Min Yoongi y Kim NamJoon son buenos amigos, uno es heterosexual y uno es homosexual. Kim NamJoon lleva enamorado de su amigo por mucho tiempo y Yoongi se tira a cualquier mujer que le mueva el trasero. NamJoon pensaba rendirse y seguir su camino per...
«Mi corazón era tan frágil como una hoja de papel, tan débil como un cristal fino y tan delicado como los pétalos de una rosa... Hoy todo a muerto con aquella consciencia y esa dignidad que creí que eran para siempre »
—Matias A.
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El llanto que inundaba la habitación deprimía a Jimin, nunca creyó ver esa escena realmente, nunca pensó que Nam cayera tan rápido, bien, tal vez lo había pensado, pero no quería creer que fuera cierto.
Ahora se encontraban ahí, porque Nam había dado su cuerpo por alguien que no lo quería, por alguien por quien su corazón gritaba que tan siquiera lo notara.
Sus ojos cerrados con fuerza, su labio mordido y su cuerpo sucio, era obvio lo miserable que se sentía ante lo que hizo, porque sí se arrepentía, pero no quería verlo así, quería fingir que había amor recíproco en lo que hicieron, que existía al menos un poco de ese sentimiento en sus acciones, ¿Cuán equivocado podría estar?
Mucho si ahora se encontraba ahí porque el hombre al que le dio su cuerpo se había ido sin mirarlo, porque ahora se encontraba en brazos de otro hombre que lo abrazaba como si el mañana no fuera a llegar mientras él empapaba su hombro con sus lágrimas, porque nuevamente lastimaba a su mejor amigo con sus acciones, pero él era débil, no pudo resistir tanto cuando sus sentimientos pedían tan siquiera una oportunidad.
No quería estar ahí, no quería seguir así, sucio, pero no podía pararse y asearse, más bien ni siquiera quería ir solo.
—...J-Jimin— Chilló su nombre mientras esperaba una respuesta, sus manos aferradas al brazo del pelirrojo buscando un poco más de confort.
—Shh... Tranquilo—Susurró Jimin acariciando los cabellos azules de su mejor amigo, porque le dolía esa escena y se sentía culpable de no insistir más en que fuera a su casa.
—M-Minnie... ¿Podrías ngh... Llevarme a la ducha? — Preguntó con la voz aún temblando del llanto. Sus ojos ya rojos por las lágrimas lo vieron fijamente con dolor y el pelirrojo simplemente se levantó de la cama y lo tomó en brazos apegándolo a su cuerpo lo más posible.
Cuando llegaron al baño Jimin puso a Nam en la tina y comenzó a llenarla de agua. Se sentó en la tapa cerrada de la taza del baño y acarició los cabellos del más alto con suavidad mientras este parecía reaccionar a ese tacto soltando pequeñas lágrimas y apegándose más a la mano del pelirrojo.
A los 10 minutos la tina ya estaba lista y el cuerpo de Nam estaba siendo limpiado por las manos de Jimin pues el peliazul ni se atrevió a mirar su propio cuerpo sin llorar.
—Perdoname Minnie....perdón — Susurró Nam tomando la mano de su mejor amigo que entraba en ese momento en la tina para lavar su pecho. Unas cuantas lágrimas resbalaron de sus ojos y cayeron en el agua de la tina, de ahí el llanto se hizo más fuerte.
—No, no, no, no Namie, no llores— Pidió Jimin y acarició su mejilla con cariño mientras intentaba que lo viera, cosa que logró.
—Soy un asco... Dejé que lo hiciera... Yo...— Trató de seguir pero no pudo, no quería seguir pensando en todo lo que había sucedido.
—No, no lo eres, Namie, no te culpes, no llores, en este momento no pienses en esto ¿Okay? Sólo mirame— Pidió —Yo estoy aquí, sólo concentrate en lo que yo haga, no pienses en nada más ahorita ¿Sí? Yo no te odio, te comprendo, solamente no pienses en eso ahorita, ya habrá otro momento de hablar— Dijo él y continuó limpiando a Nam.
Lavó su cabello, le limpió la cara y jugó con las expresiones que esta podía hacer logrando escuchar una suave risa de su amigo. Al finalizar lo ayudo a salir de la tina y lo ayudo a secarse para después llevarlo al cuarto en brazos.
Nam eligió ponerse su pijama azul del Osito Ryan y eso le dio Jimin.
—Nam, ven a mi casa— Pidió el pelirrojo mirando fijamente a su amigo.
—P-Pero ¿y Yoonie?— Preguntó tímido.
—Nam, él no va a volver en un largo rato... Sabes que se fue de fiesta, hay muchas chicas que le darán el culo esta noche, lo siento —Jimin sabía que no debió decir eso pero no quería que Nam se quedara despierto hasta el amanecer esperando al estúpido de Yoongi.
— Lo sé — Nuevamente su voz tembló amenazando con llorar.
—Ven conmigo— Pidió una vez más y Nam asintió.
El pelirrojo tomó una mochila de todas las que tenía Nam de el Oso Ryan y metió ropa para mañana y un par de Converse negros en una bolsa plástica. Se la colgó en la espalda y ayudó a Nam a ponerse sus pantuflas, tomaron las llaves del departamento, cerraron y Jimin tomó a Nam nuevamente en brazos.
No irían caminando, irían en taxi, Jimin quería tener a Nam cuanto antes en su casa pues necesitaba que el chico comiera y durmiera, prefería tenerlo a salvo a su lado.
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NamJoon se encontraba en la cama de Jimin, cubierto por unas mantas rosas con azul y con la televisión prendida, había cenado una hora y media antes y el pelirrojo le había pedido ir a dormir, cosa que realmente no esperaba conseguir tan rápido.
Ahora él se encontraba ahí acariciando sus cabellos con suavidad, viendo esa expresión pacifica que siempre quisiera mantener en el rostro del peliazul.
Sabía que el corazón de NamJoon era como una hoja de papel, debía ser cuidado con mucho cariño, pero tenía tantas partes rotas que incluso parecía hacer sido quemado a propósito.
Le dolía, también le dolía estar inseguro de sus sentimientos, no podía saber si confundía esos sentimientos de amistad con amor o simplemente se había enamorado de uno de los chicos más lindos que alguna vez conoció, pero sea cual sea la respuesta Jimin sabía que ese corazón no volvería a ser lastimado, no si él podía evitarlo, porque ya no quería verlo llorar, ya no quería verlo sufrir.
Solamente quería que NamJoon fuera feliz, porque ya había sufrido mucho en su niñez como para seguir con eso, para que la vida lo siga castigando de esa forma.
Simplemente quería mantener esa dulce sonrisa de bebé que tenía y esa inocencia que muchas veces llegó a caracterizarlo frente a los demás. ¿Cómo es que alguien que siempre está dando la mano para brindar apoyo puede sufrir tanto? No lo sabía, pero lo iba a evitar.
—No dejaré que vuelvan a quemar tu corazón, Namie— Susurró Jimin a la nada, simplemente besó la frente del chico más alto y se metió en la cama con él para abrazarlo, logrando que Nam se apegara a él.
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Hey, actualización del día porque ya salí de vacaciones 😎, ¿Qué les ha parecido? ¿Les gustó? No olviden comentar, votar y compartir, nuevamente digo que me ayudarían mucho con esta obra que surgió de un simple sueño.
Hasta mañana.
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