Consuelo

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Jimin llevaba horas intentando que NamJoon recuperara su característico humor, sin embargo lo único que había conseguido de parte del de cabellos azules fue una expresión deprimida y un "Meh..." Como respuesta a cada cosa que le decía.

NamJoon era sumamente sensible a pesar de aparentar todo lo contrario, muchas cosas lo lastimaban y lo hacían llorar, obviamente todas esas ocasiones el único que lo había visto derramar esas lágrimas de oro era su pelirrojo amigo quien siempre trataba de hacerlo sentir mejor.

Nam a veces pensaba que Jimin parecía su novio y es que el muslos de oro no hacía nada para negarlo, se preocupaba por él, por sus estados de ánimo, por su salud y su cuerpo, sobretodo su cuerpo, Jimin no dejaba que nadie lo tocara de manera extraña.

—Vamos Joonie, creo que será bueno que distraigas tu mente de todo lo que te dijo Yoongi— Le susurró Jimin mientras se encargaba de levantar a un deprimido NamJoon de la silla y nuevamente lo llevaba de forma nupcial hacia el campo de la escuela.

El peliazul se acurrucó en el hombro del más bajito y cerró sus ojos casino, no quería saber nada de nadie más que de Jimin y porque siempre lo estaba consolando.

Al llegar al campo se sentaron bajo un árbol de manzanas que brindaba una perfecta sombra para descansar. NamJoon estaba dormido acurrucado en su pecho con cariño pero con una expresión deprimida y preocupada también.

—Ay Joonie, si por mi fuera jamás sufrirías, pero tú estás enamorado de él — Susurró Jimin más para él que para el otro.

Era incierto si Jimin estaba enamorado de Nam, pues, igual le llamaba la atención un chico dos años más joven que él, su nombre era JungKook. Por eso era imposible incluso para Jimin responder si su corazón realmente se desvivía por el peliazul tanto como creía.

Cierto, era su mejor amigo, casi su hermano y siempre iba a protegerlo de cualquier cosa, pero sus sentimientos estaban confusos y realmente lo que menos quería asustar a su amigo.

Ambos se quedaron así, pensando, descansando, durmiendo, olvidando la realidad y todo lo que traía consigo.

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Nam despertó momentos después, cuando una manzana golpeó su hombro al caer, luego llevó su vista a Jimin quien estaba aún dormido, abrazándolo, manteniéndolo a salvo, eso lo hizo sonreír.

—Oye Minnie— Llamó Nam moviendo a Jimin quien no quería abrir los ojos — Vamos Minnie, ya es tarde— Le volvió a hablar.

En vista de que no respondía Nam mordió el hombro del pelirrojo con poca fuerza logrando despertar al pelirrojo debido al leve ardor que recorría la zona afectada en ese momento.

—¿Nam? ¿A caso me mordiste?— Cuestionó Jimin con una expresión de burla.

— Cállate— Le regañó —Vamos, tengo ...que volver a casa — Dijo desviando la vista.

—No, vamos al parque de diversiones ¿Qué te parece? — Cuestionó Jimin, aunque más que una pregunta era una gran y para nada denegable oferta.

Nam lo pensó un momento y luego recordó algo crucial.

—No tengo dinero Minnie... Se lo di todo a Yoongi anoche... —Susurró apenado y haciendo una mueca deprimida.

—Namie, yo no te pregunté si tenías o no dinero, yo te dije que vayamos al parque de diversiones— Respondió Jimin abrazando a su amigo.

El peliazul sonrió a Jimin y lo tomó de la mano mientras asentía, adoraba a su mejor amigo porque, simplemente era el mejor.
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Yoongi se encontraba afuera de la escuela besuqueándose con una chica de buen trasero, pero pese a lo bien que besaba ella... No se sentía excitado.

En esos momentos en serio pensaba en NamJoon y en su pequeño pero firme trasero que se veía tan bien con un short corto los fines de semana dejando ver esas ligeramente bronceadas largas piernas de su mejor amigo, realmente se estaba calentando con eso.

—Yoongi— Susurró la mujer colocando su mano en la entrepierna del blanquecino.

Min Yoongi lo pensó un momento. La chica no era nada fea, tenía buen trasero y grandes pechos. Podía ocupar la situación a su favor. Con ese pensamiento se fueron a una de las aulas vacías de la escuela.

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NamJoon estaba montado junto con Jimin en el vagón de una montaña rusa de tamaño promedio, no era gigantesca como otras pero definitivamente tampoco era bajita y eso asustada al peliazul.

El juego comenzó y Jimin rodeó con su brazo la cintura de Nam para pegarlo a su cuerpo sabiendo que el más alto se estaba muriendo de miedo.

Al final, gracias a las muecas graciosas de Jimin, NamJoon logró divertirse y disfrutar de estar en la montaña rusa.

Subió juego tras juego con diversión junto a Jimin, comieron bastantes chucherías como Salchichas con papa, banderillas, helado, algodones de azúcar y manzanas acarameladas, sin duda NamJoon se había entretenido tanto que ya había olvidado lo que había sucedido con Min Yoongi y su extraña idea de que ellos tuvieran sexo.

De esa forma, Jimin llevó a NamJoon a su departamento donde se despidieron. El pelirrojo solamente vio al peliazul subir las escaleras y perderse de vista.

Ya pronto descubriría que sentía por él.

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Al llegar, NamJoon se quitó sus tenis y los dejó a un lado de la puerta para luego colocarse sus pantuflas del oso Ryan y se dejó caer sobre el sofá, había sido un día muy cansado para su pobre cuerpo delgado y escuálido por lo cual cayó dormido sin siquiera visualizar si Yoongi estaba en casa o no, eso, le vino importando un carajo, literal.

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 The First Love is forever ||YoonNamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora