Narra Lena
La luz de mi celda se volvió a cerrar. Tenerme sumergida en la oscuridad era un modo de tortura psicológica. El tiempo se eterniza y uno se desubica. Traté de concentrarme en L-Corp y el modo de escapar de allí. Desconfiaba de Supergirl. A parte, desde pequeña aprendí a solucionar mis problemas por mi propio pie. Mi padre, sólo tenía tiempo para sus importantes negocios. Mientras mi madre, me odiaba y pasaba de mí. Las sirvientas me mostraron mucho más afecto, no obstante tampoco podía recurrir a ellas si tenía algún conflicto escolar o me preocupaba algo. Las pobres, también andaban esclavizadas por Liliana.
El zulo estaba silencioso, como si todos se hubieran largado. Afine mis poderes mentales. No capte nada. Volví a forcejar con las manillas. Mi muñeca derecha se corto, pero seguí. Mi piel, a fin de cuentas, se regeneraba. Pero el llanto de una chica me paralizó, parecía algo lejano. Pero procedía del mismo sector en el que estaba. No era descabellado pensar que allí había otras celdas y personas retenidas injustamente.
Afine más mi oído y poderes. Y conseguí percibir sus pensamientos y desesperación. Parecía que se terminaba de despertar y se sentía muy confundida. ¿Quién debía de ser? Me concentre en entenderla e interpretarla. No obstante, la luz de la celda se abrió y corto el canal de comunicación telepática. Entro aquel chico joven, llamado Carlos.
Instintivamente, sin previa meditación, me levanté y le sonreí. Sabía que no se podría resistir a mis encantos. Era una mujer muy atractiva y al ser vampira había aumentado mis poderes de seducción. Le miré fijamente y le hipnotice. No sabía de qué disponía de esa habilidad mental. Me fascino. Pero no me entretuve jugando con él. Le hice quitarme las esposas.
Otro de los vigilantes lo llamó, preocupado por su tardanza. Carlos volvió en sí. Me sacó su pistola, tratando de retenerme. Intente salir de la celda, sin dañarle. Pero me disparo. Al ver que a pesar de haberme dado, seguía de pie empezó a disparar como loco. Me le tire encima y le mordí. Me alimente de él hasta dejarlo seco. Luego le rompí el cuello.
Entraron tres soldados de CADMUS al escuchar la balacea. Cogí la pistola de mi víctima, pero estaba vacía. Volví a recurrir a mis habilidades como vampira. Me moví ágilmente, me emparre por las paredes, se volvieron locos tratando de batirme. Mientras sentía su miedo, pero quizás les hacía más respeto sus superiores.
- ¿No hay ninguna otra forma de terminar con ella?- pregunto el soldado de más rango de allí.- Supergirl nos matara.
- ¡Usted es otro loco lunático!- exclamo la Teniente Erika.- Será mejor que me las pire, no pienso morir por salvarle el culo a su muñeca de porcelana, otro monstruito como ella.
Y no sé porque lo hice, pero corrí hacia ella para evitar que se fugase. La mordí y después le retorcí el cuello. No se me escapo como los otros dos me miraban horrorizados y me dispararon otra vez. Les fui desarmando y terminando con ellos del mismo modo. Me sentí más viva y llena de energía que nunca. Parecía que la sangre humana era más energética.
Iba a irme por fin de aquella ratonera cuando sentí unos gritos desesperados, procedentes de una celda cercana. No podía dejar a esa persona allí. Mire la carnicería que había hecho, pero fue lo único que me importo en aquellos momentos.
Narra Kara
Nada calma mi ira, mi desasosiego. Lo que se me había revelado era cruel. Los odiaba a todos, al General Eaton por su manipulación psicológica y mentirme hasta la saciedad, a la Generala Warmik para hacerse pasar por mi amiga y luego apuñalarme por la espalda (que hubiera gravado aquel video antes de morirse no le quitaba responsabilidad) y al General Jon por saberlo y haberlo permitido. Y seguía culpando a mi familia por no contarme mi verdad y haberme convertido en carnada fácil para quién pujase primero por mí.
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Tan sólo tú
Fiksi PenggemarLena y Kara se conocen en el ejército y se hacen inseparables. Son buenas amigas, comparten piso y la misma visión de la vida. Como unas de las mejores oficiales de su promoción seran escogidas para formar parte de un grupo de elite. Nada es lo que...