Querida Em:
Estoy escribiendo desde el living de Jordan McDowell, y estoy terriblemente tensa. Las manos me sudan y tiemblan, casi estoy mojando el teclado de mi laptop con las gotas de sudor cayendo de mis dedos.
Ha sido una tarde abrumadora. Primero Nick nunca me dijo que iríamos a casa de Jordan. Luego me dejó sola con él. ¡Me hizo sudar!
Bueno, no tengo mucho que contar. Adiós.
~~~~~
Me levanté apresurada dispuesta a salir de aquel incómodo lugar. Jordan me había ido a buscar un vaso de agua después de... eso. Me dejó sola en la sala y yo me dispuse a escribirle a Emily, aún desconcertada.
Sentí golpes en la puerta.
Me dirigí hacia la entrada, y usando la poca fuerza que tenía en ambas manos abrí la puerta dejando ver a un Evan totalmente empapado y un Nick lleno de arena en el cabello. No pude evitar sonreír de oreja a oreja ante la divertida escena a mis ojos.
- ¿Qué rayos les pasó a ustedes? - Comenté aguantándome la risa.
- Lo vimos todo - Evan me señaló con ambas manos en un acto poco masculino.
- ¿Q-Qué? - Sentí mis mejillas calentarse, llenas de sangre.
- Que lo vimos Jane. Vimos todo - Comentó Nick sacudiendo su cabello, desparramando arena en toda la entrada.
- Si - Le siguió Evan - Desde que tomó tu...
- ¡No digas nada! - Le apunté con mi dedo - Sabes que estas cosas me avergüenzan...
- Ok... - Nick esta vez habló - No subimos al techo para ver desde un mejor ángulo, y entonces vimos... Ya sabes... - Me miró rascándose la nuca a lo que levanté una ceja - Bueno, el caso es que...
- Nick me empujó - Interrumpió Evan - Y yo caí en la piscina mientras él por un movimiento descuidado cayó entre unos matorrales con mucha arena. Y pues.
Extendió los brazos y yo rodé los ojos. A veces estos se pueden comportar como niños de cinco años.
- ¿Trajeron la comida? - Nick me señaló la camioneta de Evan. En la parte de atrás habían tres bolsas llenas - Perfecto... - Sobé mis manos - ¡Diablos!
Salí corriendo dentro de la casa con la mirada confundida de mis amigos clavándome la nuca. Corrí hacia el pasillo intentando buscar al dueño de esta maldita casa.
- ¡Jordan! - Exclamé - ¡Jor...!
- ¿Qué? - Este apareció de un lado de la cocina.
- ¿D-Donde está el baño? - Estaba dando pequeños saltos en mi lugar. Me sentía patética - Por favor...
- Sigue el pasillo, a la izquierda - Asentí agradecida y salí pitando de allí.
En unos cuantos metros ya estaba frente a la puerta que delimita el baño con el exterior. Esta era de madera tallada, de un color crema tirando a rosa.
Ya Jane, deja de analizar detalles y entra de una estúpida vez.
Le hice caso a mi consciencia y abrí la puerta dejando ver unas baldosas blancas y celestes. Al fondo estaba la tina y el lavamanos. A su lado se encontraba mi salvación.
(...)
Salí luego de lavarme las manos y verificar que hora era. Las cinco y media.
- ¡Chicos me tengo que ir! - Exclamé dirigiéndome a la sala de estar. Ahí se encontraban Evan, Nick y Jordan comiendo papas fritas. Me relamí los labios.
- Toma una Smith - Jordan me dijo - Se que lo quieres.
Me ruborizé levemente, cogí una papita y fui directo a buscar mi mochila. Esta se encontraba al lado de Nick. La tomé y la colgué sobre mis hombros.
Me despedí de cada uno de los chicos. Extrañamente Nick no contestó.
Ignoré su actitud y su repentino cambio de humor para dirigirme a la salida. Abrí la puerta y salí para encontrarme con un Adam apoyado en el capó de su auto. Sinceramente soy un asco diferenciándolo. Solo se el de Nick porque él me lo dijo.
- ¡Hola Adam! - Le saludé estirando mi brazo excesivamente hacia arriba - ¡Hace siglos no nos vemos!
- Si, ya lo se hermanita - Rodó los ojos - No puedes vivir sin mi.
Bufé
- ¡Hey! ¡Yo quería ser sarcástica y tú te me vienes con tu súper ego! - Exclamé caminando hacia él.
- El sarcasmo no te va Jane - Me abrió la puerta del copiloto - Y lo sabes.
- Te odio - Murmuré entre risas.
- Te escuché - Me subí rápidamente a su auto y le saqué la lengua seguido de cerrar la puerta casi aplastando sus dedos.
Él comenzó a sobar sus manos con cara de niño maltratado, tenía unas ganas enorme de reírme en su cara pero me limité a sacarle la lengua.
Rodeó el auto y se subió en el asiento del conductor. Me relajé en mi lugar cerrando mis ojos e intentando despejar mi memoria. Sentí bajo mis pies el vehículo vibrar, anunciando estrepitosamente que ya habíamos arrancado y estábamos de camino al apartamento de Adam.
- ¿Como te fue? - Dijo sin quitar la vista de la carretera.
- Suenas a papá - Reí levemente ante su recuerdo - Siempre decía eso cuando llegábamos del insti en nuestros primeros años de secundaria.
Un silencio incómodo se produjo en el auto. Solo teníamos de fondo el sonido del motor y el viento entrando por las ventanillas.
- Lo extraño - Murmuró mi hermano, y yo toqué su hombro en señal de apoyo.
Ellos eran muy unidos. Papá siempre le ayudaba en el equipo de basquetball de nuestro instituto. Aunque ya salió y está estudiando en la universidad sigue practicando. Dice que es su forma de desahogarse ante su recuerdo, que constantemente le agita en las noches quitándole el sueño.
Por mi lado yo también le apreciaba mucho. Me encantaba salir de compras con él y mamá. Él tenía ese lado gay que toda mujer necesita. Sabía de moda, y la mayoría de los conjuntos lindos que yacen en mi armario son gracias a él. Le gustaba peinarme y a mi que lo hiciera, pues siempre me dejaba con alguna trenza. Según él porque me hacía ver más bonita, según yo para que la profesora de matemáticas no se enojara por tener el cabello suelto.
Inconscientemente una lágrima salió de mi ojo derecho, a la que Adam limpió en un gesto rápido y una sonrisa fingida, claramente para aliviar el ambiente.
- Yo también - Toqué su pierna mientras decía esto. Y era la verdad. Lo extraño con toda el alma.
- ¡Hey! ¡Apúrese! - Sentimos un claxon y una voz ronca gritar a nuestras espaldas. Es cierto que nos habíamos detenido en media calle.
- ¿¡Qué no ve que estamos en un momento melancólico!? - Gritó mi hermano.
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Equivocada - PremiosInspirateSong ©
Kurzgeschichten#PremiosInspirateSong Una chica cualquiera, un amor cualquiera... Todo normal ¿No? Bueno... No. ¡Ella odia los clichés! Pero señor karma llega y ¡Bum! Vida de Jane, es igual a: Vida cliché. Jane Smith, soñadora natural, rubia natural, diablilla natu...