Capítulo 7

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El hecho de que esté sentada en un sillón no quiere decir que uno puede llegar y apoyar su cabeza en mis muslos como si fuera lo más normal. Tenía que ser Adam.

Tuvo un día pesado en la universidad y le comprendo. También después tuvo que ir a trabajar en la cafetería de la esquina con una clientela pesada que le tocó atender. Eso y sumándole su adorable - Nótese el sarcasmo - hermana estaba totalmente rendido.

Estuve haciendo zapping toda la tarde desde que llegué del instituto. Últimamente he notado a Nick mucho más distante conmigo, pero en cambio se ha reconciliado de lo más bien con Sam y me alegro por ambos. No me gusta ver a mis amigos peleados.

Aunque es irónico suponiendo que yo no he hecho nada para que Nick me muestre tanta indiferencia.

Sentí a mi hermano roncar. Me levanté sujetando su cabeza para luego depositarla suavemente en el sofá, donde anteriormente estaba mi trasero.

- Está calentito... - Le escuché susurrar dormido.

¡Pues claro! Estuve sentada ahí toda la tarde y estará frío...

(...)

El teléfono de la cocina comenzó a sonar. ¿En serio Adam tiene una de esas cosas? ¿Qué pasó con la tecnología? ¿Los smartphones?

Fui a contestar, y sentí una tos pesada del otro lado de la línea.

- ¿Hola? - Murmuré algo confundida.

- ¿Jane? ¿Hija? - Reconocí al instante aquella voz aguda y congestionada.

- Hola mami - Dije alegremente.

- Hola cariño - Sonreí - ¿Cómo has estado?

- Bien, gracias por preguntar.

- ¿Está Adam por ahí? - Inconscientemente desvié la mirada hacia el pasillo mientras jugeteaba con el cable del teléfono - Es que debo de informarle de algo...

- Está durmiendo. Dime a mi si quieres.

- Oh, descuida cariño le llamo después - Rodé los ojos - Adiós cielo.

- Adiós mami - Sentí un beep del otro lado, así informándome que ella había cortado.

Dejé el teléfono en su soporte para luego irme a mi habitación.

(...)

Estoy en mi cama, recostada, con los brazos y piernas extendidos en direcciones al azar. Definitivamente un intento fallido de spaghetti.

Tengo mis ojos cerrados intentando pensar. Me desvío de mis planes de dormir y me quedo mirando como una boba el cielo raso, como si intentara adivinar que materiales lo componen. Cuanto tiempo tardaron en construirlo, hasta que siento que mis instintos de arquitecta se van.

Me reincorporo y me siento, contemplando cada detalle a mi alrededor. Gracias a mí la habitación está mucho más femenina, a excepción de los colores de los muebles y las paredes oscuras. Mi maquillaje yace desordenado sobre una de las repisas, y en otras tengo alguna plantas que intento cuidar para que no tengan problemas al crecer. Sobre el armario dejé mis mil y un peluches, además de algunas almohadas bordadas. En una cómoda le pegué stickers fáciles de retirar por si acaso...

Equivocada - PremiosInspirateSong ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora