Supergirl la vengadora (II)

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Narra Lena

La semana está siendo muy intensa. Intuía que mi vida, pronto se volvería a poner del revés. Conocer a la Coronela Zor-El me había transpuesto y me tenia las hormonas, o sentimientos, revolucionados. La deseaba como había deseado a Kara, pero quizás de una forma más febril. Como si Linda fuese una hechicera de serpientes. Era capaz de hacerme sentir en la gloria y en el infierno a la misma vez.

Aquel lunes la había rechazado, en parte porque coquetear en nuestro sitio de trabajo no me parecía adecuado y me causaba sentimientos opuestos. La verdad, no podía olvidarme de cuando hicimos el amor en mis oficinas. Había sido brutal, apoteósico y sin estar en falto de momentos de ternura, breves pero existentes.

Y luego, vino nuestra dura pelea, en la cual ninguna de las dos ganó. Antes de entrar en la sala de entrenamiento, vi una marca en el hombro de Linda. Me dejo perpleja, pues recordaba perfectamente que Kara la tenia parecida. Sí, era como una "S" en mayúsculas, de color negro-verde. No obstante, la de mi superiora era de color rojo-granate. Curioso. He dado mil vueltas a esa coincidencia. Quizás no tenían ninguna relación alguna. O si hiciera caso a mi imaginación, podrían ser hermanas.

Me sorprendió que la Coronela tuviera tanta fuerza y agilidad, me pareció que se podía mover en una velocidad supersónica. Aunque, no lo puedo asegurar con absoluta seguridad, pues me desmayé con tantos golpes recibidos. Yo tampoco me quede corta.

Tengo la sensación de qué intente morderla, que no pude contener mi ira. No obstante, tras despertar no le divise ningún rastro de mordedura en su cuello, que volvería a besar sin pestañear. Y entonces ocurrió, pude percibir sus pensamientos. Los cuales estaban como fraccionados y sin coherencia ninguna. Era como si el ordenador que controlaba su mente, se hubiera estropeado. "Supergirl. Quiero volar. Desierto. No quiero dañarla."

Por desgracia fue algo breve. Abrió sus preciosos ojos azules, y me hice la dormida. Me había gustado verla dormir, como un ángel. Recordé como Kara dormida era muy adorable y se movía mucho. Me engañe por unos largos momentos. ¡Qué fácil era soñar a veces!

Compartimos un instante mágico, que hubiese prolongado o pagado por estar siempre de aquel modo con ella. No obstante, Linda le regreso todo su mal humor y despreció hacia mí. ¿Por qué me odiaba tanto?

No se lo pregunte y permití que levantase una alta barrera entre nosotras. Una parte de mi lo lamento, porque me hubiera gustado volverla a poseer, a sentir su piel suave, su calor corporal, sus caricias, sus besos... Me propuse seguir siendo dura con ella y a resistirme a sus encantos. Aquella fuerte atracción física no me traería nada bueno. Y necesitaba tener la cabeza fría por mi misión paralela.

Cada día iba a comer en el parque cercano a las oficinas de L-Corp. Allá me esperaba mi contacto y siempre nos comunicábamos mediante telepatía. Exponía lo que iba averiguando sobre las intenciones de la Coronela y sobre la Facilitadora. Tenía mucha curiosidad sobre su identidad y si tenía poderes sobrenaturales.

- La Coronela me habló muy bien de la Facilitadora, como si la conociera. Aunque lo negó. ¿No la podríamos usar como cebo para cazarla?

- ¿Y, luego que? Sea cual sea su identidad, está cumpliendo órdenes. No es la responsable última de sus actos.- la defendió mi contacto.

- ¿Entonces, quién según usted esta corrompiendo el ejercito?

- CADMUS.- me respondió. Me quede helada. Eran las letras que vi en las cajas de la base, que tanto me sonaba. Seguía como bloqueada.

- ¿Y que es CADMUS?

- Mejor que no sepa nada más, por ahora.

- ¡Eso es injusto! ¡Si sigo espiando por usted, debo de saberlo todo!- me siento muy indignada. En cierta forma, me estaba jugando la reputación por controlar a una superior.- El viernes pasado vi que cargaban unos camiones unas cajas con el logotipo de CADMUS. Me pareció que era una marca.

Tan sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora