Capítulo 1

24 0 0
                                    

- ¡¿Citación?! - La voz de Adam resonó por todo el estacionamiento, observando el papel ya algo amarillento - ¿Sabes lo que hará Jake verdad? Sabemos que no se limitará a darte un discurso sobre tu comportamiento.

- Lo se... - Logré susurrar mirando mis zapatos en el pavimento - Es que Jenna...

- ¿Jenna? ¿Esa la de...? ¿Aún...? - Me Interrumpió. Yo solo me limité a levantar mi mirada cristalizada - Oh...

Rompí en sollozos. Tengo miedo, ella sabe perfectamente que Jake no está muy orgulloso de mi, y no parará hasta dejarme mal ante él. Mi rendimiento académico nunca fue muy bueno, a pesar de que hago todo lo posible por que se sienta bien y no se avergüence de mi... Aunque siempre falle. Las lágrimas corren por mis mejillas ahora empapadas, los sentimientos de angustia corren por mis venas. Se muy bien lo que me espera.

Mi mente grita auxilio, mi vientre es un alboroto, como si millones de cordeles se anudaran en él haciendo una bola de nervios inexplicables.

- ¿Te gustaría quedarte conmigo? - Pocas veces Adam me ofrecía quedarme con él en su casa. Es cierto que ahora es independiente por las mismas razones que estoy viviendo, y no lo veo muy a menudo.

- Por favor... Si no es molestia - Le abracé agradecida, aunque aún no dejaba de derramar lágrimas.

- Suenas como la tía Clara - Me hizo reír con el recuerdo de la frase por la que todos la conocemos.

Me abrió la puerta del copiloto, donde entré apresurada. Luego él rodeó el auto, se sentó en el asiento del conductor, y arrancó dejando aquel infierno mejor conocido como "Secundaria". El escaso paisaje solo dejaba a nuestra vista algunas casas, apartamentos y locales en algunas esquinas de las calles que pasábamos, pero nada interesante.

El día era bastante caluroso, por lo que me vi obligada a abrir la ventanilla dejando el aire entrar y refrescar mi cara sudada. Sentía mis ojos hinchados y rojos por el rato que estuve llorando, y aún tengo ganas de salir pitando del país y no ver a Jake en todo el maldito siglo.

El auto giraba veloz y descuidadamente por las curvas, alterándome inevitablemente.

- ¡Adam! ¡Vamos a chocar! - Grité desesperada a la vez que remecía su brazo en un intento fallido de que bajara la velocidad.

- Descuida Jane... - Seguí insistiendo, pero Adam no hacía nada. Solo presionaba las manos contra el volante y se reía por mi nerviosismo... Desgraciado...

- ¡Adam! ¡Por favor! - Supliqué remeciéndole más fuerte. De pronto se estacionó cerca de una alcantarilla.

- Si me mueves así enserio vamos a chocar... - Tragué saliva lentamente, recapacitando sobre mi actitud - En fin, ya estamos aquí.

Vi por la ventanilla careciente del cristal, dejando a mi campo de visión una casa un poco apartada de las demás. La fachada era simple y blanca, y tenía una pequeña escalera que daba a la entrada en el frente. Suspiré nerviosa ante la imagen de mi casa... A la que no considero hogar.

- Tengo miedo - Susurré rompiendo aquel silencio suspensivo.

Giré mi cabeza con súplica hacia Adam. Cuando el captó mi indirecta me abrazó por los hombros y me atrajo hacia su pecho.

- Todo estará bien - Con mis dedos me aferré a la playera de mi hermano - Te esperaré aquí con la puerta abierta. Ahora ve.

- Gracias - Abrí la puerta y salí más lento de como entré.

Cuando mis zapatos tocaron el pavimento y salí completamente del auto, comencé a caminar titubeante hacia la pequeña escalera de la entrada. Los escalones sonaban y rechinaban bajo mis pies, aumentando la inseguridad. Me detengo frente a la puerta de madera, al alzar mi puño me detuve un momento, pero igual toqué intentando parecer firme.

Equivocada - PremiosInspirateSong ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora