ALAS 2

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ChanYeol x JunMyeon «ChanHo»

En algún momento de la vida te sientes tan sólo que estas ansioso, tan abrumado que te alejas de todos y tan molesto que te olvidas del mundo.

ChanYeol era un hombre de negocios, tan aburrido de su vida que solo seguía la triste rutina, relaciones con miles de hombres y mujeres una cómoda vida. ChanYeol era el hombre "hoy" de la industria del espectáculo, candente, buen amante, romántico, carismático, en fin, era "El hombre".

Fama, tenía.
Dinero, tenía.
Mujeres, tenía.
Hombres, tenía.
Carisma, tenía.

Nada le faltaba y era por eso que quizás si le hacía falta algo. Desde hace un tiempo que se cuestionaba que era ¿Amar? Eso que sus guiones de películas y telenovelas argumentaban en cada frase. La misma poesía que podría crearse entre versos puros de deseo.

No lo entendía, para él, era un tema complicado, interpretarlo podía hacerlo bien, pero a la hora de experimentarlo, no tenía ni la menor idea, era un recién nacido al llegar al mundo.

Entre sus vagas ideas acudió a un bar que tanto le habían recomendado. " Paradise Lost", no era el mejor lugar, el ambiente solitario y la decoración estaba en "lo básico".

ChanYeol era un hombre de mundo, lo conocía quizás todo, todo lo " bueno" y eso era lo que juzgaba como "común" sus sonrisas cautivaron a los pocos empleados y tras tanto alboroto fue llevado a la sala "VIP" para conocer a su tan esperado momento de experimentar "amor".

Su mente se llenó de ideas normales, de " Sexo común y aburrido" incluso se cuestionó el hecho de estar ahí. Eso podía conseguirlo en cualquier otro lugar y chasqueando los dedos.

Sin embargo, se detuvo para probar que estaba en lo cierto y seguramente después decirle a su amigo YiFan que fue él peor lugar al cual acudió.

Todo aquello fue borrado de su mente cuando un hombre bajito, de piel pálida, cabello corto y negro, con un traje que acentuaba su cintura hacía entrada a su sala, quizás en su mente atravesó la idea de "Es un camarero" pero cuando aquel pequeño hombre se giró a verlo sus ojos enormes lo cautivaron, el antifaz que llevaba esa noche no le permitía observarlo con claridad.

—Acércate — murmuro ChanYeol levantándose de su asiento y caminando aquel hombre. —Déjame ver...— fue interrumpido cuando sus manos se posaron en aquel antifaz que él llevaba.

—Lo siento, no puede, las reglas son claras, usted no puede retirarme este antifaz. — comentó ese hombre mientras acariciaba con delicadeza la mano ajena y deslizaba los dedos por los nudillos de ChanYeol, y este mismo había sido cautivado, ese hombre tenia poderes, quizás.

— Entiendo. — Susurró ChanYeol. — Enséñame cómo debo amar. — fueron esas las reiteradas y anheladas palabras de ChanYeol, porque era lo que quería sentir con todo su corazón.

— Sus órdenes serán cumplidas — susurró el pequeño hombrecillo sobre los labios ajenos haciendo que este cerrara los ojos por acto reflejo y sin más cuando los abriera miro esos cautivantes ojos negros.

Ya no hubo palabras, sólo las manos del más bajo dirigiéndose al pecho de aquel hombre alto. —Respire hondo y ahora cierre los ojos, le pondré un pequeño hechizo esta noche.— habló de aquello con dulzura, el más alto lo miro dudoso, ¿Lo drogaría?, no, nada de eso, parecía que aquel hombre podía ser confiable e hizo lo que le dijo.

Sus ojos y la respiración calmada hicieron latir de pronto su corazón para después abrir los mismos y hallarse en un lugar completamente diferente a donde estaba, ahora estaba en su departamento. ¿Qué había pasado?

"HADES: Las Dos Caras Del Ángel Caído" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora