capitulo 2: pensamientos indebidos

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Garu no era una persona que aceptaba las visitas así como así.

En realidad, nunca le a gustado estar rodeado de personas en un lugar cerrado como lo era su hogar. Pero hablando de amigos ya era otra cosa, además, únicamente eran tres personas más en su humilde hogar, contándolo a el sería cuatro.

No podrían causar tanto agetreo cuatro adolescentes. Se suponía que al ser​ ya de una edad más adulta debería ser callados​, responsable, y con una tranquilidad y armonía para estar relajados.

Pero vaya que estaba equivocado, una gallina y una chica causan más alboroto de lo que se cree, un chico sin camisa y dos espadas igual, y juntos. Por favor Jesús, sálvame de este infierno en la tierra que estoy viviendo.

Por lo menos tendría algo que hacer después de que se fueran, y eso sería barrer, porque juraba que esa ave soltaba más plumas que huevos.

Estaba perdiendo la paciencia, y únicamente el té podría salvarlo de aquel problema, el té siempre lograba solucionar todo su estrés.

Tomo un largo y delicado sorbo de su tibio y verde té, relajando cada músculo tensó, y cuando termino, una mano cálida y delicada lo tomo por el hombro, relajandolo aún más.

Miro hacia la dueña de aquella mano encontrándose con la hermosa mirada de Pucca, su acosadora número 1, y ahora la protagonista de sus sueño, la responsable de sus suspiros y gruñidos, y al mismo tiempo, la responsable de las manchas en sus sabanas.

Algo dudoso la miro con entriga, viendo como ella apuntaba hacia su tasa de té con una mirada un tanto culpable, una mezcla entre pena y diversión, ya que tenía una pequeña sonrisa traviesa. Mientras que detrás de él solo se veía como abyo peleaba contra un gallina que acababa de derrumbarlo, y Ching saltaba sobre el en busca de auxilio.

Pregunto con la mirada que era lo que le preocupaba. Mientras que Pucca apuntaba nuevamente hacia su tasa. Bajo su mirada tranquilo, hasta que se dió cuenta de una pluma pequeña, blanco y delicada, que se encontraba flotando en el líquido de su bebida.

Asqueado dejo su tasa aun lado y saco la lengua en muestra de desagrado después de toser y tratar de sacar todo el líquido contaminado. Hasta que una risa lo saco de sus pensamientos.

Volteo encontrándose con la morena calmado sirviendo un poco más de té en otra tasa​ limpia. Lo que lo hipnotizo fue la delicadeza en que agarraba la tetera, como su nariz era tan fina y pequeña, sus carnosos labios sin pintura artificial, sus párpados cerrados desprendiendo unas largas y chinas pestañas, unas pequeñas orejas que a su parecer daban una grandes ganas de morder, pasar toda su lengua por aquel laberinto y perderse, después por su cuello, dando salvajes mordidas dejando marcas para que todos las vieran, después por sus labios, pasaría la punta de su lengua por esos carnosos labios hasta reconocer cada detalle de estos, para seguir con su nariz, subiendo aquel puente tan fino. Y cuando la embistiera de una estocada y ella llorara lameria sus ojos para secar sus lágrimas.

Pucca le extendió la tasa con el té, sacándolo de sus pensamientos. Garu ahora un poco más avergonzado de sus pensamientos comenzó a tornarse rojo no solo por la vergüenza si no también por la excitación. La morena preocupada se acercó a él y tomo su temperatura uniendo sus frentes, mientras Garu trataba de resistirse, aún así no tuvo opción de moverse tanto.

Los pecho de Pucca desde ese ángulo se veían perfectos para Garu, tenía una pequeña curiosidad.

- ¿mi mano cubrirá por completo su seno?.- se pregunto mentalmente, aguantando las ganas de tocar, de lanzarse sobre ella y averiguar lo que el dudaba.

No dudaba que era uno de los tantos hombres de la aldea que deseaba tocar aquellos pechos. Estaba ansioso por probar, por pasar su lengua disfrutando del exquisito sabor de su piel de esa descarada piel blanca que le pedía a gritos dejar marcas, por toda esa piel. Por todo su pecho y después por su entrepierna, disfrutando de lo espasmos que le sacaría y la dulce y exquisita mielesilla dulce con la cual excitarse hasta saciarse.

Estaba tan ansioso, que no noto cuando la pequeña modelo se alejó y ahora estaba tomando de su té.

Tranquila, con una gran sonrisa.

Garu noto algo en particular que le atraía mucho de la pequeña joven, claro alejandolo de todos sus pensamientos pervertidos​. Este sería más bien tierno, y era que su perfil le encantaba, era tan bonito, se notaba cada curva de su rostro, sus labios sonriendo eran tan atractivos mientras tomaba de su taza, al igual que su nariz , que parecía un dulce tobogán sin errores, tan chiquita y hermosa.

No lo soporto más, tenía que salir de ahí antes de que cometiera el terrible acto de violarla. Porque en ese momento, era lo que más ansiaba, Incluso el gran bulto de sus pantalones que ahora ocultaba su taza era testigo.

Ni siquiera despierto lo dejaban tranquilo, y todo por aquellos pensamientos indebidos.

Que no por mucho solo serán recuerdos.

pucca. (garuxpucca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora