—Pienso que es absurdo lo que estás haciendo, no creo que vaya a dar un buen resultado—habló Jacob. Los chicos y yo habíamos tomado en cuenta a nuestro amigo en común. Queríamos que él, sólo por conocer más a Daniela, estuviera enterado de la situación; del reto.
—Está dando resultado, y lo mejor es que no solo me está gustando el juego. Que en realidad; no tiene nada malo, ni perturbador. Creo que me estoy...— Estaba nervioso, si ella se enterara de la peor forma no podría saber qué pasaría; aunque desde mi punto de vista: Yo no estaba haciendo algo malo.
—Crees que... ¿te estás enamorando?— preguntó el rubio teñido, su expresión era la clara duda de lo dicho.
—Alto aquí Blake, no creo que te estés enamorando de Daniela.— intervino el rubio.
—¿De quién entonces?.
—Del juego— intercambiaron miradas entre los tres al pronunciar las mismas palabras.
—No, no. Tengo en claro que Daniela es como es; a veces egocéntrica, pero cuando te tomas el tiempo de conocerla te das cuenta de lo magnífica persona que hay detrás de esa barrera de protección.
—Sí... Efectivamente te estás enamorando.
***
—¿Qué tanto piensas, Señorita?— me atreví a preguntar después de que ella se quedará callada de la nada observando las flores a nuestro al rededor.
Estábamos sentados sobre una mantita; en el pasto.
—Pensaba en ti...
Sentí mi corazón acelerase.
—Pero has interrumpido mi pensamiento— siguió. Me queda viendo unos segundos directamente a los ojos, siento que son horas y años. Sonríe.
—Y... ¿qué pensabas?— lamo mis labios.
Quiero besarla.
—Que sigues siendo un atractivo vampiro; sexy y talentoso.
Sentí mis mejillas arder.
Aún ella recordaba la mentira que había dicho para no tomarme una foto con ella.
Pero siempre la obtuvo, ya que.
Era una niña fastidiosa en aquel entonces.
—¿Te parece si hacemos un recuerdo? Claro, si es que se puede, Señor Vampiro Richardson— saca su celular. Sin esperarme ninguna posición para la foto; una posición extraña de parte de Daniela, me quedo quieto al sentir sus labios sobre mi mejilla. Veo la cámara hasta que el teléfono celular suena dando por finalizada la fotografía, el flash se hace presente y quedo viendo un poco nublado; debido a este.
—Blake... No te veo en la fotografía.— Bromea con un semblante serio, su ceño esta fruncido. Noto como se asoma una carcajada en su rostro. Está a punto de estallar.
—Te lo dije, esa es la prueba de mi dialecto.— Tomo su mano, sólo para ver el teléfono celular y su contenido.
Ese era nuestro recuerdo.
Yo sonreía a la cámara mientras ella besaba mi mejilla, pude notar que nos vemos muy bien juntos.
—Bien, has hecho un recuerdo de nuestro día número treinta y uno.
—Me has contagiado, ahora también quiero llevar la cuenta como tú.— Sonríe tímidamente.
—Soy buena influencia.
Ríe.
*
Hola, por favor comenten qué les está pareciendo está historia de Blake Richardson.Espero sus comentarios.
Besos.
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Te reto a ti... ©
Jugendliteratur"A veces, el amor llega sin ser correspondido." ©Todos los derechos reservados. ©Prohíbida la copia o adaptación. Publicada: 12/Jul/2016. Terminada: 08/Ago/2017.