¿Cómo sentirse? ¿Asustado? ¿Desesperado? ¿Aliviado de encontrar la pronta muerte?. Jimin no sabía cómo debía sentirse en este tiempo, desde ese día, un peso se mantiene sobre él, como si estuviera siendo vigilado y perseguido todo el maldito tiempo. ¿Algún ladrón del sucio barrio? ¿Esperaban la oportunidad para asaltarlo, o matarlo? ¿o simplemente era su imaginación?. No había respuestas.
Con cierto temblor en su mano ingresó la llave, y cerró la puerta con seguro al entrar. ¿Era posible tener miedo después de lo que vivió?, él creía creer que no, pero la verdad era otra. Pidiendo ayuda a esa persona.
Dejó su cena sobre la mesa de la cocina, y de manera sigilosa se acercó hacia la ventana, vio las calles; Puedo ver a un hombre, o al menos pensaba que lo era, estaba encapuchado. Él solo estaba allí, de pie en la acera. Jimin lo sabía, aquella persona lo estaba siguiendo. Respiró hondo, con terror y se dejó ver, mirando directamente pero nada sucedió, el encapuchado no se inmutó. Luego de ello Jimin pensó que había sido suficiente, cerrando las ventanas. Y tan pronto hizo aquello, los pensamientos de negación volvieron a su cabeza.
"No, no es nada"
"Debe ser mi imaginación"
Se auto convencía.
En sábanas envolvió su cuerpo, culpa de la fría noche y el no tener calefacción, la paga que recibía no le permitía esos lujos y el dinero dejado por Yoongi, solo fue olvidado en un cajón en el pequeño armario. Sus ojos pesados por un largo día de trabajo pedían ser cerrados a la brevedad, y así pasó. El sueño pudo con él.
La fría madrugada y el silencio se apoderaron de ese departamento. Debajo de las finas sábanas un cuerpo temblaba, el frío logró despertarlo. Jimin se abrazó así mismo dándose calor, o esa era la idea, no lo logró al tener ausencia de calor en brazos y manos. Brincó en su lugar ante los temblores, pero tan solo segundos y ya estaba inmóvil sobre su cama, el escuchar el golpeteo ligero en su puerta logró aquello. Un acto simple, pero un tanto extraño, pues no se trataba de una buena hora, además... Jimin ya no era de los que entablaba conversación con los vecinos. ¿Quién?...
No supo por qué, pero sintió una pizca de esperanza, diminuta, pero allí estaba. El solo pensar que fuera él...
Ya de pie, frente a la puerta de entrada, preguntó:—¿Quién?— Sin animarse abrir la puerta, pero dejando su mano sobre la perilla con la intención de abrir. Fue contradictorio, quería, pero estaba asustado.
No obtuvo respuesta, pero la puerta volvió a ser tocada.
—¿Quién es?— preguntó nuevamente.
Luego de un momento, la voz de una mujer se escuchó, ella dijo —Soy la vecina del piso de arriba—. No la conocía.
Jimin no esperaba esa voz ni aquella respuesta, abrió la puerta y sin mostrar expresión la miró, esperando que de sus razones.
Ella se disculpó por la hora que era, luego le hizo entrega de una caja. —Los que habitamos este edificio somos personas escasos de dinero, pobres, para ser más directa. Así que algunas veces recibimos donaciones, hoy la noche es muy fría, ¿cierto?. Espero que esto ayude— Luego de eso ella se fue, Jimin siquiera pudo rechazarle la caja. Cerro la puerta.
Había algo raro, por supuesto que lo había, en todo este tiempo que estuvo viviendo en el edificio, no había pasado algo así.
La caja fue abierta, una manta de algodón puro se hizo ver. El diseño dejó a Jimin sin palabras, eran estrellas y se parecían mucho a las que él tenía en su antigua sabana. Se quedó inmóvil por un momento, tomando con fuerza la manta en sus manos, para luego terminar llorando en ella.
En sollozos, el sueño volvió a ganarle... Despertando sin mucho frío y cubierto de pies a cabeza por aquella manta, la cual llenaba de recuerdos su cabeza. Ocurrió otra cosa extraña, no recuerda haberse cubierto con ella.
—Tal vez en sueños...— murmuró. Hizo la cama y con la delicadeza que últimamente no tenía, dobló aquella manta.
Paso del desayuno, hoy no se sentía con ganas de comer, perdiendo el tiempo en observar por la ventana. Esa persona no estaba. Pero no era como si la estuviera esperando... ¿O sí?, tal vez inconscientemente.
—Debería irme— la hora en el reloj le mostraba que llegaría tarde al trabajo y eso es algo que no se podía permitir, pues su jefe era muy estricto con los horarios, aunque nunca antes hubiera sido impuntual. Cerró la ventana, pero no la cubrió con la cortina. Se vistió simple y salió del edificio.
Las calles en ese horario tenía un bajo tránsito de personas, cosa que le hacía más aliviante su ida. A tres cuadras de su trabajo detiene sus pasos. Su vista se mantenía fija a su pies, esperando a que el valor llegará y así poder voltear. Ese peso sobre él se volvió a sentir. No se giró y optó por seguir caminando, fue inconsciente y sus pasos aumentaron de velocidad. Maldijo, maldijo al quien sea que lo estuviese siguiendo. Si quiere algo de él, ¿Por qué simplemente no lo hace de una buena vez?. El chico volvió a detener sus pasos, estaba vez fue rápido y se giró sin pensarlo. No había nadie, literalmente, no había ni una sola persona a su alrededor. Observó con preocupación ¿Estaría perdiendo la cordura?, no puedo evitar preguntarse.
Dubitativo siguió caminando, esta vez sus pasos eran más lentos y calmos a lo que iba. Llegó al pequeño restaurante y pasó lo que sabía que pasaría si es que lleva tarde, su jefe lo esperaba con brazos cruzados y con un muy notorio entrecejo arrugado. Fue llamado la atención frente a todos, Jimin permaneció con los hombros caídos y cabeza gacha, estaba siendo humillado. Con murmullos a su alrededor se dirigió a poner su delantal y empezó con su trabajo.
Un que otro cliente que había presenciado la escena, le dejó algo de propina, propina que al final del día fue arrebatada por su jefe con la excusa de que era una manera de pagar por sus minutos de retraso. Ganas a Jimin de golpearlo no le faltaban, pero no hizo nada, además de no tener las fuerza suficiente, no podía arriesgarse a perder este empleo, el único que había encontrado por esa zona. Como "castigo", le habían encargado cerrar a él, entonces... ¿por qué estaba su jefe todavía?
—Quiero disculparme como te trate hoy, actué sin pensar—Habló el hombre, aproximándose, tal vez demasiado.
—Esta bien...— Jimin ya estaba tenso, el ambiente no le agradó y se tornó aun más pesado, agobiante por culpa de su jefe, el cual era más alto y se notaba que se ejercitaba. Jimin lo vio avanzar un poco más, de una forma que no le gusto, por instinto retrocedió con la excusa de ir en busca del duplicado de la llave. Pero su muñeca fue sujetada con fuerza y se lo impidió.
—¿Q-qué...-
Las manos de ese hombre se apoyaron en su hombro, bajando lentamente, haciéndole sentir a Jimin una la sensación combinada de asco y desagrado. Estaba dispuesto a vomitar. El forcejeo comenzó, y si no fuera por la botella que Jimin logró partirle en la cabeza, él seguramente no hubiera salido ileso del lugar. Corrió, huyó del restaurante, chocando en su camino con alguien quien siquiera le prestó atención, estaba demasiado asustado y alterado para hacerlo. Se levantó del piso y volvió a correr hasta dar con su edificio.
Ya arriba, la puerta fue abierta con dificultad y cerrada de un portazo. La manta con diseños de estrellas lo resguardó, ya sea del frío y emocionalmente.
—Yoongi...— susurró. No había día en su nombre no sea pronunciado.
---------------[Editado: 11/01/2022]----------------------------
Siento la tardanza, es que cuando quería escribir este fic nada pasaba por mi cabeza :|
Gracias por sus votos, comentarios y leidas :3
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Cicatrices |Yoonmin|
FanfictionLo puedes perder todo en un abrir y cerrar de ojos... Ellos eran felices, tenía una vida maravillosa, simple, pero se amaban tanto, y habían planes a futuro. Pero todo se les fue arrebatado una noche, cuando el edificio en donde vivían se incendio...