ALAS 10

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Tao x JunMyeon «TaoHo»

—YuGyeom sabes, algo me tiene pensativo, tú tienes la profecía ¿Verdad? — preguntó Soo mientras miraba los objetos que yacían en la mesa, los doce objetos para combatir a la puerta de hades.

— Sí Lord Soo. — susurró YuGyeom mientras miraba un poco a Soo y este extendía la mano para leer dichas profecías.

El más alto apareció un par de hojas doradas frente a Soo.

— Estas no se parecen nada a lo que leyó JunMyeon aquel día—. Murmuró Soo mientras leía aquellas.

— Porque las que leyó JunMyeon era una copia de las verdaderas. ¿Verdad Yu portador de la voluntad de la diosa? — habló un hombre alto con ojeras pronunciadas.

— ¿Cómo es que usted entro aquí? — pregunto Yu quien miraba aquel hombre con un poco de ira.

— De hecho, ya se había tardado en aparecer, Yu. ¿No lo crees? — YuGyeom asintió y sonrió con un poco de arrogancia mientras miraba aquel hombre. —

— Bienvenido ZiTao guardián de la lanza definitiva. — mustió YuGyeom con una sonrisa. — efectivamente, yo le mostré a JunMyeon una profecía a medias, él aún no debe saber acerca de na verdad que lo aqueja.

— Entonces permítanme leer la verdadera profecía. — dijo Soo concentrándose mientras comenzaba a leer de manera callada y tranquila.

Y entonces los cielos se abrieron y Dios con su total fuerza y entereza, tomó las alas de Luzbel quién se había vuelto su enemigo, quién se hizo llamar Lúcifer y que con fuerza gritó y proclamo venganza, lanzando su segunda ala, el ala del demonio, Hades y el ala del paraíso Lúzbel, ambas las mando a la tierra donde una coexistía con la otra, pero jamás juntas, ninguna se encontraría hasta que Hades abriera los ojos y la poseyera.

Las alas, una blanca y la otra negra de su amado hijo fueron separadas y con ellas el cristal de la diosa del agua que protegería la reencarnación de Luzbel hasta el final y en su corazón permanecerían.

Hades, rey del infierno y Luzbel Arcángel de los cielos.

Su destino es encontrarse y equilibrar el tiempo y la vida, y cuando luchen contra todo quizás sea posible que el bien vuelva reinar, de no ser así el dolor volverá a gobernar, que el infierno y los pecados se establezcan hasta que sus guardianes aparezcan y sí de ser necesario el portador de las alas se desvanezca otra vez.

Los ojos de KyungSoo se quedaron un momento idos. — ¿Guerreros? — preguntó este con un poco de dudas. — Los Guerreros... ¿Uh?... — un suspiro le hizo darse que alguien entraría a la habitación haciendo que YuGyeom guardara aquellas hojas con rapidez. "Desaparezca ¿Qué quiso decir con eso?"

— JunMyeon... — dijo Tao caminando rápido hacía él hombre bajito que parecía sorprendido. — Estas bien— advirtió robándole un beso suave. — Uh... Hemos vuelto. — dijo Tao con un poco de risas en sus labios.

YuGyeom y Soo se quedaron callados en realidad les sorprendía muchísimo como era que Tao cambiaba de forma de ser tan rápido de un instante a otro, eso sí era mágico.

— Uh... Tao...— dijo JunMyeon todo confundido por la repentina reunión que se llevaba a cabo. — Bienvenido— suspiro al sentir que el tiempo estaba llegando a su punto.

Durante un buen rato hablaron los cuatro y acerca de la llegada de Tao, todos se quedaron pensativos porque el tiempo se hacía presente y no tenían preparado absolutamente nada.

— Mañana llegara LuHan. — dijo Tao. — estamos reunidos y entonces podremos decirles la situación... En la que sabes que estamos JunMyeon ya no nos atrasará esto más. — mustio Tao quien hablaba convenció mientras miraba su reloj Gucci en la muñeca. — Esos muchachos de abajo no saben nada de lo que e avecina, ni cuanto cambiara sus vidas, ellos son las reencarnaciones de los guardianes y dime JunMyeon ¿Cómo harás para que tomen la noticia? — advirtió Tao.

"HADES: Las Dos Caras Del Ángel Caído" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora