Jin

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Él no estaba feliz con aquella situación, pero se le había sido devuelta la vida por una buena razón. Bajó las escaleras mientras contenía un suspiro, el decimocuarto del día, bueno, de su primer día de vuelta. De vuelta al mundo de los vivos. 

Despertó esta mañana en su antigua cama de su antigua casa perteneciente a su antigua vida. No sería nada raro salvo que Kim Seokjin murió tres años atrás en un accidente de coche. Él sabía que había muerto, y estuvo vagando en un estado de sueño, flotando entres los mundos sin rumbo un largo. Despertó de repente, como despertarse de una noche de sueños olvidados, para hallarse en su propia cama, como una persona normal y corriente. 

Todo parecía ser una pesadilla demasiado larga salvo dos cosas que lo distaba de la aparente normalidad. El último día que Seokjin recordaba haber vivido era el día tres de abril del 2014, sin embargo en el reloj digital situado en la mesita de la noche marcaba el día tres de abril, pero del 2017. Encima de la mesita, junto al reloj había una nota con una caligrafía ordenada y fluida que ponía: "vive otra vez y salva a los chicos" 

¿Qué significaba aquella nota? ¿Quién la escribió? ¿Y quiénes se suponía que tenía que salvar? Infinitas dudas rondaban en la cabeza de Jin mientras se dirigía, algo desorientado hacía la cocina; puede que acababa de resucitar como en una de esas cutres novelas pero seguía siendo el "Pig Jin" de antes. 

Abrió la nevera con la esperanza de que sus alimentos se habían resucitado con él, pero no, estaba vacía. Así abrió una lata que estaba en una de las estanterías que tenía una etiqueta de "Albóndigas de pollo". Como la microondas no funcionaba, se los comió directamente, con una cuchara que estaba en uno de los cajones. "Bueno, medidas drásticas para situaciones urgentes, en este caso, estómagos hambrientos" Pensó, a pesar de que se acababa de "despertar", pero necesitaba alimentos para poder pensar mejor. 

Después de comer salió a la calle para ir al cajero de su banco, tenía que asegurarse de que poseía el dinero suficiente para mantenerse. 

Antes de salir, se cambió su pijama por una sudadera rosada, unos vaqueros blancos, unas zapatillas negras y una gorra rosada. Su pijama, por supuesto, era de color rosa, también. Es que el chico estaba obsesionado con el color rosa, un color tan... Varonil...  

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