hacerlo. Rodeada de verde y de vida por todas partes, de energía pura y vibrante que late y se multiplica, perdida en un lugar donde no tengo que hablar con nadie, ni comportarme correctamente con nadie...

Oigo el chasquido de una rama y por el sonido seco que indica un peso mayor que el de un gato montés, sé que lo que se acerca no es amigable. Suelto el cervato y salto a un árbol, abrazándome a sus ramas, trepando como una ardilla todo lo alto que puedo. Solo cuando sé que las ramas ocultan mi camisa gris moteada y el brillo de la vaina de la espada me atrevo a mirar abajo, confiando en que lo que quiera que se acerque esté distraído con el cervatillo muerto.

Cuando lo veo abajo, cierro los ojos y trago saliva, conmocionada. Antes pienso en ello y antes...

Dark Link se detiene junto al cervato y lo observa pensativo. Las marcas del cuchillo son evidentes, es obvio que ningún animal salvaje ha hecho eso; ahora está sobre aviso, estará alerta ante cualquier ataque. He perdido la ventaja de la sorpresa y puede que eso sea decisivo.

Dark examina los alrededores del cervatillo muerto, pero al parecer no se le ocurre mirar hacia arriba; el ser tan pequeña y ligera me ha salvado en esta ocasión... aunque probablemente me cueste la vida en un combate real. Trato de no pensar en ello mientras Dark se da por vencido y se aleja de mi presa para caminar hacia el claro donde descansa la Espada Maestra. Yo lo sigo de rama en rama, saltando como una ardilla o un mono, tratando de no hacer ruido... aunque ni siquiera sé bien qué hacer.

An Hylian Light (TLoZ: Twilight Princess. Link x Midna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora