capitulo 8

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Estuve sentada frente a la puerta hasta que cayo la noche. Ellos no regresaban. Que pudo haberles pasado? Estaba muy nerviosa. Uno de los ancianos llego a la casa y le comento a Miriam que todo Egipto estaba cubierto de ranas. Que salían por todos lados . Que estaban hasta en las comidas de los egipcios.  Entonces me levante y corrí a mi aposento. Allí no había nada. Me asome por la ventana pero todo era quietud en la aldea. Entonces mire al cielo y dije: Señor Invisible, gracias por proteger nuestra aldea de las ranas". En eso llego el Señor Moisés y Aaron. Estaban fatigados. Todos los ancianos inundaron la casa y Moisés comenzó a orar al Señor Invisible  pidiéndole que sacara las ranas de las casas y de todos los lugares de Egipto para que el faraón los escuchara y nos dejara en libertad. Yo no  entendía muy bien lo que estaba pasando. Pero el Señor Invisible le estaba mostrando al faraón su poder. Si alguna persona sabia del poder del Señor Invisible esa era yo. Me quede quieta. Me decidí visitar el pueblo al otro día. Tenia que ver la plaga de ranas alrededor de Egipto. Yo tenia que ser testigo de lo que estaba pasando. Toda nuestra vida había cambiado desde que el Señor Moisés había llegado. Este hombre era diferente. Este hombre era especial. Se contaban muchas cosas de el. Su nacimiento fue milagroso. El tenia un llamado del cielo. Yo lo había visto. Yo había visto al Señor Invisible hablar con el. Bueno; en realidad yo no había visto al Señor Invisible. Solamente vi rayos y cielos abiertos. Pero eso fue suficiente para saber que Moisés hablo con El.

    Esta vez me obligue a dormir un poquito. El día anterior no había pegado un ojo. Estaba muy cansada. Así que controle mi ansiedad y me quede dormida. Pero desperté antes de que amaneciera. Me prepare para correr otra vez al pueblo. A este son se me secarían las piernas de tanto correr en las mañanas. Entonces comencé mi maratón hacia la ciudad. Mientras mas corría mas prisa tenia.

  Cuando deje la aldea comencé a ver ranas grandes, medianas, pequeñas, de colores oscuros y claros. Algunas tenían manchas y hacían mucho ruido con sus bocas. No podía creer lo que estaba viendo. Había ranas en todas partes. Saltaban como locas de un lado para el otro. Aquello era una peste sin control. Muchas estaban muertas y descomponiéndose. Se caían de los techos muertas. No había por donde caminar sin pisarlas. El hedor que  emitían por la descomposición era nauseabundo. Esto si que era un verdadero caos!  Se escuchaban los llantos de las mujeres y los niños. Los hombres se colocaban paños en la boca y nariz para no oler aquello tan asqueroso.  Yo no necesitaba ver mas. Vire y comencé a correr una vez mas de regreso a la aldea.  Cuando llegue a la entrada respire profundamente. Nuestra aldea estaba limpia. El aire era fresco. Eramos pobres, Si, muy pobres pero no teníamos esas plagas entre nosotros. Entonces mire el cielo azul que nos cobijaba y mire la parte de la ciudad con cielos nublados. La ira del Señor Invisible estaba sobre ellos. Mientras, faraón no hacia caso. Que hombre mas tonto! , Pensé. Nadie puede contra el Señor Invisible. El es TODO PODEROSO. Y yo le había visto. Había hablado con El  y El me había escuchado.

    Cuando entre a la casa El Señor Moisés y Aaron se disponían a salir otra vez. Moisés toco mi cabeza y me sonrió. Yo le devolví la sonrisa. Fue como si hubiéramos hablado por largo rato. Una conversación silente pero con mucho significado.

  Miriam me pregunto de donde venia y como yo a Miriam no le miento le conté lo que habia visto. Ella no se enojo conmigo. Pero me dijo: Ora mucho para que Jehová nos liberte pronto". Por supuesto no le conté de mis conversaciones con el Señor Invisible. Eso era un secreto. Pero el Señor Moisés lo sabia.

EXODO    (UN ENCUENTRO CON EL SENOR INVISIBLE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora