ALAS 11

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LuHan x JunMyeon «LuHo»

La mente de Yeol era un lío, no había nada más que salvar a JunMyeon y si se lo permitía escapar, la mano que estiraba hacía la espada tratando de sujetarla y con esa romper el hilo negro que rodeaba el cuello.

Se sentía mareado, no podía despejar la mente y la mirada le fallaba, perdía sangre de manera brutal, una esperanza, sólo un poco de esperanza hizo que pudiera alcanzar él mango de la espada negra, los ojos de JunMyeon se volvieron plateados y su cabello cambio de color, un círculo rojo y llamas aparecieron en cuanto Yeol tomo la espada. El hombre de la túnica se sorprendió, pero pretendía ni dejar el hilo.

Yeol se vio envuelto entre llamas rojas, y cuando logro incorporarse sus ojos se tornaron rojos escarlatas, en su espalda las llamas formaron unas alas de dragón, Yeol podía sentir él poder del fuego ardiendo su interior y no entendía que sucedía, como es que se encontraba en esa situación.

Levanto la espada blandiéndola hacia aquel hilo negro trozándolo de un golpe, el hombre de la túnica hizo aparecer un portal donde pequeños demonios comenzaron aparecer.

Había muchas especies, pequeños con alas, y otros altos con cuernos, todos desprendían un aroma a putrefacción, JunMyeon cayó al suelo y fue sujetado por Yeol sosteniéndolo de la cintura y acercándolo a su cuerpo. — No sé qué diablos sucede pero te protegeré — la mirada de JunMyeon era de sorpresa al darse cuenta de que Yeol era el portador del ave fénix. Una pequeña sorpresa y alivio pudo escucharse de su suspiro.

— Gracias — susurró JunMyeon algo debilitado, pero pronto se incorporó y con sus manos comenzó a mover con fuerza los dedos creando grandes olas. Yeol blandía la espada como si supiera hacerlo de años y no estaba tan perdido era una reencarnación del dios del ave fénix. Un guerrero innato.

De alguna manera aparecían más y más demonios.

— ¿Quién eres? — pregunto JunMyeon al hombre de la túnica quien permanecía atrás de los demonios.

— Soy — fue interrumpido cuando una flecha le paso al costado de su cabeza haciendo que la túnica se rompiera y dejara ver un pequeño cabello color platinado. — mm el duque del infierno y mi amo necesita algo que tienes tú — él hombre de la túnica se carcajeó.

— Lárgate — fueron las palabras de LuHan quien llegaba con la ballesta entre sus manos, Tao hizo que sus lanzas al lanzarla estruendos de ondas acabaran con partes de los demonios. KyungSoo disparo varias veces balas con agua bendita dentro de ellas, YuGyeom era bueno con la maza atravesando y destruyendo él alma de esos demonios.

—Por ahora el show termino... — dijo el hombre de la túnica ocultando su identidad, sin embargo, a través de esa manta que cubría su rostro pudo mirar a LuHan y este también, ambos intercambiaron una mirada extraña. Porque LuHan después de todo reconoció la putrefacción de Astaroth, el duque del infierno.

El hombre desapareció entre la oscuridad.

— Jun... — dijo LuHan acercándose y JunMyeon manteniendo la mano en el abdomen de Yeol, trato de buscar la herida, pero ya no había ningún rastro de ella, Yeol quedo completamente anonadado al no comprender la situación.

— ¿Alguien me va explicar qué sucede? — dijo al ver las armas que usaban aquellos hombres frente a él. — Jun tu cabellera es rosa y tus ojos. Ya los había visto pero... ¿qué está pasando? —pregunto tomando las mejillas de JunMyeon para verlo de cerca. — ¿Y por qué puedo usar esta cosa? — pregunto Yeol tratando de entender lo que había pasado.

—Te lo vamos a explicar — dijo LuHan caminando hacía la cafetería. — Hemos reunido a los chicos— murmuró este mientras avanzaba más. —No enviaron a cualquier enclenque KyungSoo, pensé que con esa pastilla no lo encontrarían tan fácilmente.

Terminó de hablar Luhan con una mirada llena de preocupación, era verdad, su plan había fallado, se acercó a Soo con total intriga en su mirada.

—Tao debemos llevarlos a todos a la bóveda.

Tao asintió y Yeol tomó en brazos a Jun para que de esa manera este permaneciera más tranquilo, Tao elevo las manos, podía hacer que una espesa niebla se acumulará en la zona y de esa manera los protegió en lo que llegaban a lo que era la casa de JunMyeon, todos los presentes parecían estar muy anonadados.

—YuGyeom debes ir con él— y este asintió caminando a un portal que abrió con sus manos, y antes ellos se mostró la forma de YuGyeom, el Ángel Ariel, comandante celestial. El león de Dios.

"HADES: Las Dos Caras Del Ángel Caído" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora