D I E C I N U E V E

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Decidió que debía nadar hasta la superficie para esperar a Fisher hasta que él llegara y eso hizo, pero una vez ahí, vio a lo lejos, en la playa, la figura de Fisher. Él estaba de espaldas.

Sólo que esta vez fue difícil reconocerlo. Supo que era él por su inconfundible cabello azul brillante, pero no era el mismo. Había cambiado las aletas por un par de piernas y unas gigantes alas azules. "¡Oh, no!", pensó Rina. "¡Fisher es un hado!".


Rina y Fisher © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora