Diablos llego tarde a la clase de química, la profesora me va a matar. Nunca he sido un ángel de alumna, lo que será suficiente justificación para citar a Jake.
Corro lo más rápido que puedo por todo el instituto, cuidando no tropezarme con alguno de los inspectores. Se muy bien que les está terminantemente prohibido a los estudiantes deambular por los pasillos en horas de clases, pero aún así ¡Llego tarde!
Voy lo más pronto que puedo hacia las escaleras, y al llegar las subo, dejando sonar fuertemente mis zapatos contra los escalones. Mi cuaderno bajo mi busto casi se cae por la velocidad con la que avanzo, y solo me queda sujetarlo de una esquina para llegar pronto. No tengo tiempo para arreglar este pequeño percance.
Llego a duras penas al quinto piso seguido del salón. Intento calmarme colocando una mano en mi pecho a la altura del corazón. Suspiro y toco la puerta con la punta de mis nudillos. Segundos después me abre la profesora Sarah con una mirada de desaprobación total, agrandando y enredando el nudo en mi estómago cada vez más.
Oh vamos... Solo fueron diez minutos de retraso. Ni que hubiera confundido mi alarma con la del sábado... Cosa que si hice.
— Tarde otra vez señorita Smith... — Me dijo rompiendo el silencio. Tragué saliva a la par que comenzó a anotar algo en su libro.
Mis ojos se abrieron como platos al observar que me estaba dando un papel con un día de detención... ¿En serio? ¿Justo el Lunes?
— ¿Q-Que?
— No puedo seguir tolerando esto Jane, deberá pasar todo el recreo en la oficina del director... Todo el día — Dijo con su cara tan seria como siempre.
Inevitablemente di una patada contra el suelo, y como si hubiera abierto las bocas del mundo, mis compañeros comenzaron a reírse en carcajadas.
— Demonios... — Murmuré desviando mi vista hacia la puerta.
— Pase — Al fin al estar autorizada entré con la cabeza gacha y un nudo enorme en mi vientre.
Me dirigí al lugar que creí poder evitar las miradas burlonas de mis compañeros, al final del salón. Deje reposar mi cuaderno en la placa de madera que conformaba la mesa, y me senté apoyando mi cabeza sobre mis manos.
Sentí un suspiro por parte de la profesora, y traté de evadir su mirada para que de una vez empezara su condenada clase.
— Vaya castigo te has llevado Jane... — Sentí una ronca voz vibrar a mi lado, haciendo chocar su respiración tibia contra mi rostro.
Giré mi cabeza lentamente, y no pude disimular sorpresa al ver a mi compañero de banco.
— ¿J-Jordan...? — Susurré a la par que el se alejaba.
— El mismo — Su seguridad era marcada incluso por su voz, tan cortante y fría. Me sorprendía que supiera mi nombre, incluso cuando me llevó siglos saber el suyo.
Miré aún perpleja hacia el frente, disimulando mi asombro y el leve tono carmesí que se apoderaba de mis mejillas.
Este va a ser un largo día...
(...)
Saliendo de la sala de clases siento una mano posarse suavemente en mi hombro. Giro bruscamente sobre mi eje, encontrándome con los ojos marrones de Nick.
— H-Hola Nick — Saludé y sonreí un poco, intentando disimular mi nerviosismo.
El sin embargo me abrazó, casi levantándome del suelo.
— Mi Jane está dejando de ser invisible... — Exclamó en tono maternal, dejándome totalmente confundida.
— ¿Que yo que? — Respondí a la vez que me puse a patalear para que me soltara, cosa que él no captó

ESTÁS LEYENDO
Equivocada - PremiosInspirateSong ©
Short Story#PremiosInspirateSong Una chica cualquiera, un amor cualquiera... Todo normal ¿No? Bueno... No. ¡Ella odia los clichés! Pero señor karma llega y ¡Bum! Vida de Jane, es igual a: Vida cliché. Jane Smith, soñadora natural, rubia natural, diablilla natu...