D I E C I S I E T E

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Rina se rindió a su suerte. Pensó que si iba a morir ahogada, lo menos que podía era saciar su necesidad de respirar y lo hizo. Respiró bajo el agua.

Lo extraño fue que, de hecho, se sintió bien. Tomó otra profunda respiración y volvió a sentir alivio. No sabía que las hadas también podían subsistir bajo el agua.

La corriente continuaba arrastrándola mar adentro. Abrió los ojos, el pánico se estaba desvaneciendo. Lo que vio también fue extraño: podía ver con absoluta claridad bajo el agua. Aun cuando había toneladas y toneladas de agua salina frente a ella, podía verlo todo con claridad como si... un momento, ¿y sus piernas?, ¿dónde estaban? 

Rina y Fisher © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora