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¿Y cómo podré olvidarme de todo ese sentimiento que creaste en mí? ¿Es posible dejar de sentir algo por alguien de la noche a la mañana?

Dime que sí por favor, porque no creo poder aguantar esto por mucho tiempo.

¿Cuánto dura el enamoramiento? ¿2 años? ¿5? ¿10?, ya me dejaste con la duda cariño.

Me duele tanto.

¿Es posible que pueda dolerme el alma? ¿Es posible sentir que mi corazón se haya partido en pedazos como un cristal? Y no es metáfora necesariamente lo que digo.

Es estúpido ¿sabes?, tú aquí buscando algo temporal y yo pues, tonta, encontré algo eterno.

Eterno pero erróneo.

—¡KAROL! —escuché a mi mamá gritar desde la cocina

—¡Voy! —respondí no tan fuerte

Bajé de las escaleras de una manera perezosa mientras miraba detalladamente los escalones para no caerme.

Si soy una miedosa, no me molesten.

Cuando llegué miré la mesa y ahí estaba la comida, me senté tranquila.

Mamá había preparado unos huevos revueltos para la cena, tampoco teníamos tanto dinero para gastar en chatara de la calle.

Mi humor está un asco en estos momentos.

—Hija, ¿te encuentras bien?

—¿Eh? —pregunté saliendo de mi transe


—Ni siquiera tocaste la comida y miraste todo el tiempo la pared —me miró extrañada

—Ah si sí, lo siento —sacudí mi cabeza y entonces empecé a comer

Mamá se sentó en la mesa y cenamos en silencio.

Ya habíamos hablado de cómo nos fue durante el día. Mamá estaba feliz con su trabajo y me alegro bastante por ella, aunque no me halla agradado la idea de mudarme aquí en Buenos Aires desde un principio.


Yo sólo mentí y dije que estaba bien, hoy había sido el peor día de todos para mí. 


Al término de la cena fui a dejar mis cubiertos en el lavabo, luego le di el beso de buenas noches a mi mamá y me dirigí a mi habitación en busca de mi cuaderno donde desahogaba mis sentimientos.


No lo consideraba un diario íntimo, sería raro.


Me acosté en mi cama boca abajo y comencé a escribir.

A veces miro tus manos y llego a pensar que encajaría con las mías perfectamente.

Sólo dime la razón de por qué no soy suficiente para ti. ¿Es por mi apariencia? ¿Por mi estatura? ¿O mi forma de ver la vida?

Ni siquiera creo que puedas entender lo que pienso, eres demasiado tonto como para descifrarlo.

Demasiado tonto como para ver que estoy enamorada de ti.

Me dan ganas de derramar millones de litros de lágrimas cuando te veo coquetear con otras chicas.

¿Y lo que más me duele? Que ellas te siguen la corriente.


Ellas no te amarían ni la mitad de lo que yo te amo.


¿Y otra cosa que más me duele? Es admitirlo, que te amo, pero sé que si te lo digo, sería como dar un paso en falso.


Así que, cariño, prefiero quedarme en mi zona perdedora, porque aquí soy más feliz que salir a enfrentar al mundo.


Me sequé las lágrimas rebeldes que salían sin aviso, tiré mi cuaderno y bolígrafo a un lado de mi mesita de noche y me cubrí con las sábanas tratando de llamar al sueño mentalmente.

¿Qué me estás haciendo Ruggero Pasquarelli?












My first love »RuggarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora