Rina y Fisher © (Terminada)

V E I N T I D Ó S

"Te amo", susurró él con debilidad. "También te amo", respondió ella, mientras lo arrastraba a la orilla como podía. Cuando llegó a la playa, depositó a Fisher con el mayor cuidado que pudo sobre la arena. Sus alas azules estaban completamente deshechas. Ella se aferraba a los enfermos latidos del corazón de él y lo besaba una y otra vez, mientras sentía que su propia piel ardía por la falta de contacto con el agua.

Ella había deseado ser una sirena para estar con Fisher, pero sin él aquello no tenía sentido. Se recostó en su pecho, escuchando los latidos de su corazón, cada vez más débiles hasta que ya no se sintieron más.

Rina tenía la piel reseca, pero ni siquiera quiso mirarse. El dolor por haber perdido a Fisher era mayor que el que estaba experimentando con su propia agonía.

Al menos había tenido la dicha de abrazar y besar a Fisher una vez en su vida. Ese momento juntos había tenido más sentido que todos los tiempos de su existencia, de modo que se entregó a aquél sentimiento, reviviendo cada segundo de aquél fogoso beso una y otra vez, hasta que Rina perdió la consciencia también.

Pero Rina murió feliz, porque por unos instantes, habían sido sólo Rina y Fisher, el hada convertida en sirena por amor y el tritón convertido en hado por amor. Habían vencido la imposibilidad de estar juntos. Por unos instantes que rozaron la inmortalidad, ambas especies demostraron que para el amor sólo hay un imposible y es el no entregarse al ser amado.

FIN.