Prologo.

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Lo hizo arrodillarse. Y pensar. Pensar mucho. Margaret lo arrodillo y se aseguro de hacer suficiente ruido como para alertar su piel y sus sentidos.
«Dylan».

Este estaba desnudo en la postura que su Ama le había indicado. Con las rodilla dobladas y separadas mostrando su sexo inflamado y preparado para cualquier cosa que le diera fricción. Dylan se sentía ansioso y miedoso. Nunca había echo aquello pero la inducción a ello lo recordaba como si hubiese sido ayer. El placer que sintió, aquello superaba cualquier relación que hubiese tenido. Todo era diferente. Las posiciones. Las palabras que se decían en aquel acto.

Y de quien era la responsabilidad de hacerlo llegar o no al éxtasis.

Por eso estaba ahí.

Solo para algo.

Para complacer a su Ama.

Para ser un Sumiso.

-Espero que estés preparado para esto. No hay vuelta atrás. Has entrado. Y no hay salida.

EL SUSURRO DEL SUMISO-PAUSADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora